Las mujeres son más propensas a estar ansiosas cuando viven en una comunidad pobre que en una más rica, sugiere un nuevo estudio británico. Pero los investigadores afirman que en los hombres no ocurre lo mismo.
"En nuestro estudio vemos que las mujeres que viven en áreas desfavorecidas no solo tienen que afrontar los efectos de vivir en la pobreza, sino que son mucho más susceptibles a la ansiedad que sus pares", señaló la autora del estudio, Olivia Remes, candidata doctoral en el Departamento de Salud Pública y Atención Primaria de la Universidad de Cambridge.
"En términos reales, dada la cantidad de gente que vive en la pobreza en todo el mundo, esto pone a millones de mujeres en un riesgo más alto de ansiedad", dijo Remes en un comunicado de prensa de la universidad.
"Los trastornos de ansiedad pueden ser muy invalidantes, y afectar a la vida, al trabajo y a las relaciones de las personas, y aumentar el riesgo de depresión, mal uso de sustancias y afecciones médicas graves", advirtió.
Estudios anteriores han mostrado que vivir en la pobreza se vincula con un riesgo mucho más alto de problemas médicos graves y una longevidad reducida, dijeron los investigadores.
En el estudio, 21,000 personas que vivían en el este de Inglaterra completaron cuestionarios sobre la salud y los hábitos del estilo de vida entre 1993 y 2000.
Más o menos un 2.5 por ciento de las mujeres y un 1.8 por ciento de los hombres tenían un trastorno de ansiedad generalizada, mostró la investigación.
El estudio no pudo probar que el lugar donde las mujeres vivían provocara la ansiedad. Pero los resultados mostraron que las mujeres que vivían en las áreas más afectadas por la pobreza tenían más de un 60 por ciento más probabilidades de presentar ansiedad que las mujeres en áreas más ricas.
¿Por qué los niveles de ansiedad de los hombres no estaban vinculados con la riqueza del vecindario? Los investigadores sospechan que las mujeres están más implicadas en sus comunidades. Las mujeres podrían estar más en casa y realizar una mayor parte de las tareas domésticas, lo que implica que el estrés de vivir en una comunidad pobre las afecte más, plantearon los investigadores.
También es posible que los hombres en las áreas más pobres no se estén librando del todo. Quizá los hombres sean menos susceptibles a la ansiedad. Pero es posible que el estrés en los hombres pueda conducir a otras conductas negativas, como el abuso del alcohol y de las sustancias, dijeron los investigadores.
"Los trastornos de ansiedad afectan a una cantidad significativa de personas y pueden conducir a malos resultados de salud y al riesgo de suicidio. Ahora sabemos que la privación afecta a las mujeres particularmente, y a los hombres menos", dijo la coautora del estudio, Carol Brayne, del Instituto de Salud Pública de la Cambridge.
"Esto es interesante y amerita más investigación, sobre todo en las regiones desventajadas", dijo.
Louise Lafortune, coautora del estudio y asociada principal de investigación en el Instituto de Salud Pública de la Cambridge, dijo que los hallazgos del estudio muestran que se debe tomar en cuenta a la comunidad cuando se desarrollen políticas de salud mental. Invertir en un área local no necesariamente beneficie a todo el mundo en esa área de la misma forma, dijo.
"A partir de nuestro estudio es evidente que debemos tomar en cuenta el sexo al determinar qué acciones realizar. Esto tiene una importancia particular en una época de recursos económicos y relacionados con la salud escasos", comentó Lafortune.
El estudio aparece en una edición reciente de la revista BMJ Open
FUENTE: University of Cambridge