Introducción
La vitamina D participa en la absorción del calcio y del fósforo, un proceso esencial para el mantenimiento de la salud ósea y dentaria. También actúa como un factor de transcripción en numerosas células del organismo. La deficiencia de vitamina D, un problema frecuente en todo el mundo, es causa de raquitismo en los niños y de osteomalacia en los adultos; también incrementa el riesgo de fracturas, cáncer de mama y de colon, enfermedad cardiovascular y esclerosis múltiple.
Esta vitamina se forma en la piel a partir del colecalciferol o vitamina D3, por acción de la luz ultravioleta. Ciertos alimentos representan una fuente importante de vitamina D. La principal forma circulante es la 25-hidroxivitamina D (25[OH]D).
Diversos factores determinan el estado vitamínico. Algunas características ambientales (menor exposición a la luz solar, utilización de protector solar) pueden asociarse con menor síntesis de vitamina D en la piel. El embarazo y la lactancia son algunos de los factores fisiológicos que influyen en los niveles de vitamina D, mientras que entre los factores personales cabe mencionar la edad, la ingesta de ciertos alimentos y la pigmentación de la piel.
En la presente investigación, los autores determinaron el nivel de vitamina D en los habitantes de Canadá y los porcentajes de individuos con determinados umbrales de la vitamina.
Datos y métodos
Se utilizó la información proporcionada por la Canadian Health Measures Survey (CHMS) de 2007 a 2009, que incluye mediciones en los habitantes de 6 a 79 años; la base de datos es representativa de alrededor del 97% de la población de Canadá. Los participantes fueron entrevistados en sus hogares, y luego se dirigieron a los centros móviles de salud para una evaluación general y para la toma de muestras de sangre. A lo largo de los 2 años, en 15 centros se recogió información de los residentes de las 5 regiones de Canadá.
Los niveles de 25(OH)D se conocieron con quimioluminiscencia, con un espectro de 10 a 375 nmol/l. Aún se debate acerca de los niveles de la vitamina que se asocian con una salud ósea y dentaria óptima. Actualmente, el Institute of Medicine (IOM) está revisando las recomendaciones establecidas en 1997, año en el que las Dietary Reference Intakes sugirieron una concentración de por lo menos 27.5 nmol/l; los niveles inferiores sugieren deficiencia vitamínica. Sin embargo, los valores por debajo de 37.5 nmol/l también se consideran inadecuados para la salud ósea. Debido a que existen numerosos indicios de que ambos valores son demasiado bajos, en la presente investigación también se analizó el porcentaje de la población con niveles superiores a 75 nmol/l, con valores por encima de 220 nmol/l y con una concentración superior a 375 nmol/l (asociada con mayor riesgo de efectos adversos).
Se tuvieron en cuenta las características étnicas (sujetos de raza blanca y otros grupos étnicos) y la estacionalidad (momento en el que se tomaron las muestras de sangre: noviembre a marzo o abril a octubre, al igual que en el National Health and Nutrition Survey [NHANES]). Los participantes refirieron la cantidad de horas diarias al aire libre: menos de 30 minutos, 30 minutos a menos de una hora y una hora o más, así como la frecuencia con la que ingerían productos lácteos u otros alimentos ricos en vitamina D. Los individuos fueron clasificados en grupos de edad: 6 a 11 años, 12 a 19 años, 20 a 39 años, 40 a 59 años y 60 a 79 años.
La muestra de análisis estuvo integrada por 5 306 sujetos (2 566 hombres y 2 740 mujeres) que representaron a 28.2 millones de canadienses de 6 a 79 años de todas las regiones del país. En el análisis estadístico se aplicaron pruebas de la t o de χ2, mientras que en las comparaciones múltiples se utilizó el método de Bonferroni.
Resultados
La concentración promedio de 25(OH)D entre los residentes de Canadá de 6 a 79 años fue de 67.7 nmol/l; los valores estuvieron entre 60.7 nmol/l en los hombres de 20 a 39 años y 76.8 nmol/l en los niños de 6 a 11 años. En los dos sexos, la concentración de 25(OH)D adoptó una forma de U: niveles más altos entre los niños y las personas de edad avanzada y valores más bajos entre los sujetos de 20 a 39 años. Tanto en general como en el grupo de 12 a 39 años, la concentración fue significativamente mayor en las mujeres que en los hombres.
El 4.1% de la población (5.2% de los varones y 3% de las mujeres) presentó niveles por debajo de 27.5 nmol/l, compatibles con deficiencia de vitamina D; la mayor prevalencia de deficiencia se observó entre los hombres de 20 a 39 años (6.8%).
