El impacto que tienen en el pronóstico de enfermedades cardiovasculares las calcificaciones arteriales a nivel abdominal, merecen ser estudiadas en profundidad, por lo que un grupo de investigadores de la Universidad de Boston, en colaboración con el Framingham Heart Study, informan los resultados de un largo proceso de seguimiento.
Los autores estudiaron las radiografías lumbares laterales como pronóstico de la incidencia de enfermedades coronarias y de corazón, enfermedades cardiovasculares y mortalidad cardiovascular en mil hombres y mil quinientas mujeres con una media de 61 años de edad, y a los que habían realizado un seguimiento desde 1967 hasta 1989.
El Dr. Peter W. F. Wilson, al frente del equipo, clasificó los depósitos de calcio en la aorta, a nivel de la primera hasta la cuarta vértebra lumbar, según el incremento de la gravedad de dichos depósitos, utilizando una escala previamente validada para determinar el calcio aórtico abdominal, con una puntuación desde 0 a 24.
Los resultados recogidos por los autores daban 454 casos de enfermedades coronarias y cardiacas, 709 casos de enfermedades cardiovasculares, y 365 casos de muerte cardiovascular.
Los métodos estadísticos aplicados por Wilson y su equipo, en los que ajustaron variables como la edad, tabaco, diabetes, presión sistólica, hipertrofia ventricular izquierda, índice de masa corporal, colesterol total y HDL, demostraron la asociación entre los depósitos de calcio en la aorta abdominal y los posteriores sucesos cardiacos y coronarios.
El riesgo relativo para enfermedades cardiovasculares iba aumentando desde el primer tercio de pacientes con un grado menor de calcificaciones hasta el último tercio con una gravedad mayor en las calcificaciones, 1.33 en hombres y 1.25 en mujeres, hasta 1.68 en hombres y 1.78 en mujeres en el primer y último grupo respectivamente. Los resultados eran similares para las enfermedades coronarias y para la mortalidad cardiovascular.
Se puede afirmar por lo tanto, y en base a estos resultados publicados por los autores, que los depósitos de calcio en la aorta a nivel abdominal, detectados mediante radiografías lumbares laterales, constituyen un marcador de la aterosclerosis y un factor pronóstico independiente de la consiguiente morbilidad y mortalidad cardiovascular.