Hiperperfusión (rojo) e hipoperfusión (verde) en el cerebro de las fibromiálgicas. (Foto: 'JNM'). MARÍA SAINZ
MADRID.- Sus síntomas parecen claros: dolor en distintas partes del cuerpo sin causa aparente. Sin embargo, la fibromialgia continúa rodeada de una importante nebulosa e incluso se ha llegado a negar su existencia. Ahora, un trabajo ha logrado ver que en el cerebro de estos pacientes fluye más sangre por las áreas ligadas con el dolor y menos por aquellas en las que se genera la respuesta al mismo.
¿Qué lo provoca? ¿Es una enfermedad o un síntoma de otro trastorno? ¿Cómo se puede curar? Muchas preguntas y pocas respuestas que desesperan a un grupo de pacientes que, ante todo, sienten dolor.
Con una tomografía computerizada por emisión de fotón único (SPECT, por sus siglas en inglés), los autores del estudio, publicado en 'The Journal of Nuclear Medicine', han iluminado las partes cerebrales tradicionalmente ligadas al dolor.
En comparación con las 10 mujeres sanas que también participaron en el trabajo, entre la veintena diagnosticada con fibromialgia se detectaron irregularidades muy significativas en distintas áreas cerebrales.
Problemas en el flujo sanguíneo
"Confirmamos las anomalías en el flujo sanguíneo que ya se habían detectado en enfermas de fibromialgia", explican Olivier Mundler y su equipo, procedentes del Servicio Central de Biofísica y Medicina Nuclear 'AP-HM Timone' y el centro sanitario La Phocéanne (ambos en Marsella, Francia).
Concretamente, los expertos detectaron hiperperfusión (exceso de flujo sanguíneo) en la corteza parietal y los surcos precentral y postcentral; todas ellas zonas relacionadas con el dolor.
Asimismo, se pudo ver una baja circulación sanguínea (o hipoperfusión) en la parte anterior de la corteza temporal izquierda, engranaje fundamental en el mecanismo de control de las emociones.
Conscientes de las limitaciones de su trabajo, como el bajo número de pacientes estudiados y la falta de equilibrio entre los participantes sanos y los enfermos, los investigadores subrayan la valía de sus datos.
"Las anormalidades en el flujo cerebral de los pacientes con fibromialgia no dependen de la ansiedad y la depresión y se relacionan con la severidad clínica de la enfermedad", apuntan.
Uno de los autores, Eric Guedj, sostiene que "la fibromialgia podría estar relacionada con una disfunción global en el procesamiento cerebral del dolor".
Y concluye que su trabajo "refuerza la idea de que se trata de un trastorno o una enfermedad real".