Cada 19 de octubre

Se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama

Se detecta en 1 de cada 8 mujeres y es la primera causa de muerte femenina por enfermedad oncológica. Pero si se diagnostica tempranamente es curable en más del 95% de los casos.

 


Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha impulsada para promover su diagnóstico precoz, incrementar el acceso a los controles y tratamientos.

De acuerdo a la International Agency for Research on Cancer (IARC), en el mundo se diagnostica esta enfermedad en más de un millón de personas y 400.000 mueren al año por este motivo. En Argentina se detectan 22.000 casos al año y es el cáncer más común. Se estima que el 77% de los casos nuevos y 84% de las muertes ocurren en mujeres.

Entre los factores de riesgo de cáncer de mama no modificables se encuentran el sexo (las mujeres tienen mayores riesgos de desarrollar cáncer de mama) y la edad (aumentan las probabilidades de tener esta enfermedad especialmente en aquellas mujeres cercanas a la menopausia).

Con respecto a las personas con familiares directos con esta patología, la Dra. Valeria Cáceres perteneciente a la Unidad Funcional de Mastología Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo” (IOAHR), sostiene: “El cáncer genético o hereditario es el factor de riesgo más importante, pero no el más frecuente ya que sólo entre un 5% y 7% de las pacientes portadoras de un cáncer de mama tienen una base genética en su origen. La presencia de un familiar de primer grado (madre, hermana, hija) con cáncer de mama aumenta el riesgo de padecer la enfermedad entre 1,5 a 3 veces por sobre la población general. Este riesgo aumenta cuanto más temprana es la edad de aparición en el familiar afectado, y con el número de casos en la familia”.

Por otro lado, existen factores modificables que elevan el riesgo de desarrollar cáncer de mama. En este sentido, las mujeres con sobrepeso tienen más chances de contraer esta enfermedad y de volver a padecerla que quienes tienen un peso saludable. Esto se debe a la producción de estrógenos en el tejido graso. A la vez, las personas que realizan actividad física pueden controlar de forma más eficiente el peso, reduciendo así los niveles de grasa en su cuerpo. 

El consumo de alcohol también es considerado un factor de riesgo, ya que puede aumentar los niveles de estrógenos en el cuerpo como también el riesgo de cáncer en las mamas y en otras localizaciones al dañar el ADN de las células. De la misma manera, fumar no sólo aumenta la posibilidad de desarrollar éste y otros tipos de cánceres, sino que también puede producir otras enfermedades que compliquen el tratamiento del cáncer de mama (por alteración de la vascularización y circulación sanguínea, afecciones pulmonares).

Respecto de su detección, si bien en sus estadios iniciales suele ser asintomático, según el estadio y tipo de cáncer puede manifestarse como un bulto en la mama, una zona indurada (donde hay engrosamiento y endurecimiento generalizado de la piel) con o sin enrojecimiento de la piel o edema, una retracción, derrame por el pezón o a través de un bulto en la axila.

Desde la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC) resaltaron que el autoexamen no es suficiente para detectarlo, por lo que es necesario realizar una visita médica periódica para recibir las recomendaciones pertinentes por parte de un profesional médico.

La Dra. Luciana D`Angelo, médica mastóloga de LALCEC, asegura: “La detección temprana es fundamental. Es necesario realizar la visita médica periódica, en la cual se asesora a cada paciente y se la deriva a hacer los estudios pertinentes, como son la mamografía, una ecografía mamaria y, en los casos que lo requieran, una resonancia magnética y en casos seleccionados otros estudios de imágenes. Además, se aconseja la consulta al médico, de forma inmediata, frente a la auto-detección de un nódulo, masa mamaria o ganglios axilares aumentados de tamaño o un derrame por el pezón”.

Los avances tecnológicos y los permanentes descubrimientos de la medicina, han posibilitado la detección de diferentes subtipos de este cáncer, permitiendo que se desarrollen nuevos procedimientos terapéuticos, dirigidas a blancos moleculares específicos y la inclusión de la inmunoterapia en el caso de los denominados “triple negativos”. Esto significa que, con un buen seguimiento a través del examen anual, en conjunto con la tecnología y los avances científicos, son cada vez más las probabilidades de curarse de un cáncer  de mama; más aún cuando se descubre de forma temprana, porque se accede a tratamientos menos invasivos.

Si se detecta el tumor en esta instancia temprana, la enfermedad alcanza su máximo nivel de curación. Por ello, en cuanto a las mamografías, desde el Hospital de Clínicas recordaron la recomendación de realizarla anualmente a partir de los 40 años a todas aquellas mujeres asintomáticas, con estudios clínicos normales y sin antecedentes de la enfermedad, y en las pacientes con antecedentes de cáncer de mama en familiares de primer grado, se recomienda hacerla 10 años antes de la edad de detección del cáncer del familiar más cercano.

Desde LALCEC, sugieren que desde los 40 años las mujeres realicen al menos una mamografía cada dos años, junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. En los casos de las mujeres menores de 40 años deben consultar con su médico acerca de la conveniencia de hacer o no una mamografía.