Retinopatía

La gravedad de la retinopatía diabética no tiene relación con la arteriosclerosis

La gravedad de la retinopatía diabética no se relaciona con la arteriosclerosis ni con la mayoría de sus factores de riesgo. No obstante, se hallado que el grosor de la pared íntima media de la arteria carótida se asocia a retinopatía.

Según publica "Ophthalmology", un estudio multicéntrico de sección cruzada, realizado en cuatro comunidades de Estados Unidos entre distintos grupos de población diabética, ha ofrecido datos concluyentes respecto a la prevalencia de las retinopatías y su relación con la arteriosclerosis y otros factores de riesgo vascular. Las cohortes estudiadas estaban formadas por adultos de entre 51 y 72 años, con retinopatía diabética.

De 1.600 pacientes diabéticos, en 328 (20,5%) se detectó retinopatía. De 1.724, 114 (6,6%) presentaron exudado duro. De 1.600, 28 (1,8%) padecían retinopatía diabética proliferativa. Y de 1662, 27 (1,6%) tenían edema macular. La prevalencia de la retinopatía diabética fue mayor (27,7%) entre la población negra respecto a la blanca (16,7%).

Tras determinaciones de la duración de la diabetes, de la glucosa sérica, de la presión sanguínea sistólica, y del tipo de medicación diabética tomada por los pacientes, se observó una cierta relación entre la gravedad de la retinopatía y el grosor de la pared íntima media de la arteria carótida; así como con la albúmina sérica, pero no en cuanto a la raza. En cambio, la gravedad de la retinopatía diabética no se asoció ni a enfermedad coronaria ni a historia de infarto ni a lípidos plasmáticos. Finalmente, después de valorar la edad, el género, la duración de la diabetes, la glucosa sérica y el tipo de medicaciones tomadas, se halló que la presencia de exudados duros en la retina estaba relacionado con la existencia de colesterol LDL plasmático.

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