Erwin Chargaff

Muere el descubridor de la composición de bases del ADN

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El estadounidense de origen austríaco Erwin Chargaff, uno de los pioneros de la bioquímica, murió el jueves a los 96 años de edad en Nueva York, donde residía, informó en Viena la editorial Klett-Cotta, que publicó toda su obra.

Nacido en 1905 en Czernowitz, localidad que entonces pertenecía al imperio austro-húngaro y hoy a Ucrania, Chargaff descubrió al final de la década de 1940 la composición de bases del ADN, piedra angular para descifrar la herencia genética.

Su madre murió en el campo de concentración de Auschwitz y él tuvo que emigrar a EEUU.Estudió en la Universidad de Yale, y también en Berlín con el físico Otto Hahn, antes de empezar a impartir clases en la universidad neoyorquina de Columbia, a la que permaneció fiel hasta muy avanzada edad.

Escribió más de 300 trabajos sobre bioquímica y en particular sobre la estructura del ADN. Pero además de bioquímico, Chargaff fue un crítico de la cultura moderna para quien el siglo XX fue el más abominable de la Historia.

``Vivimos en un mundo de autistas. Nadie se interesa por nada: asistimos a algo así como a movimientos migratorios de individuos deliberadamente incultos'', describía el científico.

Chargaff consideraba que los logros científicos y técnicos se han convertido en una maldición, pese a que él personalmente había contribuido en buena medida al desarrollo de la ciencia.

Criticó a muchos de sus colegas que se dedicaron a la biología molecular en la década de 1960 no por amor a la ciencia, sino porque se había convertido en una ``profesión lucrativa''. ``La industria hizo una serie de encargos muy bien dotados económicamente y nos convertimos de pronto en objetos de moda. Es algo que me repugnó. Yo siempre fui un individualista'', declaró en una ocasión.

Chargaff, que se consideraba un pesimista nato, censuraba la investigación sobre la energía nuclear y la tecnología genética, y defendía valores como la naturaleza, la cultura de la antigua Europa y una ética de la renuncia en la investigación científica.

En un estudio titulado ``Pobre América, pobre mundo'', Chargaff criticó ``las mentiras y la hipocresía reinantes como síntomas de traición de la democracia''.

(El País, 24/06/2002)