Recientemente se ha empezado a estudiar con verdadero interés todo lo referente a los procesos dolorosos faciales. La curiosidad sobre este tema se ha desarrollado sobre bases clínicas, y ello ha sido posible gracias a las lecciones que nuestros antecesores nos legaron.
Las descripciones sobre las diversas neuralgias típicas son de sobra conocidas en los textos clásicos de neuralgia. En lo personal, hace tiempo me atraían los textos franceses sobre la clínica y sus bases anatomo -funcionales, inquietud que me llevó a estudiar con mayor detenimiento la anatomía topográfica junto con la anatomía clínica.
La lectura de estos elementos básicos me permitieron hacer una correlación que ha resultado cada día más interesante, sobre todo si a esto se agrega lo que se sabe de los mecanismos fisiológicos, lo cual es un complemento de gran apoyo en cuanto a las interpretaciones en padecimientos órgano-funcionales.
Mi creciente interés me llevó a buscar los libros franceses que brindaran la mejor información acerca de los procedimientos de analgesia frente a los problemas relacionados con el dolor. Entonces , tuve la oportunidad de adquirir dos textos clásicos: el primero fue el libro escrito por el Dr. Víctor Pauchet,(1) donde detallaba lo referente a la anestesia regional; el segundo fue publicado años más tarde por el Dr. Gaston Labat ,(2) discípulo de Pauchet , y abordaba el mismo tema. Actualmente este libro constituye la “ Biblia ” de la anestesia quirúrgica y la terapéutica del dolor.
La detenida lectura de estas fuentes facilitaron el camino para su aplicación en las mejores indicaciones. Guiado por estos datos y por el espíritu de la clínica francesa, me dediqué a verificar ampliamente casi todos los procedimientos con la debida cautela y con la idea de prevenir cualquier accidente o complicación todo ello para acreditar esta actitud ante el propio paciente y la comunidad médica, misma que siempre está alerta para lanzar la crítica pero no para favorecer la conducta positiva hacia estos métodos.
Mi labor se dirigía específicamente a la forma de interrumpir la acción del ganglio esfenopalatino colocado en la fosa pterigomaxilar, en la parte superior del conducto palatino posterior. Respecto a los nervios palatinos, me di cuenta de que ambos autores franceses citados describían la técnica del bloqueo del nervio palatino posterior infiltrando solamente éste en su entrada al conducto palatino. Más adelante, cuando el Dr. Sluder se refirió a la neuralgia palatina posterior, sólo hacía aplicaciones tópicas rozando el piso nasal hasta el fondo, lo cual por pared ósea no permitía la analgesia adecuada. (3)
De modo que había que llegar a través del agujero palatino posterior hasta la fosa pterigomaxilar para producir la analgesia del ganglio esfenopalatino. Ante esto, pensé que doblando en ángulo recto u oblicuo una aguja podría alcanzarse fácilmente el ganglio correspondiente. Así lo hice y de inmediato lo comuniqué a algunos amigos y compañeros otorrinolaringólogos que quedaron muy satisfechos con los resultados.
A fin de ratificar exactamente la posición de la aguja en el trayecto esfenopalatino, recurrí a la verificación radiológica en placa lateral con excelentes resultados. Con el objetivo de ampliar la información al respecto, consulté varios tratados clásicos de otorrinolaringología y me encontré con escasos renglones sobre esta neuralgia de Sluder o de Meckel.
No es fácil identificar esta clase de neuralgia y comúnmente se le confunde con la migraña o con la neuralgia trigeminal de la segunda rama. Actualmente los tratados específicos sobre tratamiento del dolor describen ampliamente esta entidad y señalan la técnica o procedimiento para alcanzar este ganglio a través del conducto palatino posterior.
El ganglio esfenopalatino o ganglio de Meckel tiene forma triangular, es pequeño y está situado profundamente en la fosa pterigomaxilar en posición medial e inferior al nervio maxilar, e inmediatamente lateral al agujero esfenopalatino; éste recibe de dos a tres raíces sensitivas del nervio maxilar, una raíz motora (parasimpática) del nervio intermediario (del facial, a través del nervio petroso Superficial mayor) y una raíz simpática del plexo carotideo a través del nervio petroso profundo. Las ramas que derivan o salen de este ganglio son la rama orbitaria (que asciende dentro de la órbita para inervar algo de su periostio y la glándula lacrimal) ; l a rama nasal, incluyendo el nervio posterior nasal y los nervios naso-palatinos; y en tercer lugar, los nervios palatinos anterior y posterior demas del medio, los cuales descienden a través del canal para inervar la mucosa, el paladar duro, el paladar blando, úvula y parte de las amígdalas.