El procedimiento, llamado biacuplastia intradiscal (BID), usa dos agujas refrigeradas con agua para bombardear con energía de radiofrecuencia las fibras nerviosas que están dentro y alrededor de los discos de la columna que han empezado a degenerar, pero no se han roto, explicó el investigador principal, el Dr. Michael Gofeld.
"Básicamente se están destruyendo las fibras nerviosas, lo que llevará a la eliminación del dolor", dijo. Gofeld es un especialista en el tratamiento del dolor crónico en el Hospital St. Michael y el Hospital del Colegio de las Mujeres de Toronto.
Un año después del tratamiento, la mitad de los pacientes que habían recibido la BID dijeron que seguían sintiendo una reducción significativa del dolor, informaron Gofeld y sus colaboradores.
El tratamiento ayuda concretamente a las personas con un dolor lumbar discogénico, comentó Gofeld, un dolor relacionado con los discos que se están deteriorando, pero no se han roto.
Los estudios anteriores han encontrado que el dolor lumbar discogénico conforma el 39 por ciento de los casos de dolor lumbar crónico, dijo.
La idea de usar ondas de radio para tratar la lumbalgia ha estado en circulación durante aproximadamente un cuarto de siglo, comentó Gofeld. Pero avances recientes con agujas refrigeradas con agua han hecho que la tecnología sea potencialmente más efectiva.
"Si la aguja se calienta demasiado, la energía no se propagará de forma suficientemente eficiente", explicó Gofeld.
El procedimiento dura aproximadamente media hora, seguido de 6 semanas de fisioterapia, señaló. Los pacientes ideales tienen un dolor lumbar que no baja hasta las piernas y que está limitado a la degeneración discal, sin desgarros ni rupturas significativas.
El Dr. John Mafi, internista y profesor asistente en la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA, en Los Ángeles, indicó que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó el uso de la BID en 2007. Pero la tecnología no se ha adoptado ampliamente en Estados Unidos, señaló.
"Su uso no está generalizado", dijo Mafi. "El seguro no parece cubrirla todavía, y eso podría deberse a que quieren ver más evidencias".
Por ejemplo, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) de EE. UU. dictaminaron en septiembre de 2008 que los planes de seguro gubernamentales no cubrirían ningún tratamiento con radiofrecuencia para la lumbalgia. El memorándum de la decisión de los CMS concluyó que no había suficientes evidencias para demostrar que estos procedimientos mejoraran los resultados de salud.
El estudio de Gofeld, que fue financiado por el fabricante del dispositivo, Kimberly-Clark Corp., se centró en 22 pacientes que se sometieron a tratamiento con la BID junto con el tratamiento médico típico para el dolor lumbar.
Estos pacientes mostraron originalmente menos dolor a los 6 meses del tratamiento, y ahora, tras un año de seguimiento, se ha encontrado que el alivio del dolor y la mejora del funcionamiento continúan, señaló Gofeld.
El informe de un año de duración también incluye a 25 miembros del grupo de control inicial del estudio, que al principio solamente recibieron la atención médica típica que incluía fisioterapia y ejercicios.
Se permitió a estos pacientes "cambiar de bando" después de seis meses y recibir la BID. También experimentaron cierto alivio del dolor y mejoraron la función, reportaron los investigadores canadienses.
Pero su reducción del dolor no fue tan fuerte como la que experimentaron los del grupo de tratamiento original, dijo Gofeld.
"A partir de este hallazgo, podemos inferir que cuanto antes realicemos el procedimiento y llevemos al paciente al tratamiento de rehabilitación, mejor resultado se obtendrá", dijo.
Los investigadores tampoco descubrieron efectos secundarios significativos asociados con la BID.
Los hallazgos se presentaron el 19 de febrero en la reunión anual de la Academia Americana de Medicina del Dolor (American Academy of Pain Medicine) en Palm Springs, California. Las investigaciones presentadas en las reuniones deberían considerarse preliminares hasta que se publiquen en revistas revisadas por profesionales.
Mafi afirmó que la pequeña cantidad de pacientes con los que contó hace que se trate más de un "estudio piloto".
"Yo no haría ningún cambio en las políticas en base a este estudio", dijo Mafi. "Es un inicio promisorio, pero ahora es el momento de hacer un ensayo clínico riguroso a partir de estos datos piloto".
El Dr. Nathaniel Tindel, cirujano ortopédico de la columna en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, también se mostró cauto basándose en la pequeña cantidad de participantes y en el hecho de que numerosos tratamientos con radiofrecuencia anteriores no consiguieron ayudar a las personas con dolor lumbar.
"Cuando hay una gran cantidad de procedimientos que se ofrecen para tratar una afección de la que se sabe que se cura muy bien cuando no se hace nada, o esos procedimientos son todos muy efectivos o igualmente inefectivos", dijo Tindel. "Desafortunadamente, la investigación médica ya nos ha mostrado que la terapia intradiscal cae dentro de esta última categoría, y hasta la fecha no se ha mostrado que tenga un efecto a largo plazo en el dolor lumbar y la enfermedad discal".
FUENTES: Michael Gofeld, M.D., associate professor, medicine, University of Toronto, and chronic pain management specialist, St. Michael's Hospital and Women's College Hospital, Toronto; John Mafi, M.D., internist and assistant professor, David Geffen School of Medicine, University of California, Los Angeles; Nathaniel Tindel, M.D., orthopedic spine surgeon, Lenox Hill Hospital, New York City; Feb. 19, 2016, presentation, American Academy of Pain Medicine annual meeting, Palm Springs, Calif.