Introducción
Los resultados del cáncer pediátrico han mejorado significativamente y, sin embargo, este éxito no se distribuye por igual entre tipos de cáncer o pacientes.
Los datos sobre disparidades en oncología pediátrica resaltan las mejoras necesarias en el acceso a la atención, incluyendo ensayos clínicos y pruebas avanzadas para todos los pacientes. Para cánceres como tumores cerebrales y sarcomas, el avance continuo en la comprensión de la biología de la heterogeneidad tumoral es un paso esencial hacia la búsqueda de nuevas combinaciones terapéuticas para mejorar los resultados. Los sobrevivientes de cáncer pediátrico necesitan acceso a tecnologías emergentes destinadas a reducir o gestionar mejor las toxicidades de la terapia.
Pese a los avances en el tratamiento y la sobrevida, los pacientes de oncología pediátrica siguen necesitando atención longitudinal y multidisciplinaria de subespecialidades. Refinar la comunicación entre los oncólogos pediátricos, los pediatras, las clínicas de seguimiento y la atención primaria de adultos es clave para garantizar la mejor atención durante toda la vida de los sobrevivientes de cáncer pediátrico. En esta revisión, se analizan cinco áreas principales de la oncología pediátrica: reducción de la toxicidad, biología del cáncer, nuevas terapias, detección y seguimiento, y acceso a la atención, para destacar los avances recientes y las áreas de mejora continua.
En los últimos 50 años, los resultados del cáncer pediátrico han mejorado enormemente. Algunos cánceres, como la leucemia linfoblástica aguda pediátrica, han demostrado una mejora constante en los resultados a lo largo del tiempo, con una sobrevida a 3 años en 1975 del 59% y una sobrevida a 5 años en 2020 del 90%.1-4 La inmunoterapia continúa revolucionando el tratamiento de leucemias y linfomas pediátricos agresivos.5,6
Por el contrario, después de las mejoras iniciales en los resultados debido al descubrimiento y uso de agentes quimioterápicos como la doxorrubicina y cánceres pediátricos como los sarcomas óseos, algunos tumores cerebrales no han logrado mejoras significativas en la sobrevida con las nuevas terapias en décadas.7
En términos generales, las diferencias en la sobrevida han inspirado dos principales enfoques de investigación en oncología pediátrica: (1) para pacientes con excelente sobrevida (90%+), actualmente se buscan formas de reducir o modificar la terapia para minimizar las complicaciones del tratamiento a largo plazo, y (2) para los pacientes diagnosticados con tumores atrapados en una “meseta” de sobrevida (malos resultados continuos), se recurre a las innovaciones en biología para determinar nuevas vulnerabilidades terapéuticas, mejorar el seguimiento de las enfermedades y comprender mejor la heterogeneidad de los tumores, las metástasis, y la resistencia al tratamiento.
Los pediatras de atención primaria son a menudo los primeros médicos que descubren los síntomas atípicos, los hallazgos anormales en el examen físico y los valores de laboratorio relacionados, que en última instancia conducen al estudio y diagnóstico del cáncer en los niños. Los tumores sólidos sospechosos de malignidad en niños suelen requerir una biopsia para determinar un diagnóstico definitivo. Históricamente, la mayoría de estas biopsias diagnósticas fueron biopsias abiertas realizadas por cirujanos pediátricos u ortopédicos.
Dadas las innovaciones en las técnicas de biopsia percutánea guiada por imágenes, las biopsias diagnósticas del núcleo del tumor son realizadas por radiólogos intervencionistas y en muchas instituciones son ahora más comunes que las biopsias abiertas.8 La elaboración de perfiles moleculares del tumor al momento del diagnóstico también es ahora más frecuente y ayuda a direccionar los esfuerzos de la medicina personalizada en oncología pediátrica.9,10
EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER PEDIÁTRICO HOY: ¿CÓMO SE VE?
