Desde la década del 70, se ha reconocido la importancia del soporte nutricional. El furor de la nutrición parenteral fue seguido por el uso preferencial de la vía enteral siempre que sea posible. La vía intestinal es más económica, segura, accesible, fisiológica y permite el aporte de un espectro más amplio de nutrientes.
Historicamente, la grasa (G) se usó como fuente de energía y para prevenir el déficit de ácidos grasos (AG) esenciales. Después se reconoció que las G son necesarias para mantener la estructura y función de las membranas y sus receptores, y que son capaces de modular la respuesta inmune y modificar la expresión génica. Esto ha generado un enorme interés en administrar dietas con lípidos que mejoren o prevengan enfermedades.
Esta revisión discute la importancia de mantener una adecuada relación entre las familias de AG n-6/n-3, el uso de triglicéridos estructurados, las indicaciones de AG de cadena corta y las ventajas experimentales de los liposomas y las matrices de productos lipolíticos.
Balance entre AG n-6 y n-3:
Las emulsiones de lípidos más usadas son las de AG de cadena larga (AGCL) de origen vegetal. Son buenas fuentes de energía y de AG esenciales. Sin embargo, altas concentraciones de n-6, llevan a una disminución de la función del retículo endotelial, neutrófilos y macrófagos. Múltiples estudios muestran que las fórmulas de alimentación enteral (AE) que contienen cantidades inapropiadas de n-6/n-3 se asocian con respuestas inmunes aberrantes a infecciones e injuria, y favorecen la autoinmunidad.
Si la relación n-6/n-3 es baja en las fórmulas de AE, disminuye la síntesis de mediadores proinflamatorios derivados del araquidónico (A), y favorecen la síntesis de derivados con efectos antiinflamatorios.
Los marcadores de inflamación sistémica aumentan con las G n-6 y disminuyen si el aporte de n-3 es mayor. Se han reportado beneficios en artritis reumatoidea, Crohn, colitis ulcerosa, lupus, esclerosis múltiple, asma y otras atopías. Esta inmunomodulación mejora la recuperación de pacientes sometidos a cirugías electivas, acorta los tiempos de ventilación asistida en pacientes con distress respiratorio, mejora la inflamación en pacientes con fibrosis quística y beneficia el perfil lipídico de los que tienen dislipidemias.
Lípidos Estructurados:
Son triglicéridos (TG), producidos por ingeniería genética, que tienen AG de cadena media (AGCM) en las posiciones 1 y 3 y una molécula de AGCL en la posición 2. Los AGCM no necesitan de las sales biliares para su absorción, pueden ser degradados por la lipasa gástrica, y no requieren de carnitina para oxidarse en la mitocondria. Son una excelente fuente de energía cuando está afectado el aparato digestivo y la absorción, pero deben ser administrados con AGCL para cubrir las necesidades de AG esenciales. Los aceites de pescado, con n-3 son mejor absorbidos si forman parte de lípidos estructurados
AG de Cadena Corta (AGCC):
Se producen por fermentación bacteriana anaeróbica de las fibras en el intestino. Se absorben y también actúan localmente como fuente de energía para el enterocito. Favorecen el crecimiento de la mucosa colónica, la proliferación de las criptas, la captación intestinal de glucosa y modulan la expresión génica intestinal. Disminuyen la inflamación y favorecen la reparación tisular del intestino. La AE, enriquecida con AGCC es promisoria para el síndrome de intestino corto y el colon irritable.
Fórmulas Experimentales:
Liposomas:
Debido a los reconocidos beneficios de los n-3, y su dificultad para absorberse en algunas situaciones, se idearon fórmulas con n-3 solubilizadas en forma de liposomas que mejoran la absorción. Se encuentran en experimentación y aún deben evaluarse porque podrían estimular la síntesis de colesterol e inducir a hiperlipemia.
Productos Lipolíticos:
También en experimentación, son fórmulas de AE que tienen los lípidos en una matriz organizada, formada por productos lipolíticos, que facilitarían la absorción intestinal.
Conclusión:
El conocimiento de las propiedades de las G, como moduladores de respuestas del organismo y los avances en el diseño de fórmulas de AE, abren una nueva era en el campo de la nutrición, donde los nutrientes tendrán un rol clave en el tratamiento y prevención de un amplio espectro de enfermedades.
Artículo comentado por la Dra. Débora Setton, editora responsable de IntraMed en la especialidad de Nutrición.