El infliximab es un anticuerpo humanizado contra el factor alfa de necrosis tumoral (TNF-a) que se utiliza en el tratamiento de la enfermedad de Crohn y de la artritis reumatoidea. Aproximadamente un total de 147.000 pacientes alrededor del mundo han recibido un tratamiento con infliximab. El TNF-a administrado en exceso, sumado a la presencia de tuberculosis podría provocar pérdida de peso y sudor nocturno; no obstante, en modelos de animales este factor tiene un importante rol protector como respuesta a la tuberculosis.
Dado que hasta la actualidad no se han registrado evidencias que determinen el rol protector del TNF-a en pacientes con tuberculosis, un grupo de investigadores norteamericanos analizó todos los reportes de tuberculosis posteriores a la terapia con infliximab que fueron presentados hasta el 29 de mayo del 2001, a través del sistema de reporte espontáneo MedWatch que se encuentra bajo dependencia de la Administración de Drogas y Alimentos.
De acuerdo a los resultados obtenidos, fueron reportados un total de 70 casos de tuberculosis posterior al tratamiento con infliximab para un promedio de 12 semanas. Los investigadores encontraron que 48 pacientes desarrollaron tuberculosis tras haber recibido 3 infusiones o menos de esta droga. Un total de 40 pacientes experimentaron enfermedad extrapulmonar (17 padecieron enfermedad diseminada, 11 enfermedad de nódulos linfáticos, 4 enfermedad peritoneal, 2 enfermedad pleural y cada uno de los 6 restantes padeció enfermedad meningeal, entérica, paravertebral, ósea, genital y de vegija). El diagnostico fue confirmado a través de una biopsia en 33 pacientes; de los 70 reportados, 64 provenían de países con baja incidencia de tuberculosis.
La frecuencia de reporte de tuberculosis en asociación con la terapia de infliximab fue mucho más elevada que la frecuencia de reporte de otras infecciones oportunistas asociadas con esta droga. Asimismo, el índice de casos reportados de tuberculosis entre los pacientes tratados con infliximab fue más alto que los índices disponibles hasta el momento.
Los investigadores creen que la tuberculosis activa podría desarrollarse rápidamente después de la iniciación del tratamiento con infliximab; antes de prescribir la droga, los médicos deben realizar un rastreo en los pacientes con enfermedad o infección por tuberculosis latente.