Aunque algunos niños con subtipos específicos de cáncer se han beneficiado con las terapias dirigidas o la inmunoterapia, la gran mayoría de los niños diagnosticados con cáncer hoy en día todavía se tratan con quimioterapia estándar y a veces cirugía y/o radioterapia. A medida que más niños sobreviven al cáncer pediátrico, los pediatras de atención primaria y los pediatras de todas las subespecialidades interactúan cada vez más con los sobrevivientes de cáncer infantil, los niños que viven con cáncer, y sus familias.
El cáncer pediátrico afecta casi todas las facetas de la salud infantil y adolescente.
Este artículo tiene como objetivo proporcionar a los pediatras una actualización sobre el estado de la atención del cáncer pediátrico. Se destacan los siguientes dominios: reducción de la toxicidad, biología del cáncer, nuevas terapias, detección y seguimiento, y acceso a la atención, porque estos dominios representan áreas de necesidad para los niños con cáncer y son temas centrales en la medicina pediátrica general, como salud a largo plazo, investigación y avances médicos, y disparidades en la salud.
REDUCCIÓN DE LA TOXICIDAD
Gracias a los esfuerzos cooperativos de ensayos clínicos nacionales durante décadas, algunos pacientes pediátricos diagnosticados con cáncer, como la leucemia linfoblástica de células B de riesgo estándar recién diagnosticada, ahora tienen resultados excelentes (>90% de sobrevida libre de eventos y general).11 A pesar de estos excelentes resultados, los regímenes de tratamiento actuales generan un riesgo significativo de efectos secundarios tanto a corto plazo (durante la terapia) como a largo plazo (después de completar la terapia), y a muchos de los sobrevivientes de cáncer pediátrico se les diagnostica 1 o más problemas de salud crónicos.12–14
En el contexto de resultados excelentes en general, el siguiente paso lógico es determinar cómo mitigar o tratar mejor las toxicidades manteniendo una buena sobrevida general. La Tabla 1 destaca ejemplos de sólo algunas de las toxicidades encontradas durante la terapia dirigida al cáncer que resaltan la variedad de enfoques para reducir o evitar esos efectos a largo plazo. Estos enfoques incluyen futuras modificaciones en el estilo de vida, medicamentos protectores, utilización de diferentes regímenes de quimioterapia y amplia reducción de la exposición a los agentes al optimizar la estratificación por riesgo (qué pacientes aún pueden tener resultados excelentes con menos quimioterapia o exposición a la radiación).
Reducción de la terapia
Un enfoque para reducir la toxicidad es disminuir las dosis acumuladas de quimioterapia.
Nuevamente, usando la leucemia como ejemplo, la quimioterapia se asigna por grupo de riesgo. Los pacientes con leucemia de riesgo estándar están expuestos a menos antraciclinas acumuladas en comparación con los pacientes con leucemia de alto riesgo.15,16
Además, históricamente los niños recibían un año adicional de quimioterapia de mantenimiento para el tratamiento de la leucemia linfoblástica de células B en algunos protocolos de tratamiento cooperativo. La práctica actual ha eliminado este año adicional de terapia para los niños ya que, con los regímenes modernos de tratamiento intensivo inicial, los riesgos de esta práctica superan los beneficios.17 La reducción o la eliminación de la radioterapia es otro ejemplo de modificaciones de la terapia que pueden reducir los efectos tardíos como las neoplasias malignas secundarias. Datos recientes han demostrado que se puede eliminar la radioterapia para los pacientes con linfoma de Hodgkin que demuestran una respuesta adecuada a la quimioterapia.18
Tratamientos menos tóxicos
Están surgiendo nuevas formulaciones de quimioterapia destinadas a mantener la actividad antitumoral al tiempo que se reduce el daño al tejido normal. Formulaciones liposomales de quimioterapia, como la doxorrubicina, se encuentran en diversas etapas de pruebas preclínicas y ensayos clínicos. Además de las formulaciones menos tóxicas de la quimioterapia tradicional, las inmunoterapias han surgido como tratamientos con perfiles de toxicidad reducidos o diferentes en comparación con las quimioterapias dirigidas al daño del ADN. Hasta la fecha, las inmunoterapias han sido más exitosas en el tratamiento de leucemias y linfomas pediátricos, y se continúan examinando los perfiles de toxicidad a largo plazo de estos tratamientos.19–21
Farmacogenómica
Grandes esfuerzos de secuenciación en oncología pediátrica durante la última década han mejorado enormemente la comprensión de las alteraciones de la línea germinal en niños con cáncer.22–24 Esto es importante no sólo para la predisposición al cáncer y la biología del tumor, sino también por la forma en la que la composición genética de un niño puede alterar cómo se metabolizan los fármacos. Dichos análisis farmacogenómicos pueden revelar la necesidad de reducir las dosis de ciertos medicamentos o impulsar el uso de ciertos fármacos en pacientes que demuestran factores genéticos que pueden hacer que un medicamento sea más eficaz.
