Enfermería

Cuidados de enfermería en el paciente con ARM

Supone un planteamiento metódico de resolución de problemas, evitar omisiones, prevenir errores y pérdidas de tiempo. Más que una suma de técnicas, procedimientos y monitoreos sintomáticos. El rol de el/la enfermera que asiste a este tipo de pacientes.

Autor/a: Dr. Alberto Parisoto

Indice
1. Desarrollo
2. Humidificación
3. Aerosolterapia
4. Bibliografía

Cuidar al  individuo sometido a ARM es más que una suma de técnicas, procedimientos y monitoreos sintomáticos, y es aquí donde tenemos un paciente que reúne características tan particulares que es esencial destacar cual es el rol de el/la  enfermera que asiste a  este tipo de pacientes.

Definirlo es encontrarnos con una persona que tiene alterada su autonomía, sus capacidades físicas y psíquicas, de satisfacer sus necesidades básicas por sí misma y el rol profesional consiste precisamente en suplir esa autonomía de la persona (hacer por ella),ayudándolo  a mantener y recuperar la salud mediante la realización de tareas que el mismo llevaría a cabo si tuviera la fuerza, la voluntad o los conocimientos, previendo las diversas formas de dependencia y prestando especial cuidado a las secuelas o trastornos que pueden aparecer con esta pérdida de su autonomía.

La responsabilidad profesional, contemplando  esta concepción del rol, exige en la enfermería de Cuidados Críticos un continuo monitoreo y observación de los pacientes que asiste para detectar alteraciones de su estado fisiológico, planificar e implementar las intervenciones y evaluar las respuestas a estas intervenciones. Esto es la aplicación sistemática de un proceso intelectual y deliberado, estructurado en una serie de etapas ordenadas lógicamente, para planificar cuidados personalizados dirigidos al mayor bienestar de la persona cuidada. Al ser sistemático no se deja nada al azar, no es sintomático. Supone un planteamiento metódico de resolución de problemas evita omisiones, previene errores y pérdidas de tiempo.

La observación sistemática, permite percibir necesidades reales,  y las insatisfechas, proporcionando una visión global, impidiendo que el profesional de enfermería se centre en un problema y descuide dificultades  quizá menos evidentes. Para completar este proceso una adecuada documentación de los cuidados, puede servir como instrumento para medir los resultados de las intervenciones de enfermería y analizar la calidad de los mismos, como así también permitir medir la carga de trabajo que generan los pacientes críticamente enfermos. Aquí está el desafío para la enfermera de Cuidados Críticos: Cuidar de manera tal de crear un pasaje seguro por la Unidad, de pacientes y familiares que se encuentran en circunstancias vulnerables.

· Vía aérea  artificial
· Sujeción del tubo endotraqueal o Traqueostomía
· Mantenimiento de la posición y neumotaponamiento
· Higiene bucal

Asegurar la adecuada ubicación de una vía aérea artificial inmediatamente después de su colocación y su mantenimiento posterior, es esencial para asegurar un  soporte ventilatorio seguro. Sujeción del tubo endotraqueal: después de su colocación se debe sujetar el tubo endotraqueal para evitar migración o extubación accidental, debido a  Los movimientos del paciente, en momentos de ansiedad, agitación o desadaptación del ventilador; otros factores que contribuyen al desplazamiento de la vía aérea artificial, son los cambios de decúbito, la higiene total, o el transporte (1). La fijación del tubo endotraqueal puede realizarse con una cinta adhesiva o con una venda manteniendo la ubicación del tubo endotraqueal a la altura de 22 a 23 cm en la linea media frontal de la boca (2).

La elección de la mejor forma de fijación del tubo endotraqueal y el uso de cánula de mayo o mordillo dependerá de una valoración previa de las necesidades y del confort del paciente, en el contexto de la enfermedad. Cuando existen patologías que dificultan la ventilación y/o la eliminación de secreciones bronquiales,  como las miopatías, los traumatismos,  o el  tiempo de ventilación mecánica es prolongado, el destete resulta dificultoso o el acceso a la vía aérea es difícil se practica una traqueostomía (3). Durante las primeras 24 hs de realizada la cirugía, es conveniente mantener al paciente con la zona inmovilizada, y evitar en lo posible la manipulación dado que no está aún delimitado el canal quirúrgico, y existe riesgo de hemorragia. La limpieza del estoma con solución de iodopovidona, para eliminar los restos de secreciones y tisulares, es recomendable  para evitar la irritación local y la infección, manteniendo la zona limpia y seca. (3)

La cánula debe mantener en todo momento la alineación con la cabeza y el tronco, evitando todo tipo de torsión o acodadura del dispositivo. Evitará el desplazamiento la sujeción alrededor del cuello, gentilmente ajustada, y manteniendo la cánula lo mas cerca de la piel, con una gasa fina entre la piel y la cánula.  El tubo endotraqueal  y la traqueostomía en el paciente ventilado mecánicamente, deben mantener una adecuado insuflado del manguito, para mantener una neumotaponamiento eficaz. Se recomienda inflar el manguito con la técnica de la mínima oclusión y monitorear la presión del mismo. La presión ideal es la mínima requerida para ocluir la vía aérea, debe mantenerse en valores no superiores a 20 mmhg, debido a que la presión de perfusión de la mucosa traqueal oscila entre 25 y 35 mmhg (1). Pero en paciente con injurias múltiples la presión suele ser considerablemente menor (3).

La higiene bucal es otro punto a considerar en el cuidado del paciente ventilado, esta intervención disminuye la cantidad de secreciones en el tracto respiratorio superior (3) y en consecuencia las que pueden migrar al espacio subglótico. La frecuencia de la higiene dependerá de las necesidades del paciente. Es conveniente realizar en el mismo momento, la higiene de las narinas y el cambio de sujeción de la vía aérea artificial.  La realización planificada de las prácticas de cuidado de la vía aérea disminuye los riesgos de desplazamiento, migración, torsión o acodadura del dispositivo que la mantiene permeable, permitiendo al mismo tiempo ordenar los períodos de actividad y descanso de la persona enferma.