Mioclonias

Eficacia a largo plazo y seguridad del piracetam en el tratamiento de epilepsia mioclónica progresiva.

En pacientes con epilepsia mioclónica progresiva, la eficacia del Piracetam administrado de manera añadida durante la terapia, aumentaría durante los primeros 12 meses de tratamiento y luego se estabilizaría.

El Piracetam ha demostrado ser efectivo y bien tolerado en el tratamiento de mioclonías en estudios de corto plazo. Basados en estos antecedentes, un grupo investigador de la Universidad de Melbourne, Australia, desarrolló un estudio para evaluar la eficacia clínica de dicha droga a largo plazo. Para ellos 11 pacientes con mioclonías incapacitantes debido a epilepsia mioclónica progresiva fueron tratados con piracetam en un estudio de marca abierta.
Los resultados neurológicos (al 1°, 6°, 12v y 18° mes de tratamiento) fueron evaluados por un puntaje de cuantía ajustado de los siguientes 3 tres índices: deterioro motor, discapacidad funcional y evaluación global de discapacidad causada por las mioclonías. Asimismo, la severidad de otros síntomas neurológicos (frecuencia y severidad de las convulsiones, disartria, y marcha átaxica) fue analizada. 
Los investigadores iniciaron el tratamiento con una dosis de piracetam de 3.2g/d, la misma fue incrementándose gradualmente hasta que un beneficio estable fue evidenciado (la dosis máxima en el experimento fue de 20g/d). Además, las drogas antiepilépticas concomitantes  fueron mantenidas al nivel de las dosis previas.
Los resultados evidenciaron un mejoramiento estadísticamente significativo en la puntuación total después de la introducción de piracetam en el 1°, 6° y 12° mes del tratamiento. La severidad de los puntajes de los otros síntomas neurológicos no mejoraron significativamente. Finalmente, 2 pacientes reportaron somnolencia durante las primeras dos semanas de tratamiento. 
El estudio concluyó que el Piracetam, administrado de manera añadida durante la terapia, parece ser un tratamiento efectivo, sustanciado y bien tolerado de las mioclonías. En pacientes con epilepsia mioclónica progresiva, la eficacia de la droga aumenta durante los primeros 12 meses de tratamiento y luego se estabiliza.