Como el 20% de los niños con cáncer será admitido en el hospital para el tratamiento de una reacción adversa al medicamento,25 esta es un área de importancia emergente dado el aumento constante del acceso de pacientes a la secuenciación de línea germinal y tumores. Además, la predicción temprana de pacientes cuyos tumores pueden no responder a un fármaco determinado podría ayudar a los médicos a considerar alternativas previamente. Un ejemplo de esto es la respuesta a los agentes de platino, que se está viendo reducida por mutaciones en genes de la familia ERCC de proteínas reparadoras de escisión de ADN.25
Onco-fertilidad
Hasta que surjan nuevas opciones de tratamiento, algunos efectos secundarios son actualmente inevitables, como la probabilidad de que algunos tratamientos afecten la fertilidad.
Los pacientes que experimentan emergencias médicas oncológicas que ponen en riesgo su vida a menudo no tienen tiempo para someterse a la preservación de la fertilidad antes del inicio de tratamientos gonadotóxicos. La exposición acumulada a la ciclofosfamida y medicamentos equivalentes reduce en gran medida la capacidad futura de un niño para tener hijos.26,27 Tanto las mujeres como los hombres pospuberales tienen la opción de realizar un tratamiento previo con criopreservación de ovocitos o espermatozoides.28
Han surgido avances recientes en la preservación de la fertilidad que proporcionan una manera de mejorar las posibilidades de fertilidad futura sin dejar de tener éxito en el tratamiento del cáncer de un niño. Por ejemplo, las mujeres prepúberes en algunos centros especializados ahora tienen acceso a protocolos de investigación que intentan la criopreservación ovárica para conservar la fertilidad.29,30 La infertilidad puede tener un impacto importante en la calidad de vida de un adulto. Los avances continuos en la preservación de la fertilidad, y el acceso asequible y confiable a servicios de asesoramiento y preservación de la fertilidad, tienen el potencial para mejorar significativamente el bienestar a largo plazo de niños y adolescentes con cáncer.31
Sobrevida a largo plazo
Los pacientes de oncología pediátrica realizan un control de rutina anual en clínicas de seguimiento después de completar la terapia inicial, y se someten a vigilancia activa de la enfermedad durante varios años. Los efectos secundarios previstos de la terapia se controlan en el tiempo. Los esfuerzos para optimizar la comunicación con los pediatras de atención primaria e incluirlos como miembros activos del equipo de atención post cáncer son siempre una prioridad. Los pacientes y sus familias a menudo se mudan o restablecen la atención y, por lo tanto, los esfuerzos se han centrado en generar portales de seguimiento de sobrevida que puedan “moverse” con el paciente.32 También se puede proporcionar una gran cantidad de información educativa y guías de cuidado (ej. www.survivalguidelines.org).33
Además, se necesita una comunicación precisa y actualizada sobre el seguimiento general de la salud de los sobrevivientes para garantizar una transición exitosa a la atención médica de adultos. La concienciación y el seguimiento son componentes clave para el manejo exitoso de las toxicidades a largo plazo de los sobrevivientes de cáncer infantil.
BIOLOGÍA: COMPRENSIÓN DE LAS SUBPOBLACIONES DE TUMORES AGRESIVOS
Una lamentable realidad del cáncer pediátrico es que algunos niños no sobreviven.
