Creatividad

El marco conceptual piagetiano ante el problema de la creatividad

Frente a la multiplicidad de esfuerzos de la psicología cognitiva actual por develar los estructuras y procesos subyacentes al pensamiento creativo, este trabajo sugiere que el marco conceptual piagetiano ofrece una perspectiva complementaria para su comprensión.

Autor/a: Jorge R. Vivas

Indice
1. Introducción
2. El recorrido de Piaget
3. Los posibles
4. La continuidad genética de la creatividad
5. Referencias bibliográficas

Se puede advertir un considerable esfuerzo en las investigaciones actuales de la Psicología Cognitiva por dar una adecuada respuesta al problema de la generación de novedad (Glover, Ronning & Reynolds, 1989; Finke, Ward & Smith, 1992; Ward, Smith & Vaid ,1997). Sin embargo, y a pesar de los importantes avances logrados en otras áreas de la Psicología Cognitiva, la investigación sobre los procesos y estructuras conceptuales implicados en la generación de nuevas ideas, el origen de las mismas y la forma en que se modifica lo existente para dar lugar a lo nuevo, permanecen aun sin una respuesta general (Siegler, 1982; Resnick, 1985;  Ward, Smith & Vaid ,1997).

 Se han abordado las diferentes dimensiones del problema -el acto y el producto creativo, el proceso y los mecanismos implicados, el genio y la personalidad creativa, los mecanismos subyacentes y diversas formas de catalización y entrenamiento- desde distintas perspectivas, con diferentes unidades de análisis y con metodologías diversas. Un breve recorrido por los diversos enfoques y métodos que se han producido para la elucidación del problema resulta ilustrativo de la complejidad, multiplicidad de perspectivas,  de abordajes e interés que este tema ha generado.

 En el enfoque tradicional, un nutrido grupo de estudios experimentales sobre la  creatividad ha desplegado una amplia variedad de análisis cuantitativos para identificar a los individuos creativos a través de sus productos creativos, esto es, de los logros obtenidos en el desempeño de ciertas tareas (Hyman, 1964; Torrance, 1966; Wallach & Kogan, 1970). El mas claro exponente del abordaje psicométrico clásico de la creatividad fue el trabajo pionero de Guilford (1956, 1967), quien en sus estudios sobre la estructura del intelecto (modelo S.O.I.), distinguió entre pensamiento convergente y divergente, siendo este último, por su naturaleza flexible, el que mejor representa la creatividad.

 Un enfoque distinto utilizaron otras investigaciones que se basaron en estudios de casos. Gruber & Barrett (1974) estudiaron la evolución conceptual de las ideas de Darwin examinando su libreta de apuntes, Gardner (1982) estudió la creatividad en la producción artística, Shepard (1978, 1988) el uso de la visualización en la creatividad científica, Wallace & Gruber (1989) la vida de personas creativas de la actualidad, Finke (1990) la visualización en descubrimientos e invenciones, Gruber (1995) el insight y el afecto en la Historia de la Ciencia y Gentner et al. (1997) la analogía y la creatividad en el trabajo de Kepler. Esta y otras investigaciones basadas en estudios de casos, al enfocar atributos cualitativos de individuos considerados excepcionales por su sociedad, al estudiar "talentos creativos", arrojaron luz sobre una amplia variedad de mecanismos involucrados en la creatividad.

 Los abordajes basados en la Inteligencia Artificial, por otro lado, generaron considerables desarrollos con el fin de describir las reglas y procedimientos del proceso creativo, la generación de novedad en la resolución de problemas. Así, Langley et al. (1987) identificaron heurísticos que contribuyen a la solución creativa de problemas a través de programas de computadoras, Schank (1988), luego de trabajar en la generación del modelo de scripts (Schank & Abelson, 1978) produjo programas simuladores de conductas creativas a través del uso y modificación de guiones; Johnson-Laird (1988a, 1988b) describió software con capacidad para improvisar música. Como señala Boden (1991), el resultado mas destacable de este abordaje es que las personas, como las computadoras, pueden aplicar reglas y heurísticos que, eventualmente, pueden resultar en un mejoramiento de su producción creativa.

 Otros abordajes, denominados pragmáticos, no generaron investigación básica y centraron su tarea en el diseño, implementación y desarrollo de técnicas de entrenamiento en prácticas creativas. La práctica del torbellino de ideas creada por Osborn (1953), es quizá la que ha sido reconocida como el método mas popular y difundido. Gordon (1961) con sus técnicas de la sinéctica, ha explorado su potencialidad catalítica para el pensamiento creativo y la resolución de problemas. Allen (1962) con su síntesis morfológica exploró los alcances de modificar los atributos para mejorar un objeto o lograr otro nuevo y de Bono (1975), con su pensamiento lateral,  describió estrategias para aumentar la flexibilidad para cambiar de enfoque. Probablemente, como sugieren Finke et al. (1992) "el beneficio mas importante del desarrollo de estos enfoques pragmáticos ha sido que, en su misma aplicación, ellos han mostrado que es posible entrenar a la gente para pensar los problemas en una perspectiva mas creativa"  (pp.12).

