Muy rara en el hombre

Obstrucción biliar por Fasciola hepatica

No hay estadísticas sobre la prevalencia de la fascioliasis hepática en Argentina, ya que su denuncia no es obligatoria.

Autor/a: Dra. Marta Papponetti *

Indice
1. Desarrollo
2. Epidemiología

La fasciolasis hepática es una parasitosis animal que en muy raras ocasiones afecta al hombre. Sin embargo, se calcula que en todo el mundo existen entre 2.4 a 17 millones de personas infectadas por Fasciola hepática, habiéndose incrementado su incidencia aparentemente desde 1980. La infección humana ha sido reportada en Unión Soviética, China, Europa, Africa, América del Norte, Sudamérica, Centro América y Australia.
Si bien su problema mayor es la pérdida económica ganadera, es una enfermedad que no hay que olvidar, sobre todo en los pacientes provenientes de zonas rurales ganaderas. Aunque se sabe que las zonas de alta prevalencia de fascioliasis en el ser humano no coinciden necesariamente con las zonas donde la enfermedad constituye un problema veterinario de magnitud.

El hábitat en el hombre es similar al de los animales: el parásito se aloja en la vía biliar, produciendo su obstrucción. Sin embargo, debido a otras localizaciones, los pacientes con fascioliasis pueden requerir atención por el médico de atención primaria, el internista, el neumólogo, el neurólogo, el cardiólogo, el dermatólogo, el gastroenterólogo e incluso por el cirujano, por lo que las manifestaciones proteiformes de la enfermedad deben ser adecuadamente reconocidas para un correcto diagnóstico y oportuno tratamiento.
Se han hecho muchos progresos en el desarrollo de vacunas veterinarias contra F. hepática, pero todavía no existen en el nivel comercial en Argentina. Así que el interés de los médicos veterinarios está centrado en controlar la infestación de los huéspedes intermediarios, los caracoles, y de los huéspedes definitivos, los animales, no solo el ganado vacuno sino también las cabras, los cerdos y los caballos. También existen huéspedes no ganaderos, como las vicuñas en el noroeste argentino y las liebres y los ciervos en la zona de la Patagonia.

A propósito de un informe del INTA de la estación Balcarce de julio de este año, titulado "Fasciola hepática. Un problema que avanza hacia el este de la Cuenca del Salado" me interesé por saber cuál es el estado actual de esta parasitosis en los seres humanos en Argentina, ya que es una enfermedad a la que uno siempre alude cuando tiene que dar un ejemplo de etiología de la obstrucción biliar, pero en un plano muy teórico. Sobre todo, si se tiene en cuenta que es muy rara, y más aún si el campo de acción del médico no se desarrolla en una zona rural.

Mi búsqueda bibliográfica me llevó hasta un trabajo presentado en la "I Reunión de Jóvenes Endoscopistas" en abril de 2000 a propósito de un caso de Obstrucción de la Vía Biliar por Fasciola hepática, por los doctores Fabiana Miele, Daniel Correa y Javier Areta, de la Sección de Endoscopia Digestiva del Hospital Provincial Neuquen  "Dr. Castro Rendón", quienes para completar su exposición hicieron el siguiente repaso de la parasitosis. En dicha presentación es de destacar que en 30 años solo se oficializaron 5 casos da fascioliasis en la provincia del Neuquén, lo que puede estar hablando de su baja prevalencia o de la escasa denuncia de la enfermedad, ya que la misma no es obligatoria.
"La fascioliasis o "saguaypé",  tal como se la conoce en el ámbito rural de nuestra zona," dicen los autores neuquinos, "es una zoonosis parasitaria mundialmente difundida, especialmente en los países productores de ganado. Es común en la ovejas y los vacunos, aunque también pueden infectarse las cabras, los cerdos y los caballos. La Fasciola hepática reside en las vías biliares de estos animales que son sus huéspedes definitivos."
Las pérdidas de hígados de animales con distomas son realmente cuantiosas, dicen, sobre todo en las regiones en las cuales más del 80% del ganado está infectado. Dichas pérdidas no son solamente por el desecho de los hígados enfermos sino, además, por una baja importante de la leche, la lana y la carne.

Los animales adquieren la infección al ingerir los pastos contaminados con las metacercarias del parásito. Las metacercarias resisten las condiciones hostiles del medio ambiente, pero en los pastos secos pierden rápidamente su capacidad infectante.
El hombre es un huésped accidental y se contamina al ingerir plantas acuáticas comestibles, siendo la más  frecuente el berro. Este antecedente se detecta en más del 90% de los casos. La infección en el hombre no es tan frecuente ni grave, puesto que las oportunidades de ingerir las metacercarias son mucho menores que la de los animales. La fascioliasis puede presentarse como una epidemia familiar, como ha sido reportado en Chile, Cuba y Francia, por lo que se aconseja extender la investigación de la infección a todo el núcleo familiar que convive con el caso índice.

*Editora responsable de Medicina Interna de Intramed. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la Universidad de Buenos Aires.