Los niños diagnosticados con tumores cerebrales como el glioma pontino intrínseco difuso (GPID) y tumores óseos como el osteosarcoma y el sarcoma de Ewing metastásico no han visto mejoras significativas en los resultados en décadas. Para estos cánceres, los investigadores se esfuerzan por continuar entendiendo mejor la biología de estos tumores (heterogeneidad, potencial metastásico, evasión inmune, resistencia al tratamiento y estabilidad: capacidad de una célula cancerosa de experimentar “auto-renovación y diferenciación”34) y las correspondientes intervenciones que pueden “mover la aguja” hacia una mejora de la sobrevida. Como estos tipos de cáncer son menos comunes que las leucemias pediátricas, algunos de los desafíos para comprender estos tumores derivan del hecho de que son relativamente raros, lo que hace que estas subpoblaciones tumorales sean más difíciles de estudiar.
Grupos de riesgo
Para cánceres con >50% de sobrevida al momento del diagnóstico, como los sarcomas óseos, una pregunta lógica es: ¿qué características biológicas hacen que algunos tumores primarios sean más agresivos que otros?
Los esfuerzos de secuenciación pediátrica han demostrado claramente los perfiles genéticos en todo el espectro de cánceres pediátricos. Existen subconjuntos de tumores y existe una clara necesidad de comprender qué subconjuntos de tumores se asocian con resultados clínicos inferiores. Los subtipos de tumores agresivos pueden entonces estudiarse para determinar vulnerabilidades específicas y, en última instancia, proporcionar pistas sobre nuevos tratamientos a probar en pacientes con subtipos de tumores agresivos.
El neuroblastoma es un ejemplo de tumor sólido donde se ha descubierto que las mutaciones ALK y la amplificación de N-Myc impulsan la progresión del cáncer y se asocian con peores resultados.35,36 Se están estudiando los inhibidores ALK (ej., crizotinib, lorlatinib, etc.) en el tratamiento del neuroblastoma de alto riesgo con mutación ALK, un ejemplo de la comprensión biológica que impulsa el cambio de tratamiento.37 Están en marcha esfuerzos dedicados a definir los grupos de riesgo para los sarcomas óseos.
Modelado de la enfermedad
Antes de probar cualquier compuesto en ensayos clínicos, se necesitan pruebas preclínicas. Aunque las líneas celulares son a menudo útiles para analizar los efectos de un compuesto en las vías de señalización, las líneas celulares a menudo imitan mal la complejidad del microambiente tumoral in vivo. Con los modelos preclínicos actuales de muchos cánceres pediátricos, todavía es un desafío predecir la efectividad clínica de un agente.38
Se realizaron esfuerzos por utilizar xenoinjertos derivados de pacientes y modelos de cáncer inmunocompetentes y representar subconjuntos de tumores en estudios preclínicos. Los avances en la generación de ratones humanizados (ratones trasplantados con células inmunes humanas) permiten a los investigadores comprender mejor las relaciones complejas entre el tumor y el sistema inmune corporal. Dado el aumento de los enfoques inmunoterapéuticos para el tratamiento del cáncer en la última década, el modelado inmunocompetente es un componente emergente clave en el estudio de la eficacia de inmunoterapias específicas.39
Muestras para investigación
Para tumores raros, cada muestra es valiosa. Los esfuerzos nacionales e internacionales para mejorar los bancos de muestras biológicas de cánceres difíciles de tratar son una prioridad. El campo continúa confiando en la generosidad y disposición de los pacientes pediátricos y sus familias para participar en estudios de investigación para mejorar la comprensión de estos cánceres.40 La optimización de las condiciones de almacenamiento de muestras y de anotaciones a través de la harmonización de datos es una prioridad constante.
Para cánceres como el GPID, históricamente no se obtuvieron muestras de biopsia y el diagnóstico se realizó en base solo a hallazgos clínicos o de resonancia magnética. Avances recientes en enfoques de biopsia estereotáxica neuroquirúrgica brindan la oportunidad de obtener de manera segura material de biopsia de presuntos GPID.41 Este material de biopsia diagnóstico permite una comprensión más rica de la biología del GPID y los investigadores esperan que tales muestras comiencen a proporcionar pistas para nuevos enfoques terapéuticos.
