¿Cuál es la calidad de vida de un paciente con reflujo GE?
¿Qué esferas de su exsitencia se deterioran con la enfermedad?
¿Hasta qué grado los problemas de comunicación impiden explorar este aspecto?
La presencia de reflujo gastroesofágico produce una serie de síntomas como quemazón, regurgitación ácida y disfagia que pueden o no acompañarse de alteraciones endoscópicas.
Existe una nutrida serie de investigaciones que han puesto de manifiesto el deterioro de la calidad de la vida de quienes padecen este cuadro con independencia del hallazgo de alteraciones visibles en los estudios complementarios.
Los índices de calidad de vida aplicados a esta población demuestran que se encuentran muy por debajo de los promedios para la población sana.
Este deterioro es comparable al que producen una serie de enfermedades crónicas graves como diabetes, artritis o insuficiencia cardiaca congestiva.
Los motivos mencionados con más frecuencia como responsables de esta situación han sido: alteraciones del sueño, disminución de la vitalidad, dolor generalizado, alteraciones de la sexualidad y ansiedad acerca de los orígenes de los síntomas.
Los síntomas nocturnos han mostrado un fuerte impacto en el deterioro cualitativo observado.
Este trastorno tiene un impacto considerable en la productividad, ausentismo laboral y en la vida fuera del ámbito del trabajo.
Pese a ello los problemas de comunicación entre médicos y pacientes imponen una barrera que es responsable de los malos resultados presentes y del alto grado de insatisfacción que los pacientes evidencian.
La comprensión profunda de la experiencia del paciente y de su punto de vista así como la aplicación regular de escalas de calidad de vida pueden ser instrumentos eficaces para superar la preocupante situación actual.