El concepto de larva migrans involucra la migración de estadios larvarios de nematodos provenientes de un animal en un hospedero no habitual, en el que no puede desarrollar el estadio adulto. En el ser humano los agentes relacionados con más frecuencia son Toxocara canis y T. catis. Estos nematodos desarrollan su estadio adulto en el intestino del perro y del gato, donde cada hembra produce 200.000 huevos por día que son eliminados al medio ambiente y se vuelven infectantes en 2 a 5 semanas.
Al ser ingeridos por el hombre, la larva atraviesa la pared intestinal, por vía venosa migra al hígado y al resto del organismo; permanece como larva y puede generar un granuloma, no siempre detectable.
Su migración produce diferentes patrones clínicos con localizaciones viscerales únicas o múltiples. Clásicamente se describen dos síndromes: larva migrans visceral caracterizado por compromiso hepático, pulmonar, anemia, eosinofilia y larva migrans ocular. La pérdida de la visión del ojo lesionado es la manifestación clínica más grave de esta parasitosis.
A partir de estudios de prevalencia en la población general, se observó que un número importante de individuos presenta serología reactiva sin compromiso clínico evidente. Esta parasitosis presenta aún un gran número de temas sin resolver respecto al diagnóstico y existen controversias respecto al tratamiento. En Argentina son escasos los informes de series de pacientes con toxocariasis.
Con el objetivo de describir los hallazgos clínicos y de laboratorio en niños con toxocariasis, en forma prospectiva se diagnosticaron 54 niños con serología reactiva por técnica de enzimoinmunoanálisis (ELISA) para Toxocara, entre enero de 1998 y septiembre de 2000 en el Hospital de Niños R. Gutierrez. Éstos 54 niños fueron divididas en 3 grupos: grupo A, asintomáticos, 24 casos (44 %); grupo B, síndrome de larva migrans visceral, 16 casos (29,6 %); grupo C, larva migrans ocular, 14 casos (25,9 %).
Se compararon la edad, los títulos serológicos y la eosinofilia al diagnóstico entre los grupos. Se indicó como tratamiento 10-15 mg/kg/día de albendazol durante 15 días o 25 mg/kg/día de tiabendazol en 2 series de 7 días.
Los hallazgos clínicos encontrados por los autores fueron: 24 casos asintomáticos, (44,4 %); neumonitis en 9 (16,7 %); hepatomegalia en 6 (11,1 %); uveítis posterior aguda en 5 (9,3 %); estrabismo en 5 (9,3 %); leucocoria en 4 (7,4 %); fiebre en 3 (5,6 %). Hubo un caso de queratitis, uno de cataratas, uno de miocarditis y uno de neumonía con derrame.
Algunos pacientes presentaron más de un signo clínico. Cuatro pacientes perdieron la visión del ojo lesionado. No se encontraron diferencias en la edad y los títulos serológicos entre los grupos. Se halló menor eosinofilia en los niños con compromiso ocular con relación a los otros grupos (p < 0,001). Se observó mejoría clínica en los niños con infección activa y una disminución del 70,4 % en el recuento de eosinófilos en el seguimiento a un año postratamiento. Los títulos serológicos mostraron un comportamiento errático en el seguimiento.
Artículo comentado por el Dr. Edgardo Checcacci, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.