Ya desde el siglo pasado (1871), las ideas acerca de las ventajas del alimento materno para el niño no difieren de nuestras convicciones actuales: "es el tipo de alimento perfecto, constituye una nutrición análoga a su debilidad, fácil de cambiarse en su propia sustancia". En la búsqueda de otro modo de alimentación que no fuera el seno materno, se aconseja la alimentación directa de los animales; descartando la posibilidad de ser amamantados por nodrizas, ya que existía el peligro de que el niño podía tomar el carácter y las inclinaciones, así como enfermedades de la misma". En este caso, el animal elegido fue la cabra, por su leche nutritiva, por la docilidad y afectuosidad de que es susceptible este animal hacia la criatura que lacta.
Con esta breve introducción queríamos señalar que las inquietudes acerca de los beneficios de la lactancia materna y la posibilidad de encontrar un sustituto acorde cuando ésta no es posible, datan de muchos años. En la actualidad existe un gran número de profesionales dedicados a la promoción de la lactancia materna, pero a su vez otorgando otras opciones para madres que, por distintos motivos de índole personal o laboral, no se encuentran en condiciones de brindar a su hijo su propia leche.
Lactancia materna
La lactancia materna es la mejor forma de alimentar al bebé.
La lactancia natural confiere innumerables beneficios nutricionales, inmunológicos y relacionados con el desarrollo del niño:
· Es la fuente de nutrientes específica para la especie, ideal para el niño;
· Determina que el bebé tenga un menor riesgo de padecer infecciones, entre ellas otitis, diarreas, neumonía, infecciones del aparato urinario y septicemia;
· Pueden reducir la incidencia de enfermedad atópica; y
· Podría determinar incluso, una mayor inteligencia.
Las madres que dan el pecho a sus hijos suelen recuperarse más rápidamente después del parto, también logran alcanzar en forma más rápida el peso que tenían antes del embarazo y encuentran una forma sencilla de espaciar los nacimientos, ya que mientras están amamantando la ovulación está inhibida. Ellas están más tranquillas, menos expuestas a cambios en su estado de ánimo, y desarrollan un vínculo más cercano con el bebé.
La incidencia de alimentación materna en los Estados Unidos se elevó desde el 20% en 1970, hasta alcanzar su pico en tiempos más recientes, alrededor del 62%.
De éstas, el 30% continuó amamantando a los 6 meses después del parto. Luego se observó una disminución estable en la lactancia natural; así en 1989 solo el 52% de las madres comenzó con la lactancia materna, y menos del 20% continuaba dando el pecho a sus niños a los 6 meses.
Son varios los factores que pudieron haber contribuido a que la lactancia materna disminuyera:
· Escaso énfasis en los medios de difusión sobre los beneficios que tiene la lactancia natural.
· Una disminución relativa en la progresiva atención que tendría que recibir la lactancia materna por parte de quienes tienen a su cargo la atención de la salud; y
· Campañas de difusión destinadas a las madres, de leches preparadas infantiles, a través de los medios de información o de correspondencia directa.
En estudios realizados en Argentina se observó que al mes de vida sólo el 26% de los niños recibían lactancia natural parcial y un 14% lactancia artificial. Se encontró asociación estadística entre el tipo de lactancia y el origen socio - ocupacional de la familia, observándose mayor prevalencia de lactancia natural completa en los estratos más altos del ordenamiento social.
En este estudio se detectó alta prevalencia de factores considerados desfavorables para el mantenimiento:
· Cesáreas
· Contactos madre - hijo con posterioridad a una hora del parto
· Alojamiento en nurseries
· Fórmula láctea como primer alimento
La lactancia natural es una técnica aprendida, tanto para la madre como para el bebé.
La madre debe aprender la mejor posición para poner al bebé el pecho, en la cual lo pueda amamantar bien, y por otro lado, el bebé debe aprender formas efectivas para prenderse y sostener el pezón para recibir el calostro o la leche.
En los últimos 50 años, cada vez es mayor el número de madres que dan a luz en hospitales, lejos de su familia, (tradicionalmente, las técnicas de amamantamiento se transmiten dentro de la misma familia, de una generación a otra), asistidas por el personal del hospital, que tiene muy poca experiencia en brindar conocimientos sobre lactancia materna, o incluso, carecen de ella. Recientemente, se ha adquirido la costumbre de que la madre y el niño abandonen el hospital y sean enviados a su hogar uno o dos días después del parto, mucho antes de que "llegue" la leche materna. Es natural, entonces, que los primeros días de la lactancia materna representan para las madres un desafío frente al cual suelen rendirse, porque creen que no tienen la cantidad suficiente de leche y porque algunos bebés pierden mucho peso en la primera o segunda semana en el hogar. No obstante, existe una evidencia de que los bebés y las madres se benefician con 6 o más meses de lactancia materna. En 1992, la American Academy of Pediatric Comité on Nutrition dio a conocer una nueva recomendación, por la cual habría que prolongar la lactancia natural hasta los primeros 6 o 12 meses de vida.
* El Dr. Checcacci, es editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.