Los factores maternos que aumentan el riesgo de MCC en la descendencia incluyen la MCC materna, la exposición a teratógenos cardíacos, enfermedades metabólicas y autoanticuerpos (Ro y/o La). Estas son todas indicaciones para realizar el asesoramiento genético, una ecografía detallada y un ecocardiograma fetal.
Exposición a teratógenos cardíacos: La exposición a fármacos y a infecciones en las primeras 8 semanas de gestación aumenta el riesgo de MCC. Varias drogas con potencial teratogénico son antagonistas del ácido fólico que aumentan el riesgo de MCC, defectos del tubo neural y del tracto urinario. Hay dos tipos de antagonistas del ácido fólico: los inhibidores de la dehidrofolato reductasa y las drogas antiepilépticas. Los inhibidores de la dehidrofolato reductasa bloquean la conversión del folato a sus metabolitos más activos e incluyen a la aminopterina, el metotrexate, la sulfasalazina, la pirimetamina, el triamterene y la trimetoprima. Las drogas antiepilépticas (como la carbamazepina, la fenitoína, la primidona y el fenobarbital) pueden afectar otras enzimas del metabolismo del folato, impedir la absorción del folato o aumentar la degradación del folato. El suplemento de ácido fólico puede reducir el riesgo de estos defectos.
Enfermedades maternas: Se debe realizar un ecocardiograma fetal a toda mujer que tiene diabetes al momento de la concepción porque la incidencia de MCC es cinco veces mayor a la población general. Los defectos típicos incluyen los defectos en el septo ventricular y la transposición de los grandes vasos. El aumento en la HgbA1C durante el primer trimestre aumenta el riesgo de defectos estructurales y el cuidado metabólico preconcepcional disminuye notablemente el riesgo. Una HgbA1C menor al 7% tiene un riesgo bajo mientras que un valor mayor al 8.5% aumenta el riesgo de defectos estructurales al 22%. El grosor del septum interventricular está aumentado en los fetos de madres diabéticas, incluso cuando el control metabólico es adecuado. Este aumento en el grosor de septum trae aparejado una disfunción en la diástole pero sin cambios en la sístole. Afortunadamente, la mayoría de estos niños son asintomáticos y no tienen patología residual a los 2 años. La fenilcetonuria materna requiere de un control adecuado de los niveles de fenilalanina. Valores mayores de 600 mmol/L en las primeras 8 semanas de embarazo, se asocian con una incidencia del 14% de malformaciones cardíacas.
Las trombofilias aumentan los riesgos en el embarazo y llevaron a estudiar a las pacientes con mutaciones de la enzima metiltetrahidrofolato reductasa (MTHFR). El suplemento con ácido fólico no sólo reduce los riesgos de defectos en el cierre del tubo neural sino que también disminuye el riesgo de MCC. Por lo tanto, en las madres con la mutación en el gen MTHFR, se debe indicar ácido fólico y un ecocardiograma fetal. Sin embrago, no está indicado el screening de rutina de la MTHFR.
La presencia de autoanticuerpos maternos, particularmente el anti-Ro y anti-La, ha sido asociada con un aumento en el riesgo de bloqueo cardíaco congénito y miocardiopatía. Aproximadamente el 60% de las madres con recién nacidos con un bloqueo cardíaco tienen anticuerpos anti-Ro y anti-La, con un riesgo de recurrencia del 30%. El ecocardiograma fetal está indicado para observar las estructuras cardíacas, ver la disociación y determinar el ritmo cardíaco. El Doppler pulsado permite evaluar el "intervalo PR mecánico" y describe el sistema de conducción fetal e identifica las variaciones en el bloqueo cardíaco fetal. La administración de esteroides a la madre es la forma más común de tratar el bloqueo cardíaco.