Además de obtener material al momento de las biopsias diagnósticas originales, el material de biopsia en el momento de la recaída también es invaluable. Los tumores cambian con el tiempo y después de la exposición a quimioterapia citotóxica. Subpoblaciones de tumores individuales pueden desarrollar resistencia, lo que en última instancia resulta en recaída de la enfermedad.42,43
Históricamente, los cánceres pediátricos no siempre son biopsiados al momento de la recaída para evitar que los niños tengan que someterse a procedimientos adicionales. Dada la necesidad de comprender mejor la enfermedad recurrente para mejorar los resultados y la capacidad de participación en ensayos clínicos, por ejemplo, el ensayo MATCH pediátrico del Instituto Nacional del Cáncer y el Grupo de Oncología Infantil (que “empareja” las alteraciones tumorales con una posible terapia dirigida), ha habido un cambio en la práctica y hoy en día es más probable que se ofrezca a los pacientes pediátricos rebiopsiar ante la sospecha de progresión de la enfermedad.44 El ensayo MATCH ha demostrado la factibilidad de identificar opciones terapéuticas personalizadas para pacientes pediátricos con cáncer difícil de tratar.45
NUEVAS TERAPIAS
Se necesitan nuevos enfoques de tratamiento para seguir mejorando la morbilidad y mortalidad a largo plazo de los pacientes pediátricos con cáncer. Ejemplos de agentes dirigidos (anticuerpos, terapias celulares, inhibidores de quinasas, conjugados anticuerpo-fármaco, etc.) utilizados en el tratamiento del cáncer pediátrico se enumeran en la Tabla 2.
Oncología de precisión
El objetivo de la oncología de precisión es identificar fármacos que se predice que funcionarán contra tumores con mutaciones específicas, etc.
Como se señaló anteriormente, el ensayo MATCH ha demostrado viabilidad para identificar opciones terapéuticas personalizadas para pacientes pediátricos con cáncer difícil de tratar.45 Ejemplos de historias de éxito reciente en oncología de precisión en pediatría incluyen la utilización de inhibidores de NTRK para tumores sólidos pediátricos NTRK raros, como el fibrosarcoma infantil, y los inhibidores de RAF/MEK para el tratamiento de gliomas de bajo grado en niños.46–48
Era de las inmunoterapias
Actualmente existen cientos de inmunoterapias para el tratamiento del cáncer. En términos generales, estas terapias incluyen células modificadas, como las células CD19 CAR-T para el tratamiento de la leucemia linfoblástica de células B pediátrica, inhibidores de puntos de control destinados a "volver a despertar" el propio sistema inmunológico del cuerpo, manipulación de citocinas y agentes destinados a la remodelación del microambiente tumoral. Aunque existen desafíos en la utilización de células CAR-T para el tratamiento de tumores sólidos, se han logrado avances interesantes en la demostración de la viabilidad de la utilización de células CAR-T para el tratamiento de cánceres pediátricos actualmente incurables como el GPID (glioma pontino intrínseco difuso).49
Dado el rápido aumento de las inmunoterapias que se están desarrollando en adultos, existe un potencial futuro en la inmunomanipulación para el tratamiento de cánceres pediátricos. Actualmente, pocos niños con cáncer son tratados con inmunoterapias. Además, apenas se están empezando a comprender los efectos secundarios a largo plazo de la inmunomanipulación en la salud de niños y adolescentes. A medida que surjan estos datos, la comunicación continua con los pediatras generales es fundamental para garantizar que estos efectos sean reconocidos y abordados eficazmente.
