El presente artículo es la experiencia en la complicación de accidente cerebrovascular (ACV) después de la cirugía de revascularización coronaria.
Métodos:
Durante un período de 10 años, se operaron en el Washington Hospital Center 16.528 pacientes de cirugía de revascularización coronaria. No se incluyen en este grupo los pacientes con patología valvular asociada y los que se operaron sin circulación extracorpórea.
Resultados:
Se produjo ACV en 333 enfermos (2%). Las variables preoperatorias que tuvieron significación estadística fueron: insuficiencia renal crónica (definida como creatinina >2mg/ml), infarto de miocardio reciente (dentro de las 24 horas previas a la cirugía), antecedentes de ACV, enfermedad carotídea, hipertensión, diabetes, baja fracción de eyección del ventrículo izquierdo (<35%), y edad >75 años. Dentro de las variables posoperatorias, se destacaron con significación estadística: el bajo volumen minuto y la fibrilación auricular.
El ACV casi duplicó la estadía hospitalaria y la mortalidad perioperatoria que fue del 2,7% en los pacientes sin ACV, subió al 14,4% (p<0,001) en los que tuvieron dicha complicación.
La circulación extracorpórea genera microembolias de tipo múltiple que según su localización y tamaño pueden llegar a producir ACV. De hecho la circulación extracorpórea de corta duración y la cirugía cardíaca sin circulación extracorpórea producen alteraciones cerebrales funcionales en un grado significativamente inferior. Estos dos aspectos pueden mejorarse con un equipo quirúrgico muy entrenado. Los otros factores que no pueden corregirse en el momento de la cirugía como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal y edad avanzada, deben ser tenidos en cuenta por el cirujano a los efectos de adoptar los recaudos necesarios para prevenir el ACV. Este es el grupo de pacientes donde la cirugía de revascularización coronaria sin circulación extracorpórea debe ser implementada mientras así lo permita el tipo de lesiones coronarias.
Comentario del Editor original
El accidente cerebrovascular (ACV), constituye una complicación grave después de la cirugía cardíaca. En la década del 60 la incidencia de esta complicación oscilaba entre el 5 y el 9%. Con la mayor experiencia quirúrgica, el empleo de lupas magnificadoras y mejores oxigenadores y técnicas de protección miocárdica, la incidencia del ACV se redujo entre 1 y 5%. En este artículo, la magnitud de la casuística permite sacar conclusiones de mayor valor respecto a los factores preoperatorios y posoperatorios que aumentan el riesgo de ACV. Los autores además analizan los distintos mecanismos involucrados durante la cirugía cardíaca en el desarrollo de ACV.
Artículo comentado por el Dr. Ricardo Ferreira, editor de IntraMed en la especialidad de Cardiología