Comparación de tomografía computada, imágenes por resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones

Detección de metástasis del ganglio linfático pélvico en neoplasias ginecológicas

Recientemente, un grupo de investigadores evaluó la capacidad de tres modalidades diagnósticas por imágenes para detectar metástasis del ganglio linfático pélvico a través de la comparación de las imágenes con hallazgos histopatológicos, luego de la disección del ganglio linfático.

La evaluación exacta del estado del ganglio linfático antes del tratamiento es crítica en el tratamiento de los cánceres ginecológicos, dado que la supervivencia de 5 años y el tratamiento en las mujeres se ve influenciado por el compromiso del ganglio linfático. 

A partir de un reciente estudio, un grupo de investigadores evaluó la capacidad de la tomografía computada (TC) por rayos X, de las imágenes por resonancia magnética (MRI) y de la tomografía por emisión de positrones (PET) 18F-FDG para detectar metástasis del ganglio linfático pélvico a través de la comparación de las imágenes con hallazgos histopatológicos, luego de la disección del ganglio linfático.

Durante la investigación fueron estudiadas 18 pacientes con cánceres ginecológicos a través de métodos por imágenes antes de ser sometidas a cirugía. Las imágenes fueron inicialmente revisadas con condiciones diagnósticas de rutina y luego, de manera subsiguiente, por dos observadores que no tenían conocimiento acerca de los hallazgos clínicos e histopatológicos previos de las pacientes. Las zonas nodales fueron divididas desde la parte superior (desde la aorta hasta las bifurcaciones ilíacas comunes) e inferior (desde las bifurcaciones ilíacas comunes hasta los ligamentos inguinales) de la cadena ilíaca. Todos los resultados aportados por los observadores fueron analizados estadísticamente por su especificidad, sensibilidad, valores predictivos negativos o positivos, prueba exacta de Fisher (observadores individuales) o  prueba del chi cuadrado (observadores combinados) y prueba kappa de Cohen.

De acuerdo a los resultados obtenidos, 8 de las 18 pacientes presentaron metástasis del ganglio linfático en la histología. Los hallazgos de las tres modalidades utilizadas para el estudio coincidieron completamente sólo en una paciente. La TC reveló correctamente 10 pacientes con ganglio-negativo, en tanto las MRI fueron correctas en 8 de estas pacientes. La PET 18F-FDG mostró una paciente con ganglios linfáticos negativos para el tumor. La CT fue la modalidad por imágenes más específica (97.0%), con valores de rendimiento de las MRI y la PET de 90.7% y 77.3%, respectivamente, aunque la sensibilidad de todas las modalidades fue baja (CT, 48.1%; MRI, 53.7%; PET, 24.5%). El acuerdo de los observadores para cada modalidad fue bueno; los valores kappa entre todos los observadores fue de 0.88 para la TC, de 0.85 para las MRI y de 0.72 para la PET.

La TC es la modalidad más específica para detectar ganglios linfáticos positivos para el tumor en los cánceres ginecológicos, en tanto las MRI son las más sensibles. Los resultados pobres arrojados por la PET en la pelvis se atribuyen a los 18F-FDG urinarios en los uréteres o la vejiga, lo cual puede enmascarar o imitar una metástasis en el ganglio linfático.