Enfoques combinados
Se sabe que los tumores son heterogéneos y que desarrollan resistencia al tratamiento, incluyendo resistencia a agentes específicos. Los tumores rara vez demuestran respuestas a largo plazo a agentes únicos. Los enfoques combinados para “atacar” los tumores utilizando diferentes métodos es una manera de evitar la resistencia. Combinar agentes que dañan el ADN con inmunoterapias y utilizar conjugados anticuerpo-fármaco son 2 ejemplos de terapias multimodales emergentes que tienen el potencial de seguir cambiando el panorama del tratamiento del cáncer pediátrico. El momento de la inmunoterapia (el orden de administración de los agentes y/o la gravedad de la inmunosupresión cuando se administran los agentes) es especialmente crítica cuando se agregan inmunoterapias a los regímenes de tratamiento existentes. Los datos preclínicos que abordan específicamente el momento oportuno de la inmunoterapia son un tema emergente de gran interés.50,51
DETECCIÓN Y SEGUIMIENTO
El seguimiento de la enfermedad se lleva a cabo durante la terapia y después de completar la terapia inicial para el tratamiento del cáncer en niños. La exposición infantil a la radiación, como la administrada mediante radiografías de tórax y tomografías computarizadas, siempre deben evitarse o minimizarse cuando sea posible. Están surgiendo nuevas tecnologías que probablemente revolucionarán la forma en que se monitorean las respuestas tumorales y las recaídas.
ADNtc
Cuando las células tumorales mueren, se liberan fragmentos de ADN en el torrente sanguíneo del paciente. Este ADN tumoral circulante (ADNtc) se puede detectar en la sangre de pacientes con cáncer52 y ofrece muchas oportunidades futuras: (1) un seguimiento más frecuente de la recaída de la enfermedad a un nivel que una exploración puede no ser capaz de detectar, (2) reducir la exposición a la radiación y (3) detectar subpoblaciones resistentes emergentes de células tumorales mientras se está en tratamiento.
Una gran pregunta que el ADNtc podría ayudar a abordar es si la detección y el tratamiento más tempranos de las recaídas mejorarán los resultados. A medida que la monitorización del ADNtc (“biopsias líquidas”) se incluya cada vez más en los ensayos clínicos prospectivos, se llegará a comprender mejor el potencial de esta tecnología. Un ejemplo reciente del poder del ADNtc se demostró en el rabdomiosarcoma de fusión negativa de riesgo intermedio, donde los investigadores demostraron que la presencia de ADNtc en el suero del paciente al momento del diagnóstico se asocia con un peor resultado (sobrevida global y libre de eventos significativamente inferior).53
Hallazgos de la línea germinal
Además de la secuenciación de tumores, la secuenciación de la línea germinal de pacientes pediátricos con cáncer también ha aumentado, y puede complementar y mejorar el conocimiento derivado de la secuenciación exclusiva de tumores.54,55 Como se discutió anteriormente, puede haber potenciales beneficios farmacogenómicos de esta información.
Además, si en un paciente se descubre una variante patogénica de la línea germinal en un gen con predisposición al cáncer, se pueden sugerir recomendaciones para la detección del cáncer.56,57 Se sabe que algunos niños desarrollan neoplasias malignas secundarias después de su terapia primaria contra el cáncer. Todavía no se comprende completamente qué hallazgos patógenos de la línea germinal pueden aumentar la probabilidad de que los niños desarrollen una enfermedad maligna secundaria relacionada con el tratamiento.
Familiares de niños con cáncer pueden ser derivados para asesoramiento y pruebas genéticas dependiendo del resultado de la línea germinal encontrada en el niño. Se detectan muchas variantes de importancia desconocida durante las pruebas de la línea germinal y, a medida que surgen más datos, las pruebas de detección y las recomendaciones de riesgo se actualizan en el tiempo. Es especialmente importante recordar esto para los sobrevivientes que tal vez no hayan tenido acceso a pruebas de línea germinal cuando se los diagnosticó o trató inicialmente, ya que pueden desear hacerse pruebas. Si se realizaron estas pruebas, puede ser necesario volver a examinar la interpretación de los hallazgos dadas las reclasificaciones de variantes a lo largo del tiempo. Muchos hospitales infantiles a nivel nacional ahora tienen programas de predisposición al cáncer donde las derivaciones para pruebas y asesoramiento genético se aceptan tanto para pacientes con cáncer como para los miembros de su familia.58
ACCESO A LA ATENCIÒN
Los pediatras son muy conscientes de que existen desigualdades en el acceso a la atención. La oncología pediátrica no se libra de esta realidad.
