Anticuerpos de una llama de 4 años de edad han neutralizado el coronavirus y otras infecciones en experimentos de laboratorio.

Los científicos han recurrido a las llamas durante mucho tiempo para la investigación de anticuerpos. En la última década, por ejemplo, han usado anticuerpos de llamas en H.I.V. y la investigación de la gripe, encontrando terapias prometedoras para ambos virus.

Los humanos producen solo un tipo de anticuerpo, compuesto por dos tipos de cadenas de proteínas, pesadas y ligeras, que juntas forman una forma de Y. Las proteínas de cadena pesada abarcan toda la Y, mientras que las proteínas de cadena ligera tocan solo los brazos de la Y.

Las llamas, por otro lado, producen dos tipos de anticuerpos. Uno de esos anticuerpos es similar en tamaño y constitución a los anticuerpos humanos. Pero el otro es mucho más pequeño; tiene solo un 25 por ciento del tamaño de los anticuerpos humanos. El anticuerpo de la llama todavía forma una Y, pero sus brazos son mucho más cortos porque no tiene proteínas de cadena ligera.

Los investigadores esperan que el anticuerpo eventualmente pueda usarse como un tratamiento profiláctico, inyectando a alguien que aún no está infectado para protegerlo del virus, como un trabajador de la salud. Si bien la protección del tratamiento sería inmediata, sus efectos no serían permanentes y durarían solo un mes o dos sin inyecciones adicionales.

Este enfoque proactivo está al menos a varios meses de distancia, pero los investigadores están avanzando hacia ensayos clínicos. También pueden ser necesarios estudios adicionales para verificar la seguridad de inyectar los anticuerpos de una llama en pacientes humanos.