Más del 10% (12.9% de los hombres y 8.3% de las mujeres) tuvo niveles por debajo de 37.5 nmol/l. Por ende, alrededor del 90% de la población (87.1% de los hombres y 91.7% de las mujeres) tuvo concentraciones adecuadas de vitamina D según las recomendaciones del IOM; sin embargo, destacan los expertos, éstas actualmente están en revisión.
Los niveles adecuados de la vitamina fueron más comunes en las mujeres respecto de los hombres, en general y en particular, entre los 20 y los 59 años. Los niños de 6 a 11 años tuvieron niveles adecuados de vitamina D con mayor frecuencia que los hombres adultos.
Aproximadamente un tercio de la población (33% de los hombres y 37.8% de las mujeres) presentó una concentración superior a 75 nmol/l; el porcentaje fue mayor entre los 6 y los 11 años (48.6%) y entre los 60 y los 79 años (44.7%), e inferior entre los 20 y los 39 años (29.5%). Este nivel fue alcanzado igualmente por hombres y mujeres, con excepción del grupo de 20 a 39 años (36.3% en las mujeres frente al 22.9% en los hombres).
Menos del 0.5% de la población presentó niveles de más de 220 nmol/l; ningún participante tuvo una concentración superior a 375 nmol/l. La raza blanca tendió a asociarse con niveles más elevados de 25(OH)D; la diferencia promedio entre los grupos fue de alrededor de 19 nmol/l. La diferencia más baja se constató en las mujeres de 60 a 79 años y la más alta, entre aquellas de 20 a 39 años.
Los niveles promedio de 25(OH)D se modificaron según el mes en el que se tomaron las muestras de sangre. La concentración tendió a ser más elevada en las personas en las que la extracción se efectuó entre abril y octubre, con excepción de las mujeres de 60 a 79 años, que presentaron niveles más altos entre noviembre y marzo. El porcentaje de participantes con niveles normales (de por lo menos 37.5 nmol/l) fue del 91.8% entre abril y octubre y del 85.6% entre noviembre y marzo. Sin embargo, la cantidad de sujetos con concentraciones por encima de 75 nmol/l fue significativamente mayor entre abril y octubre.
Las personas que refirieron una hora o menos de exposición a la luz solar durante el verano tuvieron niveles más bajos de 25(OH)D en comparación con los otros grupos (no obstante, añaden los expertos, por el tamaño de la muestra en este modelo, los resultados no pueden considerarse definitivos).
El consumo de leche tendió a relacionarse en forma positiva con la concentración de 25(OH)D. Las personas que consumían leche más de una vez por día tuvieron niveles promedio de 75 nmol/l frente a 62.7 nmol/l entre las que la consumían menos de una vez por día. El porcentaje de personas que ingería leche más de una vez por día declinó con la edad.
Discusión
El presente estudio analizó por primera vez el estado de la vitamina D en habitantes de Canadá, a partir de las mediciones directas de 25(OH)D en una muestra representativa de la población. En forma general, el 4% de los participantes tuvo niveles de 25(OH)D que se consideran deficientes o inapropiados (por debajo de 27.5 nmol/l), mientras que el 90% presentó una concentración igual o superior a 37.5 nmol/l, adecuada para la salud ósea. Por último, alrededor de un tercio de la población tuvo concentraciones superiores a 75 nmol/l, el umbral considerado adecuado por algunos grupos para el mantenimiento de una buena salud ósea. Por las diferencias metodológicas de los trabajos, las comparaciones con estudios realizados en otros países deben efectuarse con mucha precaución, añaden los expertos. Sin embargo, casi el 90% de los sujetos de Canadá reunieron los criterios de 37.5 nmol/l, un porcentaje similar al referido en la NHANES.
Los niños de 6 a 11 años y los sujetos de 60 a 79 años fueron los que con mayor frecuencia tuvieron niveles por encima del umbral. El fenómeno obedece, entre otros factores, al consumo de leche u otros suplementos diferentes. El color de la piel fue otro factor de influencia en los niveles de 25(OH)D.
Conclusión
Los resultados del presente trabajo permiten identificar los grupos poblacionales que tienen mayor probabilidad de presentar concentraciones bajas de vitamina D, así como los factores asociados con los niveles de esta vitamina. Entre ellos, se destacan la estación invernal, el origen étnico y el consumo de lácteos. Los análisis futuros de los datos de la CHMS brindarán información adicional sobre otros elementos que posiblemente contribuyan en el estado vitamínico; por ejemplo, el consumo de suplementos, el índice de masa corporal y la utilización de protectores solares, concluyen los autores.
♦ Artículo redactado por SIIC –Sociedad Iberoamericana de Información Científica