DATOS SOBRE DISPARIDADES
En Estados Unidos, los niños negros diagnosticados con cáncer siguen teniendo una sobrevida general inferior en comparación con los niños blancos. Un ejemplo entre muchos es que se observan tasas de sobrevida menores entre los niños negros con leucemia mieloide aguda en comparación con los niños blancos no hispanos.59 Las razones de esto no se han estudiado lo suficiente y son multifactoriales, aunque las poblaciones minoritarias siguen estando subrepresentadas en la investigación del cáncer.59
Las tasas de recaída entre los niños de minorías y aquellos que viven en la pobreza también siguen siendo más altas en todos los grupos de enfermedades,59 destacando la necesidad de incorporar los determinantes sociales de la salud en los planes de tratamiento. A nivel mundial, la sobrevida global de los niños con cáncer varía según el nivel de ingresos del país en el que residen. Problemas en el acceso a medicamentos contra el cáncer, ensayos clínicos, opiniones de expertos para casos de tumores raros, medidas de atención de apoyo y pruebas avanzadas como la secuenciación de tumores, contribuyen a las disparidades observadas.59,60
Al considerar los ensayos clínicos, un enfoque emergente en oncología es el uso integrado de datos del mundo real (DMR) o evidencia del mundo real. Aunque los ensayos controlados aleatorios son el estándar de oro en oncología pediátrica, por ejemplo, para tumores raros y para comprender las subpoblaciones de pacientes, esto no siempre es factible. Ejemplos de DMR incluyen datos de registros médicos electrónicos, datos de facturación, plataformas de redes sociales, encuestas de pacientes o familiares e información de registros de tumores.
Por ejemplo, el uso de evidencia del mundo real ayudó a sentar las bases para acelerar la aprobación de blinatumomab por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda de células B en recaída o refractaria en adultos.61 La incorporación de DMR puede ayudar a cerrar algunas brechas en las disparidades en el acceso a ensayos clínicos y un acceso más oportuno a medicamentos emergentes en oncología pediátrica.
Para los sobrevivientes, el acceso a servicios especializados, como terapia física y ocupacional, oncofertilidad continua y recursos de salud reproductiva, pruebas neuropsicológicas, y servicios de salud conductual es inconsistente. Por ejemplo, los sobrevivientes y sus padres suelen sufrir trastorno de estrés postraumático y ansiedad, y la falta de acceso a los recursos de salud conductual puede tener un impacto negativo significativo y duradero en la salud a largo plazo de los sobrevivientes de cáncer.62
Las asociaciones entre oncólogos pediátricos y pediatras generales son claves para defender las necesidades de cada paciente y la salud de los niños más ampliamente. Se debe realizar un esfuerzo dedicado para mejorar la sobrevida, mitigar las toxicidades y promover la salud durante toda la vida en todos los niños con cáncer.
