Actualmente ,el advenimiento de una terapia predecible y confiable cuando se trata de la colocación de implantes es un buen estímulo para el endodoncista para mejorar su desempeño en su especialidad. La terapia del implante, invita al profesional, desde este punto de vista, a mejorar de manera previsible, la seguridad y eficacia de sus tratamientos. Si el endodoncista tiene un rival en los implantes, debe intentar optimizar al máximo sus resultados. La observancia de dos principios fundamentales, entre otros, puede maximizar el éxito endodóntico. El primero es la selección del caso adecuada y en segundo lugar debe asegurar la reducción de la microfiltración coronal después de obturación.
Es axiomático que los dientes que no tienen posibilidades de ser rehabilitados deben ser extraídos. Según el autor muchos resultados de fracasos endodónticos podrían ser evitados si los dientes sin posibilidades de rehabilitación fueran eliminados antes de que se comience el tratamiento endodóntico. Mientras que lo mencionado anteriormente parece obvio, como endodoncista practicante, una estimación empírica es que aproximadamente el 10-20% de los dientes referidos para el tratamiento no es rehabilitable, pues presentan y requieren algún tipo de cirugía periodontal o directamente la extracción sería el tratamiento más apropiado. Si se realizara la terapia endodóntica en tales dientes el resultado probable sería el fracaso con independencia de la calidad del canal de la raíz. Es de fundamental importancia la evaluación de los dientes para determinar cuáles son rehabilitables y cuales requieren de una terapia periodontal además del tratamiento de conducto.
Esto requiere una cuidadosa consideración con la cuál el clínico puede evitar realizar un tratamiento endodóntico donde en realidad se indica la extracción.
Por ejemplo, debemos evaluar si un diente puede soportar la carga específica que se requiere cuando queremos que sea el pilar de un puente sin el riesgo indebido de la fractura, lo cual se debe determinar en forma preoperatoria. Se deben observar y determinar: el soporte óseo remanente, la movilidad y las fuerzas parafuncionales además de la salud de los tejidos periodontales. La inclinación, la rotación, y la carga mecánica que tiene la pieza dentaria, todo tiene vital importancia con respecto a si podemos conservarla en boca. Además, si el diente se encuentra fracturado, el clínico debe preguntarse qué posibilidades existen de que el hábito que causó la fractura (bruxismo o por ejemplo el hábito de masticar hielo u otros objetos) podrá ser controlado por el paciente y el diente podrá ser restaurado sin el indebido riesgo de una fractura posterior a nuestro tratamiento.
Además, los pacientes deben estar de acuerdo previamente en hacer todo el tratamiento restaurativo futuro necesario para llegar a u óptimo resultado. Si al paciente se le ha realizado un tratamiento de conducto correcto pero no tiene un sellado coronal apropiado después de realizado el mismo, el éxito obviamente disminuye.
El sellado coronario es un procedimiento simple, a menudo malinterpretado, y sin embargo es uno de los tópicos con el que si se realiza correctamente, el éxito endodóntico puede mejorar dramáticamente. La literatura endodóntica es muy clara con respecto a que cuando hay un sellado coronario deficiente y la gutapercha resulta expuesta a la filtración de la saliva es sólo cuestión de días o semanas que el componente bacteriano que forma parte de la misma migre en dirección apical.
Se ha determinado que las coronas que se encuentren filtradas después de realizado el tratamiento del canal de la raíz (contaminando la gutapercha) y en las cuáles se ha producido la microfiltración por un período apreciable de tiempo (días a semanas) necesitan ser retratadas antes de que el diente sea restaurado otra vez. Si el diente no es retratado, la contaminación bacteriana dentro del sistema de conductos de la raíz se sella dentro de la misma. La literatura es también concluyente en el hecho de que el sellado coronal se correlaciona directamente con el éxito clínico a largo plazo por las razones antes mencionadas. La gutapercha no tiene ninguna capacidad inherente de resistir la microfiltración coronaria, no tiene adhesión a las paredes de conducto ni al sellador. Las alternativas de cementos adhesivos a las paredes de los conductos tales como RealSeal (SybronEndo, Orange, CA) proporcionan una reducción estadísticamente significativa de la microfiltración coronaria en relación a la gutapercha y proporcionan una capa adicional de protección aparte del sellado coronario temprano para disminuir el movimiento de bacterias en dirección corono-apical.
Conclusiones
Resumiendo, entre otros, existen dos factores críticos que nos llevarán a la excelencia en el tratamiento endodóntico. El clínico debe evaluar cuidadosamente todos los dientes seleccionados para el tratamiento endodóntico especialmente en sus posibilidades de ser restaurados y debe considerar el utilizar cementos adhesivos en sus obturaciones para proporcionar el más alto nivel de protección contra la microfiltración coronaria además de la colocación de un sellado coronal temprano.