Eutanasia

Murió Terri Schiavo tras permanecer 14 días desconectada de la sonda que la alimentaba

El presidente estadounidense George Bush afirma que, "en casos en los que hay serias dudas", la presunción debe orientarse a favor de la vida

Terri Schiavo, la mujer estadounidense de 41 años que llevaba 15 en estado vegetativo, murió en Florida, cuando se cumplen dos semanas desde que le fue retirada la sonda por la que se alimentaba, según anunció un portavoz de sus padres citado por las televisiones estadounidenses.

La mujer ha sido el centro de una batalla legal entre su marido, Michael Schiavo, que asegura que Terri no quería ser mantenida con vida artificialmente, y sus padres, Bob y Mary Schindler, que han hecho todo lo posible por que se le volviera a conectar la sonda de alimentación a su hija para mantenerla con vida.

De hecho, la muerte de Terri se produce horas después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazara un recurso de sus padres para volver a alimentarla. La de anoche fue la sexta vez desde el año 2000 que el Alto Tribunal se negó a intervenir en el caso.

El pasado martes, el marido de Terri aceptó que se le practique una autopsia a su esposa, para así demostrar que sufría daños cerebrales irreversibles desde que en 1990 sufrió un infarto por una bajada de potasio motivada por una dieta. Michael Schiavo, que ha rehecho su vida y tiene dos hijos, quiere incinerar a su esposa, mientras sus padres quieren para ella un entierro.

El caso de Terri Schiavo ha provocado además una batalla del poder judicial estadounidense contra el Legislativo y el Ejecutivo, después de que el presidente George W. Bush interrumpiera sus vacaciones para firmar una ley promulgada por el Congreso para elevar el caso a los tribunales federales, en un intento de mantenerla con vida.

El sacerdote Paul O'Donnell, portavoz de los padres de Terri, afirmó que la pareja rezó junto al cuerpo de su hija. Los Schindler perdieron lo que su abogado, David Gibbs, describió como "su última apelación legal significativa" en su lucha desesperada para que se llevara a cabo la reconexión de la sonda alimenticia. El Tribunal Supremo estadounidense rechazó por sexta vez a última hora del miércoles la apelación urgente de los Schindler.

Su abogado, David Gibbs, escuchó que el Alto Tribunal había rechazado la apelación mientras participaba en una rueda de prensa a las puertas del hospital de Pinellas Park, donde falleció Terri Schiavo.

"Parece que será la última apelación legal significativa a no ser que pase algo nuevo", sostuvo Gibbs, y agregó que la decisión de los tribunales de Florida permanecería inmutable y que los tribunales federales no quisieron entrar en el caso, según informó la CNN.

Ayer por la mañana, el padre O'Donnell señaló que Schiavo vivía sus últimas horas de vida y que la Policía había prohibido a sus parientes más cercanos estar a su lado. O'Donnell, uno de los consejeros espirituales de la familia, afirmó que sus padres y hermanos "deseaban estar a su lado, pero no se les permitió". Michael Schiavo tenía la custodia de Terri y controlaba quién y cuándo podía visitarla.

El juez Anthony Kennedy, que tiene jurisdicción sobre Florida, Georgia y Alabama y podría haber hecho prosperar la petición, decidió enviar la apelación al Tribunal Supremo a las 22:40 horas del día previo al fallecimiento. El Supremo no explicó en qué se basó para emitir el fallo.

Fue la segunda vez en la semana en que el Supremo rechazaba el caso, y la sexta ocasión desde 2001. Los Schindler "pueden estar seguros de que han hecho todo lo posible acatando la ley para hacer saber al Gobierno que querían luchar por la vida de su hija", sostuvo Gibbs.

Gibbs y otros abogados denunciaron en los documentos presentados ante el Supremo que retirar el tubo representaba "una privación inconstitucional del derecho constitucional a vivir de Terri Schiavo".

La negativa del Supremo vino horas después de que el Tribunal de Apelaciones del circuito número 11 en Atlanta (Georgia) rechazara la petición de los padres por nueve votos en contra y dos a favor. Esta corte rechazó tres peticiones similares realizadas por sus padres la semana pasada.

En una opinión que reflejaba el último dictamen del tribunal de Atlanta, el juez Stanley Birch criticó al Congreso por "saltarse los límites constitucionales" aprobando una ley para forzar que el caso de Schiavo decayese en tribunales federales. Por su parte, los jueces Gerald Tjoflat y Charles Wilson disentían. Para Tjoflat, los Schindler merecían una audiencia por los méritos de su argumento.

Mientras, un tribunal del condado de Pinellas divulgó 9 de las 11 cintas de vídeo grabadas en el verano de 2002 en las que aparecían Terri Schiavo y facultativos evaluando su condición médica. Estas cintas fueron grabadas por encargo del Tribunal de Apelaciones de Florida.

En las imágenes se ve a varios doctores hablando y examinando a Schiavo para preparar su testimonio ante los tribunales. Las cintas fueron grabadas entre julio y septiembre de 2002. Miembros de la familia, incluyendo su madre y su marido, también aparecen en las imágenes. Dos de las 11 cintas permanecen precintadas en manos del tribunal, sin estar claro el porqué.

En octubre de 2002, el Tribunal de Apelaciones del segundo distrito de Florida escuchó durante una semana los testimonios de cinco doctores que la examinaron, incluyendo dos escogidos por Michael Schiavo, dos por sus padres y uno por el Tribunal.

Tres doctores, incluyendo el designado por el tribunal, testificaron que Terri Schiavo estaba en un estado vegetativo persistente sin esperanza de recuperarse. Los dos doctores seleccionados por los Schindler para testificar afirmaron que podía recuperarse.

El presidente estadounidense, George W. Bush, afirmó tras la muerte de Terri Schiavo que "en casos en los que hay serias dudas e interrogantes, la presunción debería orientarse a favor de la vida". Bush indicó que "hoy millones de estadounidenses están entristecidos por la muerte de Terri Schiavo".

"La esencia de la civilización reside en que los fuertes tienen la misión de proteger a los débiles", añadió. El presidente transmitió palabras de tranquilidad y elogió a los padres de Schiavo, Bob y Mary Schindler, por su "despliegue de gracia y dignidad".

El gobernador de Florida y hermano del presidente, Jeb Bush, expresó a la familia sus condolencias por la muerte de la mujer y confió en que al menos su caso aporte enseñanzas a los norteamericanos.

"Estoy convencido, sin embargo, de que la muerte de Terri es una ventana a través de la cual podemos ver los muchos temas que siguen sin resolverse en nuestras familias y en nuestra sociedad. Por ello, podemos dar gracias por todo aquello que la vida de Terri Schiavo nos ha enseñado", indicó en un comunicado. Jeb Bush llegó a pedir a los tribunales de Florida hace una semana que le concedieran la custodia de Terri Schiavo, petición que fue denegada.

Mientras, el Vaticano estimó que la muerte de Terri Schiavo fue "arbitrariamente acelerada" con la retirada de la sonda de alimentación. "Las circunstancias de la muerte de la señora Terri Schiavo han perturbado seriamente las conciencias", indicó el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, en la primera reacción oficial de la Santa Sede. "Una existencia fue interrumpida. Una muerte fue arbitrariamente acelerada", añadió.

Por su parte, la asociación española Derecho a Morir Dignamente valoró la muerte de Terri Schiavo como el final de una controversia que los poderes ejecutivo y judicial estadounidenses han llevado "de pena", pero que tiene una lectura "absolutamente positiva" por cuanto servirá para despertar una conciencia social respecto a los derechos fundamentales de las personas.