Vacunacion y embarazo

¿Hay que preocuparse si una paciente se aplicó la vacuna de la Rubéola durante el embarazo?

¿Es necesario considerar la posibilidad de un aborto por la exposición a la vacuna de la rubéola y si se debe evitar vacunar a la mujer embarazada por miedo de inducir un síndrome de rubéola congénita ?

Autor/a: Dra. Marisa Geller *

Indice
1. Desarrollo
2. Referencias

La vacuna de la rubéola está contraindicada durante el embarazo. En algunos países donde el aborto es legal, muchas mujeres optan por abortar en caso de que coincida la vacunación con el primer trimestre del embarazo. Pese a que hay muchos artículos que hablan de los efectos de la vacuna en el embarazo, se ha publicado en el British Jounal of Medicine un trabajo de la Universidad de Toronto en Canadá que dice que la vacuna de la rubéola es segura durante el primer trimestre del embarazo. Estos hallazgos se presentaron recientemente en el meeting anual de la Sociedad Americana de Farmacología Clínica y Terapéutica (American Society for Clinical Pharmacology and Therapeutics) en Orlando, Florida, Estados Unidos.

Esta comunicación plantea el interrogante acerca de si es necesario considerar la posibilidad de un aborto por la exposición a la vacuna de la rubéola y si se debe evitar vacunar a la mujer embarazada por miedo de inducir un síndrome de rubéola congénita.
La rubéola es un togavirus que generalmente produce una infección de vías aéreas superiores, rash cutáneo, fiebre y adenopatías. Las complicaciones de la enfermedad pueden ser artritis, encefalitis y rubéola congénita. Esta última se produce cuando la mujer contrae la enfermedad en el primer trimestre del embarazo.

Cerca del 85% de las mujeres que contraen la rubéola en el primer trimestre se lo transmiten al feto. El síndrome de rubéola congénita puede producir sordera, malformaciones cardíacas, dificultades en el aprendizaje, defectos óseos y alteraciones oculares como cataratas, glaucoma, retinopatía y microftalmos. También puede producir hepatoesplenomegalia y aborto.

Dado que la rubéola es tan virulenta en el primer trimestre del embarazo, la vacuna, que es a virus vivo atenuado, no se aconseja en este período. Cuando se indica la vacuna se desaconseja el embarazo por tres meses.

Sin embargo, al analizar retrospectivamente pacientes que recibieron la vacuna en el primer trimestre del embarazo, se encontró que el riesgo de desarrollar el síndrome de rubéola congénita es muy bajo. El centro de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos (US Centers for Disease Control and Prevention) tiene un registro de las embarazadas que recibieron inadvertidamente la vacuna entre 1979 y 1989 y no encontraron ningún caso de síndrome de rubéola congénita en 321 recién nacidos.
El trabajo de la doctora Zina Levichek del programa de embarazo de riesgo de la Universidad de Toronto en Canadá, comparó la tasa de malformaciones fetales en los recién nacidos de 94 mujeres que recibieron por equivocación la vacuna durante el embarazo con otras 94 embarazadas que no la recibieron durante la gestación. La tasa de anomalías fetales fue similar en ambos grupos. Tampoco hubo diferencias significativas en el peso de los recién nacidos al nacer ni alteraciones en el desarrollo ni en el test auditivo. La única diferencia significativa fue la alta tasa de abortos en el grupo que recibió la vacuna durante el embarazo.

Según Pat Tookey, coordinador del programa nacional de seguimiento de rubéola congénita en Londres, el departamento de salud recomienda a la población que eviten el embarazo luego de aplicarse la vacuna contra la rubéola por un mes y no tres. Además, no recomiendan la terminación del embarazo aunque la mujer se halla aplicado la vacuna, en vista de los resultados de la observación de los datos recogidos en Estados Unidos, Alemania, Suecia e Inglaterra.

En Inglaterra y Gales se reportaron menos de 40 terminaciones electivas de embarazos asociados con la vacuna de rubéola en los últimos 10 años, comparado con más de 400 en los 10 años anteriores. Se reportaron cerca de 100 nacidos vivos al programa de vigilancia de la rubéola congénita; el 60% de las madres fueron susceptibles a la vacuna y ningún neonato tuvo un síndrome de rubéola congénita. Sin embargo, de los 25 neonatos a los que se les realizó una IgM para rubéola, 4 fueron positivas. A pesar de que ningún neonato nació con síntomas atribuibles a una infección por rubéola, no se puede asegurar que la vacuna contra la rubéola sea segura en el primer trimestre del embarazo.

Por ende, frente a una mujer en edad reproductiva, se debe realizar un dosaje de Ig M e Ig G para rubéola para ver si estuvo en contacto con el virus. En caso de obtener un resultado negativo se debe indicar la vacuna junto con un método anticonceptivo seguro por un mínimo de un mes. Si, accidentalmente, se lograra un embarazo dentro del mes de aplicada la vacuna, se debe tranquilizar a la paciente e informarle que las chances de un síndrome de rubéola congénita son muy bajas.

* Editora responsable de Tocoginecología