Técnicas de facilitación neuromuscular propiocéptica en la reeducación del hombro del deportista.
El cuerpo del ser humano normal funciona de manera altamente eficiente, desde el punto de vista motor, cuando es sometido a los diferentes requerimientos que impone el movimiento.
Así abarca una amplia gama de habilidades que incluyen precisión, fuerza, flexibilidad y coordinación entre otras. Neurológicamente, el desarrollo es progresivo, adquiriéndose mediante el ejercicio y la repetición, la destreza de integrar en los esquemas motores y posturales ciertas situaciones hasta el punto de hacerlas permanentes (engramas motores).
De esta forma dichos movimientos, que inicialmente eran totalmente desconocidos, se integran realizándose entonces en forma automática. Esta secuencia normal para la adquisición de nuestros patrones motores se aplica también al gesto deportivo.
Este hecho crucial que significa el movimiento en masa o global, está en consonancia con el axioma de Beevor de que el cerebro nada sabe de acción muscular individual sino sólo de movimientos. En la actividad motora normal, las diversas combinaciones de movimientos (acciones globales) requieren de reacciones precisas de contracción, relajación y sinergismo de muchos músculos, en grado distinto y simultáneamente. La facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP) desarrollada por el Dr. Herman Kabat hace ya muchos años, individualizó los patrones globales de movimiento caracterizados por tener un componente espiral (rotacional) y diagonal (oblicuidad). Esto establece que los músculos se contraen en cada situación como cadenas musculares, en forma grupal y con secuencias concretamente definidas. Además, en los casos de lesión o déficits motores la estimulación de dichos patrones determina una facilitación, de base neurofisiológica central, de toda la cadena muscular colaborando los músculos más fuertes con los debilitados en un proceso de sinergismo.
Así, si un músculo lesionado es reeducado aisladamente los principios fisiológicos expuestos no se cumplen y es posible, en caso de prolongarse dicha situación, que el propio sistema neuromuscular termine aislando al músculo en cuestión, estado que se ha dado en llamar "fenómeno de sustitución". Las técnicas usadas en la rehabilitación basada en la FNP tiene en cuenta varias premisas, como por ejemplo la habilidad de contracción refleja muscular, la aplicación de movimientos pasivos y resistidos, y la utilización de las articulaciones como pivotes del movimiento global en patrones.
Se debe tener en cuenta, de un modo general, que no todos los músculos tienen la misma función y podrían ser clasificados principalmente como tónicos, cuyo paradigma son los músculos antigravitatorios (que básicamente permiten la estabilización) y fásicos, que son los responsables de los movimientos voluntarios. Así las técnicas a aplicar en cada caso deberían contemplar trabajo muscular estático para los tónicos y trabajo dinámico para los fásicos.
Los componentes del movimiento abarcarán rotación interna o externa, flexión o extensión y abeducción - aducción, siendo la rotación el componente más importante.
Por otra parte debe contemplarse la necesidad de la zona a mover, en este caso el hombro, en la posición facilitadora máxima, realizando el estiramiento correcto y aplicando una resistencia que llegará a ser máxima en el rango favorable de movimiento.
Se debe tener en cuenta que la estimulación óptima se produce de proximal a distal en cada miembro y que, cuando sea necesario, pueden usarse articulaciones intermedias (en este caso el codo) dando lugar a los denominados "patrones quebrados" o "esquemas cinéticos partidos".
La aplicación de las técnicas de FNP tiene como principales efectos:
. Mejorar la contracción muscular
. Aumentar la potencia muscular
. Mejorar la coordinación
. Corregir posibles desequilibrios entre los grupos musculares
. Aumentar la velocidad de movimiento
. Mejorar el gesto deportivo adecuado