Por Rob y Goodier

NUEVA YORK (Reuters Health) - La fiebre del dengue suele manifestarse simplemente como fiebre, según lo indica su nombre, pero en los pacientes mayores puede aparecer sin ese aumento de la temperatura corporal, sino con la pérdida de apetito y debilidad.

Esos dos síntomas fueron las quejas más comunes entre los 10 adultos mayores a los que les diagnosticaron fiebre del dengue en una clínica de Belice. Sólo dos de ellos tenían fiebre, según publican los autores de un nuevo estudio publicado en Tropical Doctor.

"Cuando nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo, empecé a mirar distinto la enfermedad en nuestra población geriátrica. Mi consejo para los médicos cuando estudian el dengue en los adultos mayores, es que no descarten la enfermedad si no hay fiebre, en especial durante la noche", dijo por e-mail el autor principal, doctor Ajay Hotchandani, director médico del Departamento de Geriatría de la Clínica Mercy de la Ciudad de Belice, Belice.

El consejo terapéutico en esos casos es consumir bebidas deportivas y alimentos calóricos (no existen antivirales para el dengue).

"La clave del tratamiento es la paciencia. Reemplazar las comidas con batidos y sopas calóricas, algo que se puede consumir con bajo gasto de energía, es un buen comienzo", dijo Hotchandani.

Comentó que en las zonas tropicales, donde el dengue es endémico, los médicos están entrenados para identificar la fiebre, pero no la anorexia, que, junto con la pérdida del apetito, ni siquiera figuran entre los síntomas de la enfermedad en varios de los principales sitios online de información médica, incluido el de los CDC de Estados Unidos.

Pero ocho de los 10 pacientes con dengue y de unos 72 años en promedio no deseaban comer, mientras que nueve tenían debilidad.

Los pacientes adelgazaron unos 3,5 kg; los dos casos más extremos perdieron 12 y 7.5 kg en un mes o menos.

El dengue, una enfermedad que prolifera con la aparición de los mosquitos que la transmiten, afecta a unos 100 millones de personas por año.

Hotchandani trató a su primera paciente con bebidas energizantes. Era su madre y había dejado de comer bien. "Le proporcionaron un refuerzo lo suficientemente importante como para comer adecuadamente, realizar las actividades diarias y mejorar su enfoque psicológico de la enfermedad", recordó el autor.

FUENTE: http://bit.ly/Op5vqC