El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una de las alteraciones endocrinológicas más frecuente en la mujer. Se caracteriza por un conjunto de síntomas que parecieran no relacionarse entre sí, como la ganancia de peso, períodos menstruales irregulares y aumento del vello facial. Las pacientes con este síndrome pueden presentar pérdidas intermenstruales, esterilidad, obesidad, hirsutismo, caída del cabello y acné. Estas mujeres con SOP tienen siete veces más riesgo de padecer una patología cardíaca, el 40% va a desarrollar una diabetes tipo 2 y tienen un riesgo aumentado para cáncer de endometrio. Es por eso, que es una patología que hay que tener en cuenta y tratarla en forma prematura para disminuir estos riesgos.
El SOP es un problema endócrino que se cree que tiene sus raíces en el metabolismo de la insulina. Se produce una insulinorresistencia acompañada de hiperinsulinemia compensatoria. Esta hiperinsulinemia disminuye la concentración de la globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG) lo que lleva a un hiperandrogenismo. Los altos niveles de hormonas androgénicas interfieren con el eje hipotálamo hipofisario, llevando a un aumento de los niveles de LH con la consecuente anovulación, amenorrea y esterilidad.
Al realizar una ecografía vaginal se observan ovarios agrandados con pequeños quistes foliculares de 6-10 mm en la periferia (imagen de ovario poliquístico) con un estroma central hiperecogénico.
Parte del problema es que los síntomas del SOP se manifiestan de diferentes maneras. De hecho, no todas las mujeres afectadas tienen ovarios poliquísticos, a pesar de que esa fue la manifestación que le dio el nombre en 1930. Las mujeres con SOP pueden tener cualquier combinación de síntomas con distintos grados de severidad. Como resultado, los investigadores, médicos y pacientes ven a los síntomas de manera individual y no colectiva.
Muchas mujeres con SOP también tienen una resistencia a la insulina.
Eso significa que su organismo no utiliza la insulina adecuadamente y como resultado, la produce en exceso para compensar. Esta resistencia a la insulina se debe a un defecto posreceptor donde se produce una alteración en la fosforilación de la serina lo que impide el transporte de la glucosa dentro de la célula. Los altos niveles de insulina pueden tener un impacto en los ovarios, el páncreas y la producción de andrógenos. A esto se suma que a mayor sobrepeso, se produce más insulina. Pero, la sobreproducción de insulina también hace más difícil adelgazar lo que trae otros problemas médicos.