Introducción
A comienzos de abril 2009, se produjo un aumento brusco de los pacientes que requerían hospitalización por neumonía y esto se asoció con un aumento alarmante de la mortalidad según el Ministerio de Salud de México. Por su parte, el National Epidemiological Surveillance System (SINAVE), observó un notorio aumento de virus de la gripe confirmada por laboratorio en adultos entre 20 y 40 años de edad.
Entre el 24 de marzo y el 29 de abril de 2009, se denunciaron al SINAVE 2155 casos de neumonía grave incluyendo 100 muertes. Durante ese período, de las 8817 muestras nasofaríngeas, 3664 (42%) fueron positivas para el virus de la gripe subtipo A y de estas el 70% se confirmaron mediante la prueba de la reacción en cadena de la polimerasa transcritasa reversa.
Este artículo se centra sobre los casos de neumonía grave y su asociación con distintos factores.
Métodos
Vigilancia epidemiológica. El SINAVE ha establecido unidades centinelas en los 32 estados de México. La gripe está descrita como fiebre, tos y cefalea acompañada por uno o más de los siguientes signos o síntomas: rinorrea, coriza, artralgia, mialgia, astenia, odinofagia, dolor de pecho, dolor abdominal y congestión nasal.
Las muestras que se obtienen de los exudados nasofaríngeos son procesadas para reacción en cadena de la polimerasa en el National Epidemiological Reference Laboratory.
Durante la estación de gripe la positividad de estas muestras oscila entre el 7,5 y el 9,0%.
Durante los días 14 y 15 de abril de 2009, el Ministerio de Salud de México fue notificado de casos de neumonía grave que afectaba a adultos jóvenes. En respuesta a esta situación dicho ministerio declaró un alerta epidemiológico y solicitó a todas las instituciones médicas del país que intensifiquen la vigilancia y denuncia de casos de pacientes que requieran hospitalización por neumonía.
Período de estudio. Se revisaron las historias clínicas de 2155 pacientes con neumonía grave. El 38% de estos enfermos fue hospitalizado y el 5% falleció.
Resultados
Los picos de epidemia ocurrieron en noviembre-diciembre, enero-marzo y noviembre a febrero durante las 3 estaciones precedentes de gripe (2005 a 2008). El porcentaje de distribución de mortalidad y morbilidad para todos los pacientes con neumonía grave durante el brote de 2009 mostró una marcada desviación hacia las personas entre 5 y 59 años, comparado con epidemias de años anteriores. Los mismos resultados se observaron en el Distrito Federal. El porcentaje de muerte en esa franja de edad por neumonía grave fue del 87% en relación con el 7% de epidemias anteriores. También fueron muy pronunciadas las desviaciones en la mortalidad con 71% de casos entre los pacientes con neumonía grave en relación con un 32% de casos de las epidemias anteriores (Figura 1).
Figura 1. Porcentaje de mortalidad en los distintos grupos de edad comparando las epidemias de gripe de los períodos estacionales de 2006 a 2008 con la epidemia de gripe A del período 24 de marzo al 29 de abril de 2009.
Discusión
Estos datos muestran un importante aumento en la tasa de neumonías graves con una desviación en la edad de distribución de los pacientes. Si bien las características epidemiológicas y virales de este brote de epidemia están en evolución, la onda de neumonías se asemeja a la fase inicial de las pandemias del siglo pasado.
Aunque muchos casos de neumonía grave no fueron confirmados por los estudios de laboratorio como infección por el virus A (H1N1), debido a la limitada disponibilidad de material diagnóstico, el aumento de incidencia en los adultos jóvenes y la alta proporción de pacientes con infección por virus A (H1N1) (44%) hace pensar que una alta cantidad de casos están asociados con este nuevo patógeno.
Los virus de la gripe A (H1N1) estaban circulando entre 1918 y 1957 y formas aisladas genéticamente similares, probablemente representando un escape de laboratorio resurgieron en 1977 circulando junto con cepas A (H3N2). Aparentemente la exposición infantil al virus de la gripe A (H1N1) en las personas que nacieron antes de 1957, cuando este virus circuló ampliamente, puede actualmente conferir cierto nivel de protección. De acuerdo a este concepto las personas que nacieron antes de 1957 y que durante la infancia quedaron expuestas al virus de la gripe A (H1N1), estarían mejor protegidas que las personas que fueron expuestas a otros tipos de virus de la gripe. Por eso en esta pandemia las personas mayores de 60 años tienen menos riesgo de desarrollar neumonías graves.
Estas conclusiones sugieren que las medidas de prevención se deben reforzar en la población de adolescentes y adultos jóvenes.
♦ Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira