Tema de revisión

Farmacología de las alteraciones vestibulares

El Dr. Aurelio Fernández nos ofrece un resumen comentado del artículo de revisión publicado en la Revista de Neurología.

Autor/a: D.A. Yacobino, T.C. Hain

Fuente: Rev Neurol 2004;39(4):381-387.

El vértigo, es un motivo de consulta frecuente, que puede responder a muy variadas causas y que usualmente se trata solo en forma sintomática ante la imposibilidad, en la mayoría de los casos de hacer un tratamiento etiológico específico.
El síntoma vértigo ya sea agudo o no, es sumamente molesto e invalidante y el paciente exige al médico un eficaz tratamiento que lo libere de sus molestias.
Las actuales tendencias terapéuticas del vértigo, incluyen tratamientos farmacológicos y no farmacológicos como la cirugía y la rehabilitación.
El tratamiento farmacológico implica conocer en profundidad la farmacología de las alteraciones vestibulares, para poder elegir la o las drogas que más se adecuen a cada caso en particular. Los autores en esta revisión hacen un muy buen aporte  en este campo, lo que permite conocer  al médico no especialista más y mejor, este complicado mundo de las  alteraciones vestibulares.
En esta revisión se analizan los siguientes aspectos relacionados con el vértigo y las alteraciones vestibulares.

1. Opciones terapéuticas

Se describen:
- Tratamientos farmacológicos.
- Maniobras de reposición y liberación de partículas.
- Rehabilitación vestibular.
- Tratamientos quirúrgicos.
Se hace un análisis en profundidad de los primeros.

2. Farmacología

Se han identificado al menos cuatro transmisores involucrados en las patologías vestibulares: el glutamato, la acetilcolina, el ácido gamma-aminobutírico y la glicina. La histamina también juega un rol importante, pero su acción es más inespecífica.
Los anticolinérgicos, los antihistamínicos, las benzodiacepinas y los bloqueantes de los canales del calcio, son los principales grupos terapéuticos utilizados en el tratamiento del vértigo.

Anticolinérgicos: Los anticolinérgicos son efectivos, aumentan la tolerancia al movimiento, pero poseen efectos adversos significativos(sequedad de boca, dilatación pupilar y sedación).

Antihistamínicos: Disminuyen la intensidad de los síntomas y controlan la sensibilidad al movimiento. Los antihistamínicos de utilidad en estos cuadros son aquellos que atraviesan la barrera hematoencefálica y poseen acción sobre el sistema nervioso central (antihistamínicos de primera generación).

Bensodiazepinas: A bajas dosis son de utilidad en el manejo del vértigo. Poseen efectos secundarios importantes (efecto adictivo, deterioro cognitivo, incremento del riesgo de caídas) y dificultan además los mecanismos compensatorios centrales.

Bloqueantes de los canales del Calcio: Clásicamente se consideran en este grupo la flunarizina y la cinarizina. Estas sustancias frecuentemente poseen actividad anticolinérgica y antihistamínica asociada y además en el caso de la flunarizina un efecto antagonista dopaminérgico que puede explicar el extrapiramidalismo que a veces se asocia a su uso.

Antieméticos: Algunos antihistamínicos frecuentemente usados como sedantes vestibulares tienen propiedades antieméticas (por ej. Meclicina).
Las fenotiazinas (proclorperazina y prometazina) son eficaces antieméticos por su propiedad de bloquear el sistema dopaminérgico. Por su acción sobre los receptores histamínicos H1 pueden causar efectos secundarios importantes (distonías) por lo que deberían ser medicamentos de  segunda línea y utilizados por períodos cortos.
La metoclopramida y la domperidona, promueven el vaciamiento gástrico y son útiles en el control de los vómitos.
Los antagonistas de la 5-HT3, como el ondansetrón, son efectivos en los trastornos vestibulares pero no en la hipersensibilidad al movimiento.

Corticoides: Actúan por su acción antiinflamatoria o por otros mecanismos no muy bien conocidos relacionados con el estrés.
Otros agentes antivertiginosos: La betahistina, posee acción agonista de los receptores H1 de la histamina y antagonista de los autorreceptores H3. Se ha sugerido que la betahistina desacopla el circuito de retroalimentación negativa que controla la liberación de histamina, mejorando con ello el control histaminérgico en el cerebro. Además la betahistina incrementa el flujo plasmático en el oído interno.

3. Recomendaciones farmacológicas para el uso en la práctica clínica

La terapia farmacológica en las alteraciones vestibulares, busca:
-Disminuir la sensación subjetiva y displacentera del vértigo.
-Controlar las náuseas y los vómitos.
-Evitar las recurrencias.
-Controlar la llamada hipersensibilidad al movimiento.

Los dos pilares del tratamiento farmacológico son los sedantes vestibulares y los antieméticos. Estos fármacos, habitualmente tienen múltiples acciones farmacológicas que modifican la intensidad de los síntomas. La mayoría de estos agentes, particularmente los sedantes, tienen el potencial de modificar los mecanismos de compensación central, lo que dificulta la implementación de técnicas de rehabilitación vestibular.

Puede consultar el texto completo del artículo original en el pdf adjunto.