El uso de azúcar artificial de los niños y adultos estadounidenses se ha disparado en los últimos años, y esa noticia no es muy dulce, sugiere un nuevo estudio.
El consumo de alimentos y bebidas con edulcorantes bajos en calorías, como el aspartamo, la sucralosa y la sacarina, aumentó en un 200 por ciento en los niños entre 1999 y 2012; su uso aumentó en un 54 por ciento en los adultos, señalaron los investigadores.
"Apenas un 8.7 por ciento de los niños reportaron que consumían edulcorantes bajos en calorías en 1999, y 13 años más tarde esa cifra había aumentado el 25.1 por ciento", dijo la autora del estudio, Allison Sylvetsky, de la Universidad de George Washington en Washington, D.C.
Algunos tenían incluso apenas 2 años de edad, anotaron Sylvetsky y sus colaboradores.
"Los niños no eran los únicos con esta tendencia. Más adultos están consumiendo edulcorantes bajos en calorías en refrescos de dieta y en una variedad de artículos de comida y de refrigerios", señaló Sylvetsky, profesora asistente de ciencias del ejercicio y la nutrición, en un comunicado de prensa de la universidad.
El equipo de Sylvetsky utilizó datos de casi 17,000 hombres, mujeres y niños incluidos en la Encuesta nacional de evaluación de salud y nutrición de EE. UU. de 2009 a 2012. Compararon los hallazgos con los resultados de la encuesta de 1999-2008.
En 2012, más o menos 1 de cada 4 niños y más de un 41 por ciento de los adultos dijeron que usaban productos con edulcorantes bajos en calorías, encontraron los investigadores.
"Los hallazgos son importantes, sobre todo para los niños, porque algunos estudios sugieren un vínculo entre los edulcorantes bajos en calorías y la obesidad, la diabetes y otros problemas de salud", añadió Sylvetsky.
Algunos estudios han sugerido que consumir productos con edulcorantes bajos en calorías puede ayudar a perder peso, mientras que otros han mostrado que consumir esos productos podría conducir a un aumento de peso.
Esto podría deberse a que los alimentos intensamente dulces pueden provocar el deseo de consumir más de los mismos, o a que las personas que beben un refresco de dieta creen que han evitado suficientes calorías como para poder servirse una segunda vez, sugirió Sylvetsky.
Dijo que la mayoría de los padres y muchos expertos no creen que es una buena idea que los niños consuman muchos alimentos o bebidas con sustitutos del azúcar producidos químicamente.
Para la salud general, Sylvetsky sugirió una dieta con bastantes frutas y verduras, granos integrales y azúcares añadidos limitados.
"Beba agua en lugar de refrescos. Endulce una porción de yogurt simple con un poco de fruta", aconsejó Sylvetsky. "Y no olvide que una manzana u otra fruta fresca es un magnífico refrigerio para niños y adultos".
El estudio aparece en la edición del 10 de enero de la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.
FUENTE: George Washington University