En su trabajo, los científicos del Instituto Max von Pettenkofer de la Universidad de Munich (Alemania) analizaron linfocitos T infectados con cepas salvajes de H. Pylori o con cepas a las que les faltaba la carga genética de citotoxinas como la VacA y la CagA.
Los autores observaron que cuando la VacA estaba presente se producía una inhibición de la activación y la proliferación de los linfocitos T. Parece ser que la VacA induce un arresto de un ciclo celular específico, interfiriendo el canal de señalización de la interleucina 2 a través del bloqueo de la enzima calcineurina y disminuyendo la transcripción de esa citocina.
Según los autores, los resultados del estudio sugieren que la VacA bloquea “a larga distancia” y de una forma efectiva la activación y proliferación de los linfocitos T en el entorno gástrico, y apuntan a que este mecanismo de inmunosupresión local de la bacteria, clasificada como carcinógeno, puede ser un instrumento importante para la inducción de tumores.
Webs Relacionadas
Science
http://www.sciencemag.org/
Instituto Max von Pettenkofer
http://alpha1.mpk.med.uni-muenchen.de/