México

Epidemia de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas con la mala alimentación

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición arrojó cifras alarmantes que plantean la necesidad de modificar la alimentación.

México está transitando una epidemia de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas con la mala alimentación. Los datos que lo sugieren fueron arrojados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, según la cual el 75% de las mujeres y el 70% de los hombres adultos en el país viven con sobrepeso u obesidad. Es decir, con una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. 

Asimismo, el 42% de los adolescentes y el 37% de los escolares viven con esta condición.  

Los datos no resultan del todo sorprendentes. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las tasas de obesidad casi se han triplicado desde 1975 y han aumentado casi cinco veces en niños y adolescentes en el mundo.  

La Región de las Américas, dentro de la cual se encuentra México, no es la excepción. De hecho, es aquella con la prevalencia más alta de todas las regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).  

En México, además, el 16% de los adultos viven con diabetes y el 28% viven con hipertensión. Como resultado de esta situación, más de 40% de sus muertes se deben a enfermedades del corazón, diabetes y cáncer, tres enfermedades relacionadas con una mala alimentación. 

En simultáneo, el 26% de los hogares del país registran inseguridad alimentaria moderada o severa; y el 14% y 33% de los menores de cinco años padecen desnutrición crónica y anemia, respectivamente.  

Resulta evidente, entonces, que a la lucha por erradicar el hambre y la desnutrición debe sumarse la necesidad urgente de modificar la forma en que los mexicanos se alimentan.  

La proliferación del consumo de productos comestibles ultraprocesados es un hecho. El 30% de las calorías que se consumen diariamente en México provienen de alimentos y bebidas ultra procesados, de las cuales casi una cuarta parte son refrescos y bebidas industrializadas con azúcares añadidos. 

El consumo de productos ultraprocesados en niños menores de cinco años es de 39%; en niños de 5 a 11 años es de alrededor de 35%, y en adultos, de 26%. 

Estos productos no sólo desplazan el consumo de alimentos frescos —como verduras, frutas, leguminosas, entre otros— y comidas caseras, sino que aumentan el riesgo de obesidad y varias enfermedades crónicas. 

Dentro de estas últimas se incluyen la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, del riñón y gastrointestinales.  

Frente a este panorama el Instituto Nacional de Salud Pública propuso a un grupo de académicos y miembros de la sociedad civil desarrollar una Alianza Global para la Alimentación Saludable de Niñas, Niños y Adolescentes.  

El consumo de ultraprocesados en este sector etario vaticina aumentos en enfermedades y muertes prematuras cuando alcancen la edad adulta.   

La Alianza cuenta con el aval del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y la Sociedad Latinoamericana de Nutrición.