El predictor aislado de mayor potencia pronóstica de desarrollo de insuficiencia cardíaca es la presencia de hipertrofia ventricular izquierda, lo que ha determinado, que importantes líneas de investigación se hayan enfocado a descifrar los mecanismos moleculares que conducen a esta patología. La causa más común de insuficiencia cardíaca en los países avanzados es la hipertensión arterial, sin embargo, los pacientes que sobreviven a un infarto de miocardio tienen un riesgo relativo de desarrollar insuficiencia cardíaca que es mayor que con las otras patologías.
Hipertrofia cardíaca
La hipertrofia cardíaca puede definirse como un aumento de masa miocárdica para compensar el aumento del estrés de la pared, según la ley de Laplace. Para llevar a cabo esta respuesta, el miocardio está equipado con sistemas de cascadas de mensajeros celulares. Los miocitos no se multiplican sino que se hipertrofian para lo cual el grupo diploide de cromosomas prolifera pudiendo pasar de 2 juegos hasta 8 juegos de cromosomas.
Como es bien conocido existe una hipertrofia concéntrica que responde a los aumentos de la poscarga (hipertensión arterial, estenosis aórtica) y que se caracteriza por un aumento del espesor de la pared sin mayor aumento de la cavidad ventricular. La otra forma es la hipertrofia excéntrica que responde a sobrecarga de volumen (insuficiencia valvular, anemia) con aumento del espesor de la pared y de la cavidad ventricular. Existe también la miocardiopatía hipertrófica congénita con alteraciones similares a la hipertrofia concéntrica (1 en 500 pacientes) con mutaciones de varios genes que codifican la cadena pesada de la b-miosina, troponina T, a-actina, etc.
Tanto en la hipertrofia concéntrica como la excéntrica se producen cambios neurohumorales y sistémicos. El ejemplo más característico es el sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS). El aumento de la angiotensina II (Ang II), actuando a través de los receptores AT-1 y AT-2, estimula la proliferación de fibroblastos y la producción de colágeno, que es lo suficientemente importante como para producir fibrosis macroscópica la que aumenta la rigidez del ventrículo y reduce la distensibilidad. La Ang II también estimula la hipertrofia del miocito.
Otra molécula que contribuye a estos fenómenos es la endotelina-1.
Por último, la activación del sistema simpático es la causa de una pérdida de sensibilidad b-adrenérgica debido a una disminución de la regulación de los receptores b-1 y desacoplamiento de los b-2.
Es por ello que la inhibición del sistema RAAS es actualmente aceptada como un enfoque terapéutico en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Asimismo numerosos estudios experimentales y clínicos demostraron que los b-bloqueadores reducen el mecanismo de dilatación e hipertrofia y la tensión de la pared lo que determina un aumento de la capacidad funcional y menor mortalidad en estos pacientes. Recientemente se comprobó que los b-bloqueadores inhiben también el sistema RAAS.
La hipertrofia ventricular es una adaptación necesaria ante algún tipo de sobrecarga del ventrículo izquierdo y podría llamarse respuesta compensadora. Pero en algunas situaciones se produce una forma de mal adaptación en esta hipertrofia. Ambas condiciones difieren sensiblemente en sus características morfológicas y hemodinámicas y obedecen a diferentes comportamientos de cascadas moleculares.
Artículo comentado por el Dr. Ricardo Ferreira, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Cardiología.