La pandemia de COVID19 está dejando en evidencia la necesidad de invertir más en servicios de salud mental. Si no le dedicamos recursos, nos arriesgamos a un “aumento masivo” de las enfermedades mentales en los próximos meses, según un informe de la ONU publicado este jueves.
El impacto del coronavirus ya es “extremadamente preocupante”, dice el director de la Organización Mundial de la Salud.
El aislamiento, el miedo al contagio y a no poder despedirnos de los seres queridos y la pérdida del empleo están ocasionando estrés y sufrimiento a millones de personas.
“Hemos visto en el pasado que crisis económicas similares han aumentado el número de personas con problemas mentales, llevando a tasas de suicidio más altas o abuso de sustancias”, explica Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental de la OMS.
El Secretario General ha subrayado que, además de las personas que ya sufrían alguno de estos problemas, los trabajadores de la salud, los mayores y los niños y adolescentes son los grupos más afectados y necesitados de apoyo.
Psicólogos venezolanos ofrecen terapia a sus compatriotas desplazados
La pandemia ha exacerbado las dificultades a las que se enfrentan los refugiados y migrantes venezolanos en América Latina. En Perú, psicólogos venezolanos están intentando ayudar a sus compatriotas en sesiones por internet.
Son terapeutas como David, que, tras llegar a Cusco con su familia en 2018, atendía a pacientes en sesiones de grupo que ahora ofrece en línea. Asegura que ve “mucho dolor, enfado y frustración” que hay que trabajar.
La Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, apoya a organizaciones peruanas para ofrecer cientos de consultas. “Proveer apoyo psicológico a la gente no es un lujo”, dice Pieter Ventevogel, el responsable de esta área en la agencia. “No hará que desaparezcan las circunstancias difíciles”, pero puede marcar “la diferencia entre resistir o ceder a la desesperación.”
96 expertos piden “medidas urgentes” para proteger a las personas LGBTI
ONU/Benson Kua
Un grupo de 96 relatores especiales y expertos independientes de las Naciones Unidas y regionales han emitido un comunicado conjunto en el que aseguran que si los Gobiernos no toman “medidas urgentes” para proteger a las personas LGBTI durante la pandemia “el impacto se sentirá durante generaciones”.
“Las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans y género-diversas están representadas en forma desproporcionada en las filas de los pobres, las personas en situación de calle y las que no tienen atención médica, y se verán profundamente afectadas por la pandemia”, señalan.
Las leyes de criminalización, aún existentes en 70 países, crean un mayor riesgo de abuso policial y detenciones arbitrarias durante los toques de queda, y obstaculizan la recopilación de datos.
Los especialistas denuncian que algunos Estados han promulgado medidas que se dirigen intencionalmente a las personas LGBTI bajo el pretexto de la salud pública, incluida la propuesta de leyes para denegar a las personas trans y de género diverso de su reconocimiento legal.
Una moratoria de la deuda de seis meses no es suficiente
La relatora sobre deuda externa y derechos humanos, Yuefen li, ha pedido a las instituciones internacionales, el G20 y los acreedores privados que extiendan la moratoria de la deuda para los países pobres y en desarrollo.
Según esta especialista, los seis meses anunciados son un tiempo demasiado corto para que estos países puedan contener el COVID19. Li recuerda que es posible que haya nuevos brotes y que, por tanto, los efectos en la economía, el empleo y la pobreza irán más allá de 2020.
Por eso, pide que se extienda la moratoria de la deuda al menos hasta junio de 2021.