La tercera edad

Dolor Crónico en el Anciano

Valorar y tratar el dolor geriátrico implica saber convivir con el tiempo.

Autor/a: Armando Pichardo Fuster.*

Fuente: Dol Clin Ter 2002; I(5) : 11-15

Indice
1. Introducción
2. Desarrollo
3. Conclusiones
4. Bibliografía

El dolor es parte de la existencia del ser humano (1) y representa la causa más frecuente de consulta médica. Realizar el diagnóstico del dolor puede resultar complicado, especialmente en el anciano, ya que las sensaciones y características propias del dolor como la calidad, intensidad, duración, localización y sufrimiento que ocasiona se confunden o han sido modificados por el proceso del envejecimiento. Esta situación produce grandes confusiones en los clínicos, los síntomas que el anciano refiere son mal interpretados y en no pocas ocasiones las consecuencias son desastrosas; por un lado, no son identificados los fenómenos morbosos serios, y por el otro, se origina la iatrogenia, se prescriben multitud de medicamentos analgésicos que, comúnmente, provocan más acciones contralaterales que verdaderamente analgésicas. Considerar esta problemática permitirá hacer un diagnóstico acertado, indicar una terapéutica adecuada y, sobre todo, humanitaria en el adulto mayor.

Con el paso de los años el anciano ha perdido la capacidad de reconocer plenamente al dolor, lo cual se debe a que a nivel de las vías nerviosas responsables de la transmisión de los impulsos dolorosos, se generan cambios como el retardo en la información, respuesta, des  aferentación y disminución en la producción de neurotransmisores, entre otros. Es decir, hay modificaciones en las diferentes estructuras que participan en la captación, conducción e integración de los estímulos dolorosos en el sistema nervioso. (2,3)

Recientemente se han propuesto algunos conceptos que deben recordarse: (1)
1. La intensidad del dolor superficial no sufre cambios en el envejecimiento.
2. El dolor profundo o referido aparece con menos frecuencia en el anciano (o es de menor intensidad) que en los jóvenes, por ejemplo, el dolor de un cuadro apendicular o el ocasionado por oclusión intestinal (trombosis mesentérica).
3. El dolor crónico asociado a problemas del sistema músculo-esquelético o del corazón aumenta con la edad y frecuentemente se refiere de mayor intensidad que el propio daño tisular.
4. El impacto del dolor crónico en los adultos mayores no ha sido explorado adecuadamente, en especial en los ancianos frágiles y en los de muy avanzada edad; el dolor crónico representa mayor morbilidad y disminución de la calidad de vida, y contribuye a una mayor mortalidad.
5. Los más ancianos son un verdadero reto para identificar si realmente tienen dolor y la posible causa del mismo, además son sujetos de alto riesgo ya que muchas veces no refieren sensación dolorosa ante un evento severo que, incluso, los puede llevar a la muerte, (1) como la trombosis mesentérica.
6. Muchas veces los ancianos expresan dolor ante situaciones de tipo psicológico, tales como el abuso (hoy conocido como violencia intrafamiliar), cuadros depresivos, reacción de ansiedad como respuesta a hostigamiento psicológico y demencias, entre otras.
7. No se debe olvidar que los adultos mayores son grandes consumidores de medicamentos, entre ellos los analgésicos, lo cual ocasiona varias interacciones o reacciones adversas que pueden ser manifestadas como dolor.

En tanto que el dolor es una sensación desagradable y una experiencia emocional asociada a un posible daño tisular, (4) la hipoalgesia se define como una disminución de la respuesta al estímulo doloroso. (4) Esta última tiene varias causas: reducción del número de receptores de dolor, cambios en las vías de conducción de las sensaciones nociceptivas, decremento de la eficiencia para el procesamiento de la información nociceptiva y alteraciones en los factores que determinan la sensación desagradable del dolor. En el anciano hay que diferenciar perfectamente el dolor agudo del crónico así como el dolor superficial del profundo. Múltiples investigaciones, relacionadas todas ellas con el dolor superficial, (1) reportan disminución del dolor agudo como el postoperatorio durante el envejecimiento.

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*Médico Especializado en Cardiología, Medicina Interna y Geriatría. Jefe del Servicio de Geriatría del Hospital General de México.