Los pacientes con INTB suelen hacer la primera consulta al médico de familia. Esas infecciones deben detectarse y tratarse con rapidez para evitar la pérdida del miembro o la muerte. Infortunadamente, la INTB no presenta signos patognomónicos. Los pacientes pueden presentar cierta evidencia de celulitis, vesículas, ampollas, edema, crepitaciones, eritema y fiebre. También pueden quejarse de dolor, el cual no tienen proporción con los signos físicos; a medida que la infección progresa, el dolor puede disminuir. Pueden ayudar al diagnóstico los hallazgos en las imágenes por resonancia magnética y los datos de laboratorio, con la detección de acidosis, anemia, anormalidades electrolíticas, coagulopatía y leucocitosis.
No hay un organismo o una combinación de ellos a los que pueda considerarse únicos responsables de las INTB. La mayoría de las infecciones son polimicrobianas, con bacterias anaerobias y aerobias, aunque también se han comunicado infecciones fúngicas. En general, los efectos bacterianos y relacionados con las toxinas convergen para provocar la necrosis de la piel, el shock y la insuficiencia orgánica multisistémica. Es muy importante para el manejo de los tejidos infectados proceder al desbridamiento amplio. El tratamiento antimicrobiano es importante pero sigue estando en segundo lugar respecto de la extirpación de los tejidos necróticos.
Las INTB entran dentro de una categoría amplia de infecciones cutáneas fúngicas y bacterianas. Los términos para su descripción varían de acuerdo con la localización, la profundidad y la extensión de la infección (por ej., la gangrena de Fournier [infección perineal necrotizante], fascitis necrotizante [infección subcutánea profunda]. Según la profundidad de la infección, las INTB pueden causar la destrucción tisular local extensa, la necrosis del tejido, toxicidad sistémica o aun la muerte. A pesar de los avances en el campo quirúrgico y la introducción de antibióticos, las tasas de mortalidad publicadas por las INTB oscilan entre el 6% y el 76%.
Factores anatómicos y tiempo de evolución
Los factores anatómicos son importantes para explicar la facilidad con la cual las INTB puede causar daño. La mayoría de las bacterias y los hongos pueden multiplicarse dentro del tejido viable, pero los tabiques o adherencias entre el tejido subcutáneo y la aponeurosis (por ej., cuero cabelludo, manos) pueden ayudar a limitar la difusión de la infección. La falta natural de estas barreras en otras zonas del cuerpo (tronco, extremidades) facilita la diseminación de la infección.
El tiempo de evolución de las INTB varía, pudiendo progresar durante varios días hasta semanas; sin embargo, lo más frecuente se el riesgo de vida o las secuelas con riesgo de vida que dejan ya a las pocas horas de la infección. Muchas bacterias, como los estreptococos del grupo A, segregan toxinas o proteínas que aumentan su virulencia y que pueden desencadenar una insuficiencia orgánica multisistémica y un shock séptico. Por lo tanto, el médico puede enfrentarse inesperadamente con un paciente que se deteriora con rapidez y que no presenta signos manifiestos de una infección cutánea extensa o solo presenta signos mínimos.
Traducción y resumen objetivo. Dra. Marta Papponetti. Editora responsable de Medicina Interna de Intramed. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la Universidad de Buenos Aires.