Diagnóstico es el conocimiento del estado de salud o enfermedad que guarda una persona. Por extensión podemos aplicar la definición a un órgano, región o sistema, sin perder de vista la unidad fisiopatológica del organismo humano, del cual podemos decir que nunca está totalmente enfermo ni absolutamente sano, sino más bien en un estado de lucha constante frente al medio, a las agresiones y factores nóxicos; de lucha por encontrar un estado de equilibrio con la naturaleza.
El diagnóstico nos permite establecer si el estado de equilibrio existe o si por lo contrario se ha roto. En toda enfermedad el principal objetivo del diagnóstico acertado es el poder instituir las medidas terapéuticas adecuadas; por lo tanto el éxito del tratamiento descansa y parte del conocimiento de la condición patológica existente, por cuanto que nos permite recurrir a las variadas formas de tratamiento de la enfermedad, e inclusive frecuentemente podrá indicarnos la conveniencia de no intervenir.
Para establecer un diagnóstico se requiere observar, descubrir, valorizar, los signos y síntomas normales y anormales presentes; así como antecedentes del caso, para poder efectuarIo, necesitamos adquirir previamente el conocimiento de la existencia de ellos. De sus características, modalidades, frecuencia, importancia, su valor en el diagnóstico, etc., así como reconocer el hecho de que puedan estar ahí, con el objeto de buscarIos y hallarIos.
Si ignoramos cuáles son los posibles signos y síntomas de un padecimiento, aún cuando estén presentes los pasaríamos por alto errando en el diagnóstico. El estudio de la patología, síntesis del conocimiento y experiencia de muchos hombres, nos permite adquirir este conocimiento ya existente, a la vez que agregar nuestras propias observaciones y experiencias.
El diagnóstico ha de cumplir la misión de identificar a la enfermedad dentro de un grupo de padecimientos con signos y síntomas semejantes, esto es, tendremos que establecer un diagnóstico diferencial entre varias enfermedades.
Al mismo tiempo el diagnóstico diferencial tendrá que identificar diversos estadíos, etapas o fases de un padecimiento ya que el tratamiento de cada una de estas fases puede ser totalmente diferente. El diagnóstico se obtiene de una simple operación aritmética en la que
se suman los signos y síntomas que identifican a un padecimiento o una fase de él; sin embargo, esto no es tan simple, porque no todos los rasgos distintivos de una" enfermedad están siempre presentes en todos los casos, además de que los signos y síntomas no siempre son perfectamente definidos, nítidos, precisos e identificables. Siempre es indispensable, un algo, o un mucho, de experiencia, suma de factores que no es posible transmitir fácilmente en palabras, sino que se adquiere por el repetido estudio, análisis, práctica, examen, razonamiento y crítica del conocimiento.
En este capítulo vamos a estudiar solamente algunas de las manifestaciones de la enfermedad caries dentaría, que nos permitan establecer el diagnóstico diferencial entre caries de1º, 2º, 3º Y 4º grados, de acuerdo con la clasificación clásica de profundidad y daño a los tejidos dentarios.
Aún cuando el concepto de la entidad nosológica conocida con el nombre de caries dentaria ha cambiado en los últimos años aceptando que se trata de un padecimiento multifactorial tanto desde el punto de vista general cuanto local; el dentista durante su ejercicio profesional debe enfrentarse al tratamiento de las lesiones locales a nivel dentario.
Por lo tanto sin dejar de considerar que nos referimos a un padecimiento en el que, en el mejor de los casos, solamente se trata de un estado infeccioso de la cavidad bucal, debemos tratar individualmente cada uno de las lesiones dentarias. Por esta razón me referiré al diagnóstico diferencial de una lesión cariosa y en particular a su grado de avance, a la destrucción y alteración producida en las estructuras dentarias, ya que su tratamiento es diverso según se trate de un grado u otro.
El diagnóstico se deriva de un juicio crítico, de un análisis meticuloso, de una valoración acertada de los signos y síntomas obtenidos por intermedio de la exploración en el momento del examen. Precisamos que no existe un síntoma o signo patognomónico que por sí solo nos permita establecer el grado de una lesión cariosa. Por esta razón es la suma de datos arrojados por los diversos métodos de exploración, sin predominio de uno sobre otro, lo que nos integrará el diagnóstico.
El síntoma subjetivo dolor, sobre el que frecuentemente hacemos recaer todo el peso del diagnóstico, es difícil de interpretar tanto por el profesionista -como por el paciente-, no todas las características del dolor se dan en un caso y para cada tipo, además no siempre se presenta dolor aún en los casos avanzados de 3º ó 4º grado y las características del dolor frecuentemente se entremezclan.
El diagnóstico precoz, temprano, de una caries de primer grado presenta problemas que hasta el momento no están resueltos, los medios de exploración actuales resultan demasiado crudos para este fin. El diagnóstico de una lesión cariosa de segundo grado, de profundidad incipiente o media, probablemente sea el más fácil y acertado; pero el diagnóstico diferencial entre un segundo grado profundo, un tercer grado, o entre éste y un cuarto grado inicial (donde la pulpa ha perdido su capital para recuperarse) resultan verdaderos rompecabezas de difícil acierto. Por esta razón debemos aprovechar al máximo todos los medios exploratorios. El diagnóstico de presunción o definitivo sólo podrá establecerse después de haber utilizado y analizado todos y cada uno de los medios de exploración.