Los esfuerzos de los últimos años, finalmente, apuntan a generar, abrevando en los progresos del conocimiento sobre los procesos psicológicos básicos y con control experimental, los modelos explicativos que detallen las distintas estructuras y mecanismos básicos que se consideran fundamentales para la comprensión  del pensamiento creativo. Entre ellos, se pueden destacar, los estudios sobre la combinatoria conceptual, las analogías y modelos mentales y la expansión conceptual.

La combinatoria conceptual alude al proceso mediante el cual los sujetos mezclan dos o mas conceptos para generar una entidad nueva y diferente. Sin embargo, para explicar la creación de nuevos conceptos por esta vía no basta con afirmar que resulta de la simple aplicación de ciertas reglas para producir una combinación fortuita, sino que es posible observar que es el producto de un proceso mucho mas complicado. Implica el procesamiento, selección y decisión sobre cual relación hacer efectiva entre diversas alternativas posibles. Con este propósito un abordaje de estudio de la generación de novedad explora específicamente estos procesos. Así, Wisniewski & Gentner (1991) estudian la combinatoria semántica de pares  nominales; Medin & Shoben (1988) exploran la función de la estructura y el contexto en la combinación conceptual o Gagné & Shoben (1997) la influencia de la relación temática sobre las combinaciones nombre-modificadores.

El estudio de las analogías y modelos mentales surgió como resultado de intentar comprender la forma y oportunidad en que se establecen relaciones analógicas entre conceptos pertenecientes a dos dominios distintos del conocimiento. Este mecanismo, tan común en los chistes y en los sueños como en el pensamiento psicótico, alude al proceso por el cual se produce una identificación o coincidencia entre lo que se predica sobre dos entes o fenómenos y se ha estudiado de acuerdo a los  tipos de constricciones que afectan la coincidencia entre predicados (Holyoak & Thagard, 1989). La analogía genera una transferencia (mapping) de conocimiento de un dominio a otro, de un dominio fuente a otro denominado objeto (Gentner, 1989). En este sentido los trabajos actuales estudian los efectos de las estructuras de orden y causales sobre el mapeo analógico (Keane, 1997); la influencia pragmática del procesamiento de objetivos en el mapeo analógico (Spellman & Holyoak, 1996); el rol de la analogía en la interpretación infantil de oraciones (Fisher, 1996); los efectos de la presentación de los principios de explicación en las resoluciones analógicas de problemas  (Ross & Kilbane, 1997) y la imaginación analógica en el razonamiento con modelos mentales (Schuartz & Black, 1996).

La expansión conceptual se define como el proceso por el cual los conceptos se construyen, extienden, coordinan y redefinen para ajustarse y dar cuenta de situaciones novedosas (Ward, Smith & Vaid, 1997). En un sentido amplio se refiere a la tendencia generativa del funcionamiento conceptual humano, a la creatividad implícita en el desarrollo conceptual. La generación de conceptos se encuentra en la base de un amplio rango de habilidades cognitivas  y tienen un rol protagónico en los procesos de razonamiento de alto nivel, en la inducción causal y en las inferencias (Markman et al., 1997). La resolución creativa de un problema, a su vez, exige generar una amplia variedad de hipótesis alternativas. Holland et al. (1986) utilizaron el término inducción para todos aquellos procesos inferenciales utilizados en resolución de problemas. Muchos investigadores en Ciencias Cognitivas (Newell, Shaw & Simon 1962; Langley et al. 1987; Schank & Abelson 1988) trataron los mecanismos de inducción con un abordaje computacional, representando el conocimiento, las reglas y las operaciones en términos computacionales y utilizándolos para generar ideas nuevas y resolver problemas.

 Todos estos abordajes han contribuido, en algún grado, a una mejor comprensión de la producción de novedad, pero por sobre todas las cosas pusieron de relieve la naturaleza compleja del fenómeno, la concurrencia de diversos mecanismos y procesos causales y su multideterminación. La creatividad, esa fuerza expansiva, flexible y poderosa se ubica, desde su dimensión adaptativa, en el centro de la razón de ser de la mente humana. Por naturaleza y función el pensamiento es esencialmente generativo, y "poder explicar los procesos y estructuras conceptuales involucrados supone, no solo explicar su capacidad para generar la novedad, sino que también requiere la comprensión de los procesos cognitivos básicos de los cuales emerge" (Ward, Smith & Vaid ,1997, pp.1-2) y es en este plano donde el marco conceptual piagetiano puede proveer un aporte integrativo al estudio de la creatividad.