Terapéutica

Uso de los inhibidores de las glucoproteínas IIb/IIIa en el síndrome coronario agudo

Los pacientes con síndrome coronario agudo –angina inestable e infarto de miocardio- que reciben tratamiento precoz con tirofibán, fármaco antagonista de los receptores de las glucoproteínas IIb/IIIa, además de ácido acetilsalicílico y heparina, presentan una menor incidencia de acontecimientos cardíacos relevantes cuando son sometidos a una estrategia invasiva en comparación con los sometidos a una aproximación más conservadora.

Es la conclusión del estudio TACTICS TIMI 18 (Treat angina with Aggrastat and determine Cost of Therapy with an Invasive or Conservative Strategy).

Se trata de un ensayo clínico de 6 meses de duración, el primero que ha evaluado los resultados clínicos del uso rutinario de un inhibidor de las GP IIb/IIIa en pacientes con síndrome coronario agudo y que viene firmado por investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y del Brigham & Women's Hospital de Boston (Estados Unidos).

Como estrategia invasiva precoz se entiende la administración inmediata de tirofibán seguida de angiografía de rutina en las siguientes 4 a 48 horas y revascularización (angioplastia/stent). Como estrategia precoz conservadora se entiende la administración temprana del fármaco seguida de terapia farmacológica y angiografía sólo si no hay respuesta al tratamiento médico.

Los resultados del estudio ponen de manifiesto que la estrategia invasiva reduce la incidencia de eventos cardíacos importantes en un 20%.

Participaron 2.220 pacientes que fueron distribuidos aleatoriamente en los dos brazos de tratamiento. Todos ellos recibieron tirofibán por vía intravenosa (0,4 mcg/kg/min), además de una infusión de mantenimiento a partir de las 48 horas, además de ácido acetilsalicílico y heparina.

En el mismo número de "The New England Journal of Medicine" se publican otros dos trabajos que muestran las mejoras que pueden obtenerse en los pacientes con síndrome coronario agudo con los inhibidores de las GP IIb/IIIa. Uno de ellos, realizado en 149 hospitales de 18 países, ha comparado el tirofibán al abciximab, fármaco de la misma familia, en más de 4.700 pacientes. Ambos redujeron significativamente la mortalidad y la incidencia de infarto de miocardio no fatal a los 30 días, si bien los resultados obtenidos con el abciximab fueron mejores que los del tirofibán a la hora de proteger a los pacientes frente a los acontecimientos isquémicos importantes.

El tercer estudio, firmado por investigadores franceses, evaluó la eficacia del abciximab, comparado a placebo, en combinación con la aplicación de stents coronarios en el infarto de miocardio. La administración precoz del fármaco mejoró la permeabilidad coronaria antes de la implantación de stents, el porcentaje de resultados satisfactorios tras la implantación de los mismos, la permeabilidad coronaria a los 6 meses, la función ventricular izquierda y los resultados clínicos.