¿Cuáles son las cifras de la desnutrición infantil en Uruguay?
La desnutrición no está cuantificada. Por ahora no hay denuncia obligatoria de los casos de desnutrición por parte de los médicos. Aparentemente, ahora el Ministerio de Salud Pública (MSP) lo va a instrumentar, pero aún no se ha puesto en práctica. Hoy solo se hace denuncia obligatoria en casos de enfermedades infectocontagiosas.
Una vez que se establezca la obligatoriedad, si todos cumplimos con la denuncia -que es poner los datos en una hojita- esos datos se centralizarán y entonces vamos a tener una idea global de la desnutrición, de país y por departamento. Pero al menos en Artigas todo sigue igual: no han llegado las hojitas para formular las denuncias.
¿Cuál es la situación de la gente que usted atiende en Bella Unión?
Trabajo en forma voluntaria en dos barrios muy carenciados. Uno es Las Láminas, que se llama así porque las paredes de la mayoría de las casitas son delgadas capas de corteza de árbol. Las Láminas está construido sobre terrenos pantanosos. En las elecciones pasadas se puso luz, pero la mitad de las familias no la pudo pagar y ya no la tiene. Hay ocho canillas para 185 familias. Ahí no podíamos atender, nos ubicamos en el barrio de enfrente, en Las Piedras, que está separado por la ruta. Todo gracias a una familia que nos ofreció una casita de material, humilde pero prolija y cómoda para el trabajo, que se transforma en policlínica por lo menos dos veces por semana. En esos barrios realizamos hace cinco años un censo con los vecinos y nos dio una desnutrición mayor a 50% en los niños.
¿De qué población infantil está hablando?
Viven 185 familias en Las Láminas y unas 1.000 en Las Piedras, el promedio de niños es de cuatro por familia. Los que llegaban a atenderse, con neumonía o diarrea, eran básicamente desnutridos. Y al menos el 80% provenía de esos barrios. Se armó un equipo de salud de ambos barrios, trabajamos con las madres -y por suerte ahora se están sumando padres- hicimos cursos para transmitir enseñanzas sobre la desnutrición y así se armó un equipo de multiplicadores muy importante. Hay madres
que son unas leonas.
¿Las madres prestan asistencia?
Hay unas 15 o 20 madres que están firmes: saben pesar, medir los nenes. Incluso hay unas cinco que tienen un nivel altísimo. El trabajo de estas mujeres es muy importante porque si una mamá no va a atender a su hijo, ellas van a la casa a ver qué pasó. Tienen una relación excelente con el barrio, son muy queridas y respetadas.
¿Ha llegado apoyo del Estado? ¿Del MSP?
No, el Ministerio sabe que estamos en ese trabajo, pero... Contamos con el apoyo del hospital, es decir, si tengo que mandar algunas placas se pueden hacer allí, y ese tipo de respaldo, pero nada más...
¿Hay una política de Estado respecto a la situación de desnutrición en Artigas?
No, todavía no hay nada.
Hace unas semanas hubo un enviado del MSP. ¿No pasó nada después?
Fue el Dr. (Diego) Estol. Llevaron a Las Láminas una pequeña casita rodante, que funciona como policlínica móvil. No hay lugar para que las mamás esperen la atención y en este tiempo frío esto no es solución.
Estas cosas se deciden en Montevideo. ¿Siente lejanía, tal vez distancia marcada desde la capital?
Creo que eso juega un papel importante. A veces pienso que compañeros médicos de Montevideo ven un pase nuestro y dicen: ¿por qué no le puso tal antibiótico que está en las pautas? Bueno, es porque no hay. Hay que tener en cuenta que los recursos que tenemos son muy pocos. El Hospital de Bella Unión es solo de nombre, porque no tiene categoría de hospital, es considerado un centro auxiliar, aunque cumpla las funciones de hospital. Eso es grave porque el presupuesto es mucho menor por el tipo de categoría.
Los problemas sanitarios en Bella Unión son evidentes. ¿Qué falta para que se declare hospital? ¿Es un tema de cantidad de población?
Los problemas son gravísimos y la población infantil que se atiende es mucho más grande que la de Bella Unión, porque hay varios pueblos satélites -Cuareim, Calpica, entre otros- que se atienden en el centro de Bella Unión. Pero, además, numerosa gente de otros dos pueblos más alejados, Tomás Gomensoro y Baltasar Brum -que de acuerdo a la estructura regional de Salud Pública se debería atender en el Hospital de Artigas- concurre a Bella Unión por problemas de caminería, de acceso. Son miles de personas, miles de niños.
¿Cuántos pediatras hay?
Somos dos pediatras... y ahora una compañera de Salto está viniendo unos días a la semana. En la policlínica te marcan 15 para atender, pero ves 30 o 40 pacientes. En la sala hay ocho camas, y hemos tenido 20 niños internados. Vamos dejandolos en sala de hombres, en la de mujeres... aún no hemos llegado al corredor, pero puede pasar.
¿Por qué no hay más pediatras?
Hubo un llamado para ocupar un cargo de pediatra, pero quedó desierto. Por un lado hay algo real: si uno no tiene una motivación, el sueldo de Salud Pública es muy bajo. Yo gano tres mil pesos, por problemas burocráticos no he recibido ni el aumento. Es muy difícil que alguien que no tenga otra entrada de dinero, un motivo familiar o algo muy fuerte que lo vincule a Bella Unión, deje Montevideo para prestar servicio en un lugar así. Sólo va a poder atender en Salud Pública y no en otros lugares privados que le reporten un mejor ingreso. En Montevideo, el multiempleo no es bueno, pero así es como se puede vivir. Salud Pública, dadas las necesidades, tendría que mejorar el apoyo económico a quienes toman la decisión de ejercer la profesión en Bella Unión.
¿Además del dinero pesan otros temas?
Me gustaría decirle a los médicos y estudiantes de Medicina que lean esta entrevista, que más allá de los problemas económicos en Uruguay, el norte también existe. Sólo en Bella Unión hay 17.000 habitantes, y cerca de la mitad tiene menos de 15 años. La demanda de médicos y especialmente de pediatras es muy grande. Tanto que uno a veces puede sentir que está haciendo mal las cosas porque atiende a 15, 20, 30 y llegan tres madres más desde pueblos lejanos con los nenes con fiebre, y hay que verlos... Pero aunque pongamos lo mejor, son tantos que los terminamos asistiendo mal. Por lo menos tendríamos que ser cinco pediatras. Y el hospital debe tener rubros de hospital.