Resultados
Se incluyeron un total de 16 pacientes, todos ellos del sexo masculino. La edad al inicio del tratamiento osciló entre los 7 años y 3 meses y los 14 años y 6 meses, con una edad media de 12 años.
El motivo de consulta inicial más frecuente, según los padres, fue la hiperactividad con siete casos, seguido por los problemas en la conducta con cinco casos, en tres ocasiones consultaron por retraso psicomotor y sólo en un caso por tics.
Todos los niños habían llevado previamente tratamiento farmacológico por sus problemas de conducta, en número que oscilaba entre uno y cinco fármacos, con una media de 3,2 fármacos por paciente. Los fármacos más empleados fueron los neurolépticos, seguidos de los psicoestimulantes, que corresponden a los dos grupos de fármacos que más se emplean para el tratamiento de los trastornos de la conducta en los niños. En dos casos se había empleado previamente la risperidona con una pauta diferente de la del presente estudio, por lo que se decidió volverla a emplear con la mencionada, ya que se retiró por aparición de efectos adversos de somnolencia excesiva y no por falta de eficacia.
Se inició el tratamiento con risperidona, oscilando la dosis en el momento de la última valoración de cada niño entre 0,75 y 3 mg al día (media de 1,6 mg/día), o entre 0,01 y 0,05 mg/kg/día (media de 0,03 mg/kg/día).
La risperidona se empleó como fármaco único para el control del comportamiento en ocho casos, junto con benzodiacepinas en tres casos y junto con antidepresivos en un caso. En los niños epilépticos se empleó, junto con valproato sódico, vigabatrina y clonacepam en uno de ellos, y en el otro con valproato sódico, lamotrigina y topiramato. En ningún caso se observó interacción medicamentosa alguna. La administración de la risperidona permitió la reducción del número de fármacos empleados, por los problemas de comportamiento en dos de los niños.
La valoración de la sintomatología de los 14 niños se realizó mediante recogida de datos a los padres durante la visita. Se valoraron los síntomas de la conducta en cada caso en particular, dependiendo de los problemas individuales de cada niño. La evolución se consideró favorable en 10 casos, con una llamativa mejoría en la relación social.
El efecto adverso más frecuentemente observado fue el incremento de peso, valorado por nosotros como el incremento del IMC, ya que éste aumentó en 10 de los 14 pacientes. El IMC sufrió un incremento leve en cinco pacientes, moderado en tres y agudo en dos. Este incremento del IMC se produjo sobre todo inicialmente, en los 3 primeros meses de tratamiento; posteriormente fue más leve, apreciándose un menor incremento posterior en algunos de los casos, sin que se haya observado relación del incremento del IMC con un mayor o menor IMC previo o con la edad del paciente
Discusión
La risperidona, uno de los nuevos fármacos antipsicóticos de la familia de los neurolépticos atípicos, presenta muchos menos efectos secundarios que los neurolépticos clásicos. Su empleo en los niños todavía no está completamente establecido, pero se han realizado varios estudios en niños afectos de esquizofrenia, TGD, TDAH y trastorno de Tourette, entre otros. En general son estudios de tipo abierto, que incluyen tanto a niños como adultos, con escaso número de niños y agrupados según patologías. En el presente estudio no hemos incluido a ningún niño por el diagnóstico que presentaba, sino por su sintomatología de problemas de comportamiento, que en todos los casos era entre moderada y grave; los niños debían ser considerados en su ambiente familiar y escolar como niños inmanejables. Dado el escaso número de pacientes que componen la muestra de este estudio podemos hacernos una idea del perfil de niños de la consulta de neuropediatría que pueden beneficiarse de este tipo de tratamiento; asimismo, sirve de referencia de las dosis empleadas y que resultan eficaces y documenta sobre los efectos adversos que nos podemos encontrar.
Destacamos que todos los pacientes incluidos son del sexo masculino, hecho que corrobora que este tipo de trastorno es más frecuente en el sexo masculino que en el femenino. La edad de inicio del tratamiento osciló entre los 7 y los 14 años, con una edad media de 12 años, edad que podría considerarse el inicio de la adolescencia, que siempre suele asociarse a un agravamiento del comportamiento en los niños.
La dosis de risperidona osciló entre 1 y 2,5 mg/día en los seis niños, apreciándose mejoría en todos los casos, así como un incremento significativo de peso en todos ellos; esto no condicionó la retirada del fármaco, ya que le evolución de los tics fue favorable.
Cuatro pacientes nuestros presentaron un trastorno de Tourette que se trataron con dosis de risperidona entre 1 y 2,5 mg/kg/día, apreciándose la desaparición de los tics en un caso y una mejoría de los mismos, con una reducción mayor del 50%, en los otros dos. Hay que tener en cuenta que no se incluyeron estos niños en el estudio por el trastorno de Tourette sino por sus problemas de comportamiento con o sin TDAH, y que mejoraron con la risperidona; posiblemente, si se hubiera tratado de eliminar los tics, las dosis de risperidona hubieran tenido que ser superiores.
Conclusiones
Pensamos que la risperidona es un buen fármaco para el tratamiento de los problemas del comportamiento moderados/graves en los niños, que suelen responder incluso con dosis bajas, sin que entonces se presenten los efectos secundarios más temidos, que son los de tipo extrapiramidal. Apreciamos una mejoría considerable en los casos de los niños afectos de trastorno de Tourette. Los niños afectos de RM con problemas graves de comportamiento son los que más se beneficiaron de este tratamiento.
El aumento de peso fue el efecto adverso más frecuentemente observado, hecho no grave pero que podría llegar a condicionar la instauración de este tipo de fármaco, sobre todo en niños ya obesos o con conducta compulsiva hacia la comida.