Los autores señalan que las estrategias preventivas que apuntan a la detección de sujetos en riesgo se inspiran en el modelo de las enfermedades infecciosas. Se interrogan si este modelo es significativo en psiquiatría. Para la detección precoz de una enfermedad es importante conocer cuáles son las manifestaciones clínicas que indiquen que ésta vaya a evolucionar. En tal sentido, consideran importante delimitar la pertinencia de aplicar o no la noción de síntomas prodrómicos a la esquizofrenia, ya que si bien históricamente algunos autores siguieron esta tendencia, otros, como Bleuler entendieron que los signos precoces, aunque variables, no son signos precursores sino que constituyen ya una fase inicial de la enfermedad.
En este artículo los autores revisan los principales estudios al respecto publicados en los últimos quince años para intentar hallar una respuesta a este debate aún abierto.
Qué es pródromo?
Por definición, dicen, la manifestación de signos prodrómicos debe ser seguida de la enfermedad. Estos signos deben ser específicos de esa enfermedad, y anunciarla. Así, señalan, el pródromo es un concepto de naturaleza retrospectiva cuyo valor y especificidad sólo serán afirmados de modo prospectivo.
Por ejemplo, indican, Yung y McGorry hablan de "período prodrómico" (que remite al estado en que el sujeto presenta trastornos que no satisfacen un diagnóstico preciso) y de "estado mental en riesgo", aludiendo a que el cuadro clínico no será invariablemente seguido por un episodio patológico. El concepto de "estado" en riesgo será diferente del "riesgo" de desarrollar la enfermedad o de los "factores de vulnerabilidad" como pueden serlo los antecedentes familiares o las perturbaciones neuropsicológicas. En esta concepción, las ideas de suspicacia serían entendidas como formas atenuadas y cualitativamente idénticas a las de persecución: serían sus pródromos.
Los autores se preguntan si los síntomas psicóticos atenuados o las experiencias psicóticas transitorias son signos prodrómicos o parte misma del proceso patológico que marca el inicio de la enfermedad. Diferencian tres nociones clínicas que consideran importante recortar:
· La personalidad premórbida patológica (en niños futuros esquizofrénicos comparados con futuros adultos no psicóticos);
· Las formas precoces de la enfermedad, que podrían corresponder a procesos fisiopatólogicos cualitativamente diferentes;
· Los síntomas prodrómicos, específicamente los que anuncian la enfermedad.
En los estudios revisados por los autores, éstos hallan dos categorías de síntomas prodrómicos observados:
ü No específicos (tímicos, ansiosos, comportamentales y cognitivos)
· Específicos (cualitativamente idénticos a los síntomas psicóticos)
Sin embargo, un individuo podría presentar iguales síntomas prodrómicos sin desarrollar necesariamente un trastorno psicótico, como resultado de una intoxicación, una crisis situacional, etc. Así, la controversia se plantea en términos del valor predictivo y específico del pródromo, no al hecho de que haya signos que anuncien la enfermedad. En los países anglosajones se prefiere hablar de período prodrómico más que de síntoma prodrómico.
Los síntomas prodrómicos refieren a la experiencia vivida por el sujeto, a su subjetividad, a su juicio; entienden que no se trata de la descripción de comportamientos. El DSM-III-R incluía síntomas prodrómicos entendiendo que la presentación de tales signos se asociaciaría con la vulnerabilidad a la psicosis con independencia de un riesgo genético asociado. La confiabilidad de su medición fue cuestionada por diversas investigaciones y la clasificación de tales síntomas no se incluyó en el DSM-IV. En la CIE-10 nunca fue incluida.