Esta investigación se inscribe en una concepción de la psicopatología desde la psicología del desarrollo (Maerker, 1999). Esta perspectiva sugiere que hay vulnerabilidades diferentes para los trastornos vinculados a acontecimientos traumáticos. Así, entienden los autores que el desarrollo del trastorno por estrés postraumático (TEPT) requiere una cierta maduración de la organización de la memoria y de la modulación del estado de alerta, y esto se logra recién en la adolescencia. Por ejemplo, para que haya intrusiones, deben producirse varias actividades psíquicas: grabar, procesar y analizar la información sensorial con registros somáticos y kinestésicos, que dependen de la dominancia frontocortical. En consonancia con otros autores sostienen que hay indicios de que la edad en que una persona experimenta un hecho traumático es un predictor importante para la gravedad o la prevalencia de TPET.
Objetivo
El objetivo principal fue investigar la diferente probabilidad condicional de desarrollar TPET o trastorno depresivo mayor (TDM) según la edad en que se haya experimentado (o comenzado a experimentar) un trauma, y en particular si los traumas vividos en la infancia están relacionados en particular con TDM y los vividos en la adolescencia y adultez joven se relacionan principalmente con TPET.
Método
Muestra: Fue tomada de una población de mujeres jóvenes de la ciudad de Dresde (Alemania), participantes en un amplio estudio epidemiológico de trastornos mentales. De 5204 mujeres que reunían las condiciones para tomar parte en la presente investigación, un 39,7% (2064) aceptó hacerlo. De éstas, no se incluyeron las mujeres que no pudieron brindar datos precisos acerca de la edad en que habían sufrido el trauma, o bien si habían tenido algún episodio de depresión antes de experimentar el trauma. Así, las participantes se redujeron a 1966 mujeres, con una edad media de 21,8 años.
Sobre las características sociodemográficas de la muestra definitiva, el 62,1% tenía una pareja estable, el 51,8% vivía con sus padres al realizarse el estudio, el 26,2% con una pareja, y el 6,8% con su pareja e hijos. El 93,2% había completado algún ciclo de educación formal, de las cuales el 55,5% había terminado el secundario con las calificaciones que permiten a los estudiantes alemanes continuar estudios universitarios.
Evaluación diagnóstica: Se empleó el F-DIPS, una entrevista estructurada para el diagnóstico de trastornos del DSM-IV, modificada con el agregado de módulos diagnósticos para trastornos afectivos y de la infancia según criterios del mismo manual. Los datos sobre hechos traumáticos, síntomas e inicio de los trastornos se tomaron retrospectivamente. El F-DIPS evaluó los criterios del DSM-IV para trastorno depresivo mayor (TDM) y TPET, y se controlaron síntomas excluyentes también para el DSM-IV (abuso de sustancias, medicación, condiciones fisiológicas). También se evaluó el funcionamiento psicosocial (GAF).
Hechos traumáticos
Para evaluar el criterio A1 de trauma según el DSM-IV se preguntó a la entrevistada si había experimentado algún hecho traumático o amenazante para la vida (con ejemplos), y seguidamente si habían visto que le sucediese un hecho traumático a otra persona, registrando siempre la edad de la entrevistada al ocurrir el hecho. Finalmente se leía una lista de hechos traumáticos solicitando que respondiese si lo había o no experimentado durante su infancia, tomando nota de los datos.
Para evaluar el criterio A2 del trauma, se preguntó si había sentido intenso miedo, impotencia u horror, y al cierre de la entrevista se les solicitaba identificar un acontecimiento como el más traumático de sus vidas.
Artículo comentado y traducido por la Lic. Alicia Kasulin, editora responsable de IntraMed en la especialidad de Psiquiatría.