En este artículo, declarado como carente de conflictos de interés por los autores, hace una comparación entre los resultados obtenidos con la Serenoa repens y el finasteride en el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna (HPB), una patología prevalente en los hombres, con el avance de la edad.
El palmito serrado, conocido también como Serenoa repens o Sabal serrulatum, es una hierba que se usa comúnmente para tratar los problemas relacionados con la HPB. El elemento medicinal del palmito serrado se obtiene de la fruta madura parcialmente desecada de la palmera enana americana, nativa de las regiones costeras del sudeste estadounidense, desde Carolina y Florida hasta California.
La HPB está muy ligada al envejecimiento masculino. Cuando la próstata aumenta de tamaño, puede provocar tanto síntomas obstructivos como irritativos; sin embargo, el tamaño de la próstata no es predictivo de los síntomas que el paciente experimenta.
El uso del palmito serrado está muy difundido en otros países, dicen los autores y manifiestan que es usado en el 50% de los tratamientos de HPB que se realizan en Italia y en el 90% de los tratamientos alemanes por la misma patología. El principio activo de la planta está constituido por los esteroles y los ácidos grasos libres encontrados en el fruto. El solvente particular utilizado para el proceso de extracción afecta el resultado de la formulación del producto. La forma más estudiada es el Permixon, el cual usa el solvente hexano; otras formulaciones han usado como solventes el etanol, el metano y el anhidrido carbónico líquido. En un principio, el palmito serrado se administraba con raíz de ortiga y semillas de calabaza, y algunas formulaciones modernas todavía incluyen estos elementos.
No está del todo claro cuál de los componentes son los más activos, no comprendiéndose aún por completo su mecanismo de acción. Algunos de los mecanismos propuestos incluyen la actividad antiinflamatoria, el bloqueo de la conversión de testosterona a dihidrotestosterona y, la involución epitelial prostática, similares a los efectos observados con el uso del finasteride (Proscar).
Alivio de los síntomas
Los tratamientos de la HPB pueden evaluarse por su efecto sobre síntomas como la disminución del chorro miccional, el goteo posmiccional, la incontinencia por rebasamiento y, le retención urinaria, o por mediciones menos utilizadas como el índice del flujo urinario, los cambios en el tamaño de la próstata y, el volumen residual.
En una Cochrane Review, los investigadores realizaron una metaanálisis de estudios controlados y aleatorizados comparando el palmito serrado con el placebo u otros fármacos. [Nivel de evidencia A: revisión sistemática de trabajos controlados y aleatorizados] La revisión combinó los resultados de 21 trabajos, cuyas duraciones oscilaron entre las 4 y las 48 semanas. Los 21 estudios incluyeron un total de 3.139 hombres, con una edad promedio 65 años (40 a 88 años).
De acuerdo con la International Prostate Symptom Scale, esos hombres tenían síntomas moderados, con un puntaje urológico promedio de 14,4 puntos de un total de 35 puntos (los síntomas de HPB moderada oscilan entre los 8 y los 19 puntos). En los 13 estudios que informaban los síntomas por puntaje, el palmito serrado mejoró dichos puntajes, como así los síntomas individuales y las medidas de flujo, comparado con el placebo. Los pacientes y los médicos informaron mayor mejoría con el palmito serrado que con el placebo. En los 12 estudios que informaron nocturia, se comprobó que el palmito serrado la redujo un 25%, comparado con el placebo.
En dos estudios, el palmito serrado y el finasteride tuvieron efectos positivos similares sobre los puntajes de los síntomas urinarios y el flujo pico urinario. Los efectos adversos causados por el palmito serrado fueron leves e infrecuentes y comparables a los efectos colaterales del placebo. Las tasas de abandono entre los pacientes que recibían placebo, palmito serrado y finasteride fueron 7,1; 8;9 y 9.0, respectivamente.
Una revisión reciente arrojó resultados similares a los de la Cochrane Review. Hay que aclarar que el palmito no fue comparado con los resultados obtenidos mediante el tratamiento quirúrgico. El palmito serrado también se usa mucho para el tratamiento de la prostatitis crónica, aunque los autores señalan que faltan evidencias científicas al respecto.
Traducción y comentario: Dra. Marta Papponetti. Editora Responsable de Medicina Interna de Intramed. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la Universidad de Buenos Aires