CONCLUSIONES Una declaración simplificada de objetivos en oncología pediátrica es “romper” finalmente la meseta de sobrevida para algunos tumores sólidos y minimizar la toxicidad para todos los niños y adolescentes diagnosticados con cáncer. Aquí se destacan varias formas en las que las innovaciones en la administración de medicamentos, el seguimiento, las nuevas terapias y el acceso a la atención siguen contribuyendo a que se avance en el campo de la oncología pediátrica. Los niños con cáncer necesitan una atención longitudinal excelente tanto durante como después de completar la terapia dirigida contra el cáncer. Continuar fortaleciendo la asociación y la comunicación entre el equipo de oncología pediátrica y el pediatra de atención primaria del paciente es esencial en esta misión. |
TABLA 1. Ejemplos de efectos secundarios a largo plazo del tratamiento y las intervenciones del cáncer pediátrico | ||
Tipo de cáncer |
Ejemplos de efectos secundarios a largo plazo de la terapia63–66 |
Ejemplos de intervenciones para reducir los efectos secundarios a largo plazo63–66 |
Linfoma de Hodgkin |
Disfunción gonadal: potencial de fertilidad reducida o infertilidad tanto en hombres como en mujeres. Complicación tiroidea: hipotiroidismo; mayor riesgo de cáncer de tiroides. |
Discutir opciones para la preservación de la fertilidad en el momento del diagnóstico y durante las visitas de seguimiento a largo plazo. Complicaciones de la tiroides: menor riesgo al reducir el uso de radioterapia |
Leucemia linfoblástica aguda |
Deterioro del crecimiento, incluida baja talla, pubertad precoz o pubertad retrasada. Síndrome metabólico, obesidad. |
Deterioro del crecimiento: mejorado con la sustitución de la radioterapia craneal por quimioterapia intratecal. Intervenciones dietéticas y de ejercicio. |
Neuroblastoma |
Pérdida de audición: relacionada con la exposición a compuestos de platino. Cataratas. |
Reducir la duración y la intensidad del tratamiento cuando sea posible mediante esfuerzos de estratificación del riesgo. |
Tumor de Wilms |
Toxicidad cardíaca: relacionada con antraciclinas, radiación que afecta al corazón. Disfunción renal: daño glomerular y tubular; enfermedad renal terminal en pacientes con tumor de Wilms bilateral o que reciben radioterapia en enfermedad unilateral. |
Toxicidad cardíaca: usar agentes cardioprotectores (dexrazoxano) y minimizar la quimioterapia y la radiación cuando sea posible. Disfunción renal: cirugía conservadora de nefronas para enfermedad bilateral, evitando agentes nefrotóxicos (por ejemplo, antiinflamatorios no esteroides). |
TABLA 2. Ejemplos de agentes específicos para el tratamiento de cánceres pediátricos, de adolescentes y de adultos jóvenes | ||
Tipo de cáncer |
Ejemplo de objetivo viable35,46,47,67–73 |
Ejemplos de agentes dirigidos35,46,47,67–73 |
Leucemia linfoblástica aguda |
Expresión de CD19 |
Blinatumomab (activador biespecífico de células T CD19-CD3, BiTE). Células T del receptor de antígeno quimérico (CAR) CD19. |
Fibrosarcoma infantil |
Fusión NTRK |
Inhibidores de NTRK (larotrectinib, etc.). |
Neuroblastoma |
Alta expresión de GD2 Mutación ALK |
Dinutuximab (anticuerpo monoclonal contra GD2). Inhibidores de ALK (lorlatinib, etc.). |
Gliomas de bajo grado |
Mutaciones BRAF |
Inhibidores de RAF, inhibidores de pan-RAF (tovorafenib) e inhibidores de MEK. |
Linfoma de Hodgkin |
CD30 |
Brentuximab vedotin (conjugado de fármaco-anticuerpo dirigido a CD30. El agente de quimioterapia vinculado a CD30 es monometil auristatina E [MMAE]). |
Linfomas de células B maduras |
CD20 |
Rituximab (anticuerpo quimérico CD20) |
Sarcoma epiteloide |
Mutaciones SMARCB1/INI1 |
Tazemetostat (inhibidor de EZH2) |
Comentario: Los resultados del cáncer pediátrico han mejorado significativamente, pero siguen existiendo disparidades en cuanto a tipos de tumores y subgrupos de pacientes, resaltando las mejoras necesarias en distintos aspectos del tratamiento y seguimiento de estos niños. Para algunos tipos de cáncer, el avance continuo en la comprensión de la biología tumoral es un paso esencial para alcanzar nuevas combinaciones terapéuticas que mejoren los resultados a la vez que se disminuye la toxicidad de la terapia. Pese a los avances en el tratamiento y la sobrevida, los pacientes oncológicos siguen necesitando atención multidisciplinaria a corto y largo plazo. Mejorar la comunicación entre los oncólogos pediátricos, los pediatras de atención primaria, y las instituciones de seguimiento de niños y adultos es clave para garantizar la mejor atención durante toda la vida de los sobrevivientes de cáncer pediátrico. |
Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol