Sus beneficios

Actividad física, enfermedad hepática grasa no alcohólica y riesgo cardiometabólico

La actividad física se asocia con beneficios importantes, en términos de la aparición de enfermedad hepática grasa no alcohólica, independientemente de la presencia de factores de riesgo cardiometabólicos.

Autor/a: Oni E, Kalathiya R, Nasir K

Fuente: American Journal of Cardiology 115(1): 34-39, Ene 2015

Introducción

La actividad física (AF) regular se asocia con múltiples beneficios sobre la salud. Los efectos favorables, especialmente los relacionados con la salud cardiovascular,  aumentan en relación con la intensidad, la frecuencia y la duración de la AF.

La enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA) es un trastorno que puede evolucionar a carcinoma hepatocelular. La forma más leve de EHGNA consiste en la esteatosis simple, en tanto que la más grave es la esteatohepatitis no alcohólica. Aunque la EHGNA no representa, per se, un marcador de riesgo cardiovascular, ésta está involucrada en la fisiopatogenia de la enfermedad cardiovascular.

Diversos estudios previos demostraron que la AF se asocia con mejoras de la EHGNA; sin embargo, por el momento se desconoce si la relación entre la AF y la EHGNA es independiente de la presencia de los factores metabólicos de riesgo. En este estudio, los autores determinaron la vinculación entre el nivel de AF y la EHGNA en sujetos con síndrome metabólico (SM) o sin éste y con obesidad. 

Pacientes y métodos

Fueron evaluados 5 743 pacientes de ambos sexos sin enfermedad cardiovascular, sometidos a rastreo clínico y bioquímico laboral obligatorio entre 2008 y 2010, en el Preventive Medicine Center del Hospital Israelita Albert Einstein de San Pablo, Brasil.

Los autores señalan que, en este contexto, la ecografía abdominal forma parte del examen rutinario. Los participantes completaron cuestionarios que permitieron conocer las características demográficas, los antecedentes clínicos, el consumo de alcohol, el hábito de fumar y los tratamientos utilizados al momento de las evaluaciones.

El nivel de AF se determinó con el International Physical Activity Questionnaire: Short Form (IPAQ-SF), validado con anterioridad en una cohorte similar. Según la duración e intensidad, la AF se clasificó en tres categorías: de intensidad alta, moderada y baja.

Se tuvo en cuenta la presencia de diabetes tipo 2, hipertensión arterial y dislipidemias. Se calcularon el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura (CC). Se estableció el diagnóstico de obesidad en los pacientes con IMC > 30 kg/m2 o > 25 kg/m2 más CC elevada (> 94 cm en los hombres y > 80 cm en las mujeres).

El diagnóstico del SM se basó en los criterios de la International Diabetes Federation, en tanto que el consumo de alcohol se cuantificó con el Alcohol Use Disorders Identification Test, creado por la Organización Mundial de la Salud; los puntajes de 8 o más y de 4 o más en hombres y mujeres, respectivamente, indican consumo alto de alcohol.

Se tomaron muestras de sangre para la determinación de los niveles séricos de las distintas fracciones de lípidos, gamma glutamil transferasa, alanino aminotransferasa, asparato aminotransferasa y proteína C-reactiva ultrasensible.

El diagnóstico de EHGNA se realizó mediante ecografía abdominal, con un algoritmo estandarizado. Las comparaciones estadísticas se realizaron con análisis de varianza y pruebas de Chi al cuadrado, según el caso. Mediante modelos de regresión logística de múltiples variables se determinaron las asociaciones entre el nivel de AF y la presencia de EHGNA. 

Resultados

La prevalencia de EHGNA disminuyó en relación con el nivel de AF, de manera independiente de la presencia de SM u obesidad. La frecuencia de EHGNA fue de 79% entre los pacientes con IMC > 30 kg/m2, de 72% en los sujetos con obesidad central y de sólo 27% en los enfermos con SM.

Los modelos de regresión revelaron una asociación, relacionada con la dosis, entre la AF y la EHGNA, independientemente de la presencia de SM u obesidad. Sin embargo, la vinculación sólo fue estadísticamente significativa en los enfermos con variables metabólicas desfavorables, en comparación con los sujetos obesos saludables. 

Discusión

El ejercicio mejora la oxidación de lípidos en el cuerpo y disminuye la esteatosis

El presente estudio transversal, realizado en 5 743 enfermos asintomáticos, tuvo por finalidad determinar la asociación entre el nivel de AF referido por los enfermos y la prevalencia de EHGNA. La frecuencia de EHGNA, obesidad y SM se redujo considerablemente en los pacientes que refirieron realizar AF; además, la AF se vinculó con la EHGNA, de manera independiente de la presencia de SM u obesidad.

Los resultados de la presente investigación coinciden con los de diversos trabajos previos, en los cuales se encontró una asociación entre la AF y la EHGNA. En un ensayo anterior, realizado en sujetos coreanos no diabéticos, la AF regular redujo el riesgo de aparición de EHGNA, independientemente de la obesidad; la AF también se asoció con disminuciones de las enzimas hepáticas en los pacientes con EHGNA.

En otro trabajo en el cual se evaluaron posibles donantes de hígados con EHGNA, el estudio histopatológico reveló mejoras significativas en los puntajes de esteatosis, luego de las modificaciones en la dieta y de la introducción de AF durante 10 semanas. La mejora se comprobó, incluso, en los pacientes sin obesidad.

En coincidencia, los hallazgos del presente trabajo demostraron asociaciones favorables entre la AF y el riesgo de EHGNA, en pacientes con ciertos factores cardiometabólicos de riesgo o sin éstos. En un estudio previo, la AF intensa redujo la gravedad del compromiso histopatológico de la EHGNA. Los hallazgos en conjunto, por lo general, avalan el concepto de que la AF podría contribuir favorablemente en el abordaje de los enfermos con EHGNA.

En dos investigaciones previas, el ejercicio durante 60 minutos por día, 7 días por semana, se asoció con mejoras en los marcadores hepáticos de apoptosis, en pacientes obesos con EHGNA. Cabe destacar que la vinculación inversa entre la AF y la EHGNA sólo fue significativa en los pacientes con obesidad que realizaban AF de alta intensidad; incluso así, en los individuos sin obesidad, la AF de intensidad moderada también se asoció con efectos beneficiosos.

Se ha visto que las modificaciones en los hábitos nutricionales y la AF reducen, en alrededor de un 20% a un 30%, los niveles de lípidos intrahepáticos. Estos cambios también son útiles para evitar las complicaciones cardiometabólicas, tales como la diabetes y la enfermedad cardiovascular.

Los beneficios asociados con la AF, en términos de las mejoras del depósito intrahepático de lípidos, son independientes de la pérdida de peso. Según las guías de la American Association for the Study of Liver Diseases, la American Gastroenterological Association y el American College of Gastroenterology, en los adultos con EHGNA, la AF, en forma aislada, reduce la esteatosis hepática.

El ejercicio mejora la oxidación de lípidos en el cuerpo y disminuye la esteatosis, al aumentar el metabolismo de los ácidos grasos y de los lípidos intrahepáticos.

En conclusión, los resultados en conjunto sugieren que la AF se asocia con efectos favorables sobre la EHGNA, de manera independiente de la presencia de factores de riesgo cardiometabólico.

SIIC - Sociedad Iberoamericana de Información Científica