‘¿Cuánto tiempo ha pasado a la semana haciendo ejercicio en el último año?’ Con esta pregunta, un grupo de científicos norteamericanos estudió los hábitos de un grupo de 44.452 hombres entre 1986 y 1996 para llegar a la conclusión de que el ejercicio intenso permite reducir hasta un 42 % el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o de morir a causa de una afección coronaria. Una prueba más a favor del ejercicio físico.
Todo vale: correr, caminar, levantar pesas, remar.... Cualquier tipo de actividad física intensa permite proteger nuestro corazón, aunque, eso sí, este estudio de la Escuela de Salud –Pública de Harvard (Estados Unidos), publicado en el ‘Journal of the American Medical Association’ , sólo se refiere a hombres.
No es la primera vez que una investigación demuestra que existe una relación inversa entre la actividad física y el riesgo de enfermedad cardiaca. Sin embargo, y aunque se insistía en que las personas sedentarias tenían el doble de riesgo de sufrir un infarto, hasta ahora no se había establecido con exactitud cuál era el nivel óptimo de ejercicio.
Los autores de esta investigación sugieren que es más importante la intensidad de la caminata que el tiempo dedicado a caminar. Por eso, aunque admiten que se pueden obtener algunos beneficios cardiosaludables del hecho de caminar, insisten en que es más importante la intensidad que imprimamos a nuestro paseos: “El ejercicio debe ser vigoroso para que realmente pueda protegernos de afecciones cardiovasculares”.
Cada dos años, los participantes en el estudio fueron preguntados por la cantidad de ejercicio que habían practicado semanalmente en los últimos 365 días. Desde el inicio del estudio se excluyó específicamente a cualquier hombre con afecciones coronarias para evitar posibles interferencias en los resultados, al cabo de los 10 años de investigación se registraron 1.700 nuevos casos de enfermedades coronarias.
Después de analizar los datos, se observó que los hombres que corrían al menos una hora a la semana tenían una reducción del riesgo de padecer alguna enfermedad del corazón del 42%. Incluso un ejercicio más ligero como caminar a paso rápido permitía una reducción del riesgo del 18%. En el caso de quienes levantaban pesas durante media hora o más a la semana, la reducción era del 23%, mientras que remar al menos 60 minutos semanales permitió reducir el riesgo coronario un 18%.
Este estudio además, demuestra por primera vez la utilidad para el corazón de actividades de resistencia (levantamiento de pesas, por ejemplo, o empleo de máquinas de fuerza). Aunque admiten que son necesarios nuevos estudios para saber si recomendar entrenamientos de fuerza para la prevención cardiovascular tiene suficientes garantías, señalan que este tipo de ejercicios son recomendables para ancianos y personas con problemas de corazón gracias al incremento de todas las funciones musculoesqueléticas.
El trabajo concluye recomendando incrementar la intensidad del ejercicio aeróbico de bajo a moderado y de moderado a intenso, según cada cuál, y añadir ejercicios de fuerza a nuestros programas de ejercicio para lograr reducir los riesgos para el corazón.