El sobrepeso y la obesidad en la infancia han aumentado la incidencia a nivel mundial en las ultimas tres décadas debido a esto se ha convertido un problema preocupante en salud pública dado que la obesidad esta comúnmente asociada con alteraciones metabólicas como: hipertensión, dislipidemias, resistencia a la insulina y tolerancia alterada a la glucosa. El núcleo de todas estas alteraciones está definido como síndrome metabólico, un estado que se asocia con un incremento en la incidencia de varias enfermedades que son causa de mortalidad en la adultez.
La causa del síndrome metabólico no está completamente entendida, si bien se sabe que la resistencia a la insulina es la base para el desarrollo del síndrome y es relevante para la patogénesis de los componentes del síndrome metabólico, la sensibilidad a la insulina es significativamente más baja en pacientes con 2 o 3 características de síndrome metabólico que en aquellos sin ninguna característica
Es de gran importancia la identificación temprana de los niños en riesgo de desarrollar síndrome metabólico, en el año 2007 la Federación Internacional de Diabetes desarrolló una definición clínica de síndrome metabólico en niños y adolescentes, esta definición fue construida en base a estudios previos que usaban los criterios de adultos modificados.
La sensibilidad a la insulina disminuye un 25 % - 50% durante la pubertad y regresa a sus valores normales con el fin del desarrollo puberal
Sin embargo una definición de adultos no puede ser simplemente aplicada para su uso en niños y adolescentes debido a los drásticos cambios en el tamaño y proporción corporal que ocurren con la edad y el desarrollo, además la pubertad tiene efecto en la distribución grasa, en la sensibilidad a la insulina en el musculo y el hígado, y la secreción de insulina por las células beta del páncreas (la sensibilidad a la insulina disminuye un 25 % - 50% durante la pubertad y regresa a sus valores normales con el fin del desarrollo puberal). Los cambios del desarrollo también van asociados con cambios fisiológicos en la presión sanguínea y niveles de lípidos.
La Federación Internacional de Diabetes sugirió no diagnosticar síndrome metabólico en niños menores de 10 años, pero si reforzó la importancia de reducir el peso en aquellos pacientes con obesidad abdominal. Además los niños menores de 6 años fueron excluidos de la definición por la falta de información para este grupo de edad. El principal factor que explica la falta de consenso en niños es la ausencia de valores de referencia para algunos de los componentes del síndrome metabólico.
En los últimos años ha sido evidente que las complicaciones relacionadas con la obesidad son de alta prevalencia en los niños pre escolares y prepuberales, esta situación subraya la necesidad de desarrollar una nueva definición de síndrome metabólico que nos permita un diagnóstico temprano y acciones para prevenir las consecuencias metabólicas y las cardiovasculares a largo plazo.
En el año 2014 investigadores del estudio IDEFICS propusieron en Europa una definición de síndrome metabólico que mencionaba las limitaciones de las definiciones previas en niños y la necesidad de un diagnóstico temprano. El estudio IDEFICS uso valores de referencia de 18475 niños de 8 países europeos para establecer percentilos para edad y sexo que fueron posteriormente utilizados para identificar los puntos de corte de los componentes del síndrome metabólico para niños entre 2 y 11 años.
De acuerdo a esta definición los niños van a requerir un monitoreo estrecho si tienen 3 o más factores de riesgo por encima del percentilo 90 (menos del pc 10 para valores de HDL), y si estuviesen por arriba del percentilo 95 (o menos del pc 5 para HDL) es mandatoria la intervención.
Si bien la definición de IDEFICIS tiene limitaciones creemos que puede ser usada en niños prepuberales en todo el mundo dado que los puntos de corte para cada parámetro y evolución a largo plazo están bien definidos para cada población.
Si bien los marcadores antropométricos en la infancia temprana son menos confiables que más tarde en la adolescencia, creemos que un seguimiento estrecho de los niños con riesgo incrementado (RCIU, obesidad o diabetes gestacional, rebote adipositario precoz, historia familiar de enfermedad metabólica o cardiovascular) puede permitir un diagnóstico precoz de síndrome metabólico.
Respecto a los parámetros de tolerancia a la glucosa, el deterioro de la tolerancia oral a la glucosa puede aparecer más tardíamente en el desarrollo del síndrome metabólico, se ha postulado como marcador temprano de disminución de la sensibilidad y la secreción de insulina en la prueba de carga de glucosa oral. Sumado a otras características clínicas, la microalbuminuria y los marcadores bioquímicos pueden potencialmente mejorar la detección de los infantes y niños con síndrome metabólico que están con un riesgo aumentado de desarrollar complicaciones metabólicas y cardiovasculares.
Claramente se necesita desarrollar mejores marcadores del síndrome metabólico en la infancia, específicamente se necesitan estudios a largo plazo en pacientes con obesidad y síndrome metabólico, prestando especial atención a las estrategias de intervención.
*Traducción y resumen objetivo Dra. María Julia Lomborizio (IntraMed)