Un 20% de los pacientes con hepatitis crónica por virus C presentan transaminasas normales de forma persistente, lo que les convierte en un grupo caracterizado por una progresión más lenta hacia la cirrosis que la que presentan los pacientes que tienen transaminasas elevadas. Estos pacientes han sido erróneamente calificados como "portadores sanos del virus", cuando la realidad demuestra que en biopsia hepática al menos la mitad de ellos presenta lesiones histológicas.
Hasta ahora, las diferentes conferencias de consenso sobre hepatitis C, tanto europeas como americanas, habían recomendado que estos pacientes con transaminasas persistentemente normales no fueran tratados, al menos hasta que se hubieran realizado ensayos clínicos que demostraran los beneficios de hacerlo.
"Por una parte esto se debía -afirma el Dr. Moisés Diago, de la Sección de Hepatología del Hospital General Universitario de Valencia- a que las lesiones hepáticas en estos pacientes generalmente eran leves y, por otra, a que cuando eran tratados con interferón estándar (el que se administra 3 veces por semana) en muchos casos aumentaban las transaminasas".
A este respecto se presentó en el Congreso de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD), celebrado recientemente en Boston, los resultados de un ensayo clínico en el que participaron 70 centros de 13 países y 514 pacientes que fueron tratados con la combinación de interferón pegilado 2a (una dosis semanal) y ribavirina. Todos los participantes presentaban virus C positivo, transaminasas normales y en la biopsia existía algún daño en el hígado, si bien en la mitad de ellos este daño era mínimo.
Los participantes fueron aleatorizados en 3 grupos: uno constituido por 220 pacientes, que fue tratado durante 6 meses; otro de 221, tratado durante 12 meses; y un tercero de 73 pacientes que no recibió tratamiento alguno.
Ninguno de los pacientes sin tratamiento consiguió erradicar el virus, mientras que un 30% de los tratados durante 6 meses sí lo logró, cifra que subió al 52% en aquellos pacientes tratados durante un año completo. Al igual que se había visto en otros estudios previos con interferón pegilado 2a, los pacientes con genotipo 1 obtenían su mejor tasa de respuesta (40%) cuando eran tratados durante 12 meses, mientras que para los genotipos 2 y 3 (los más respondedores) los porcentajes eran similares en los tratamientos de 6 meses (73%) y 12 meses (78%).
"La conclusión principal del estudio -explica el Dr. Diago, segundo firmante de este trabajo- es que los pacientes con transaminasas normales pueden ser tratados para conseguir la erradicación del virus en un porcentaje elevado de casos (40% para genotipo 1 y 78% para los pacientes con genotipo 2 y 3). Posiblemente esto permitirá en un futuro cercano tratar con seguridad y eficacia a todos aquellos pacientes portadores del virus C".
"Si se consigue eliminar el virus la lesión hepática no progresará y también desaparecerá el riesgo de transmisión, que también preocupa a muchos pacientes, incluso aunque no tengan daño hepático", recuerda el Dr. Diago.
Para este especialista, la relevancia del ensayo radica sobre todo en que es el mayor realizado hasta la fecha en esta población específica y, que por sus resultados, "probablemente marcará una nueva pauta de tratamiento".
Los resultados obtenidos con el tratamiento combinado en este estudio (que se encuentra pendiente de publicación) son similares a los que se producen en pacientes con transaminasas elevadas (Hadziyannis et al. J Hepatol 2002; 36(S1) pp.3A) o incluso podrían ser superiores, ya que en el ensayo, que comenzó hace 3 años, se utilizó una dosis de ribavirina (800 mg/día) más baja de la actualmente recomendada (1.000-1.200 mg/día).
La participación española en este ensayo fue de 6 centros de Madrid, Sevilla, Alicante, Málaga, Córdoba y Valencia. Todos ellos aportaron 56 pacientes, 32 de los cuales fueron incluidos por el Hospital General de Valencia, lo que le convierte en el centro que más pacientes ha aportado de todos los que participaron en este estudio internacional.
"Muchos de nuestros pacientes quisieron participar no por la gravedad de su lesión hepática, que realmente era pequeña, sino por el deseo de eliminar el virus C y liberarse del estigma que en muchas ocasiones le acompaña, sobre todo en determinadas profesiones", recuerda el Dr. Diago.
"International, Multicenter, Randomized, Controlled Study for the Treatment of Patients With Chronic Hepatitis C and Persistently Normal ALT Levels With Peginterferon alfa-2a (40KD) (PEGASUS) and Ribavirin (COPEGUS)".