Metodología de la investigación

¿El "efecto placebo" es un mito?

Un equipo de la Universidad de Copenhague ha realizado una revisión de varios estudios contra placebo para hallar posibles evidencias científicas de su eficacia terapéutica comparado con la ausencia total de tratamiento. Los autores encontraron escasa evidencia de que el placebo posea efectos clínicos poderosos, si bien parece producir pequeños beneficios en el tratamiento del dolor y concluye que los placebos no tienen cabida fuera del contexto de los ensayos clínicos.

En general, se ha encontrado poca evidencia de que el placebo tenga efectos clínicos poderosos. De todos modos, aunque no muestra efectos significativos en las variables objetivas o binarias, posiblemente produce pequeños beneficios en los estudios con variables continuas o subjetivas y en el tratamiento del dolor.

En muchas ocasiones se ha señalado que el placebo era capaz de ayudar a pacientes con enfermedades de todo tipo, pero la calidad de la evidencia no había sido evaluada de forma rigurosa.

El presente trabajo, coordinado por Asbjørn Hróbjartsson, del Departamento de Filosofía Médica y Teoría Clínica de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, ha tratado de encontrar esta evidencia clínica de los beneficios del placebo analizando un buen número de ensayos clínicos realizados contra placebo.

El equipo llevó a cabo una revisión sistemática de los ensayos clínicos en los que se habían asignado aleatoriamente pacientes a placebo o a no tratamiento. Un placebo podía ser farmacológico (un comprimido), físico (por ejemplo, una manipulación) o psicológico (una conversación).

Se identificaron un total de 130 ensayos que cumplían los criterios de inclusión propuestos por el equipo. Después de incluir 16 ensayos sin información relevante acerca de sus variables, había 32 con variables de tipo binario (con inclusión de 3.795 pacientes, con una mediana de 51 pacientes por ensayo) y 82 con variables de tipo continuo (con inclusión de 4.730 pacientes, con una mediana de 27 pacientes por ensayo).

En comparación con la ausencia de tratamiento, el placebo no tuvo un efecto significativo en las variables de tipo binario, independientemente de que se tratara de variables objetivas o subjetivas. En los ensayos con variables de tipo continuo el placebo mostró un efecto beneficioso, aunque este efecto disminuyó a medida que aumentaba el tamaño de la muestra, lo que indica un posible sesgo relacionado con los efectos en los ensayos de pequeño tamaño.

La diferencia media estandarizada agrupada fue significativa en los ensayos con variables objetivas. En 27 ensayos sobre tratamiento del dolor, el placebo tuvo un efecto beneficioso, puesto de manifiesto por una reducción de la intensidad del dolor de 6,5 mm en una escala analógica visual de 100 mm.

En un artículo publicado en JAMA en 1955, El poderoso placebo, su autor H. K. Beecher decía que "es evidente que el placebo tiene un grado alto de efectividad terapéutica en el tratamiento de las respuestas subjetivas, interpretada según técnicas desconocidas como un efecto terapéutico real que se produce en un 35,2 por ciento de los casos".

El artículo de Beecher y este porcentaje del 35 por ciento han sido citados a menudo como evidencia de que el placebo puede ser un importante tratamiento médico. La gran mayoría de las revisiones sobre placebo habían estimado su efecto como la diferencia entre la línea de base y la condición final de los pacientes del grupo placebo de un estudio aleatorio después del tratamiento.

Según el equipo de la Universidad de Copenhague, con esta valoración de los efectos del placebo que se realizaba hasta ahora no podían distinguirse los efectos del curso natural de la enfermedad, la regresión natural de ésta o los efectos de otros factores.

Derrumbamiento de un mito:

El poder del placebo y el mago de Oz es el título de un editorial, firmado por John Bailar III, de la Universidad de Chicago, que acompaña al estudio danés. En él, revisa los resultados del equipo de Hróbjartsson y discute algunos puntos sobre el derrumbamiento del mito del placebo que realizan los daneses. John Bailar rebate la conclusión del estudio, que no encuentra justificación del uso del placebo fuera del contexto de los ensayos clínicos: "En primer lugar, porque los investigadores daneses han hallado alguna evidencia de un efecto del placebo como paliativo del dolor. Segundo, porque a pesar de la amplia muestra analizada, el poder estadístico para examinar muchos subgrupos de interés fue bajo. Los datos no han conseguido demostrar el pequeño pero clínicamente práctico beneficio del placebo para algunos pacientes y algunas variables, distintas al dolor".
El norteamericano prosigue: "Tercero, porque no han encontrado evidencia estadística de la heterogeneidad de los resultados en estudios con variables binarias. Cuarto, porque se estudiaron pacientes participantes en estudios clínicos aleatorios, la mayor parte de ellos centrados en patologías severas cuyas consecuencias clínicas podrían ensombrecer los pequeños pero útiles efectos del placebo". Por último, sigue argumentando, "los autores hacen notar que la baja calidad metodológica de algunos ensayos podría explicar la falta de efectos, aunque no se halló relación entre la calidad del ensayo y los efectos significativos del placebo".